sábado, octubre 24, 2020

El videoclub que no cerraba nunca


Son las 20:30 de un sábado y he recordado el videoclub que no cerraba nunca. Era un lugar ideal para refugiarse. Entrar allí, pasar el rato leyendo contraportadas de películas tratando de descifrar la que podía gustarte más, sin ver el trailer, sin consultar Google, sin leer mil opiniones. Tú sola ante la caja de plástico con la portada. Finalmente, escogías una y, a veces, llegabas al mostrador para alquilarla durante 48 horas y la chica te decía que ya no estaba, que alguien ya se la había llevado. 

Recuerdo ese momento, el de estar entre las estanterías buscando alguna historia en la que perderse, como algo maravilloso que se vivía en el presente y se proyectaba en el futuro. Aquello era, nada más y nada menos, que la felicidad. Eso que tanto se busca, o se desperdicia,  o se pierde, o se encuentra. 

La perri está dormida mientras escribo y veo sus patitas y su morrito hundido en la manta, hundido en el presente. Acabo de acordarme de mi amigo Pereira porque él podría decirme algo que sirviera.

Qué guapo y solo Jude Law en la película. Me encantaría tener un café así, aunque mi trabajo de ahora es lo mejor. Pero si tuviera ese café me comería un trocito de tarta al final del día, de la que ha sobrado, qué rica. Qué guapa y sola Cat Power compartiendo ese cigarrillo y marchándose.



8 comentarios:

  1. Las generaciones futuras nunca conocerán el sentido de ese viaje al video club y no saber con qué ibas a volver.
    O con qué no.

    Saludos,

    J.

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    1. Es posible que, como ha pasado con los discos de vinilo, las cintas VHS tengan un revival. El otro día recordaba con una amiga, y luego con mis padres que, cuando yo era pequeña, en la comunidad de vecinos en la que vivíamos, teníamos un servicio pirata jaja llamado "vídeo comunitario". Que consistía en que el presidente de la comunidad compartía su señal de vídeo VHS a través de la antena, y todos los vecinos podíamos verla. Mi vago recuerdo era el de una fotocopias en el ascensor con la programación de películas que podíamos ver ese fin de semana. Lo que no me quedaba claro es quién escogía esa pelis. Mi padre me dijo que el Presidente. Jajajaja... O sea, esa persona programaba un ciclo de películas cada fin de semana, hacía una fotocopia y la ponía en ascensor, y luego se encargaba de ir a buscar las películas al videoclub y de ponerlas en el vídeo a la hora acordada, para que la vieran todos los vecinos! Altruismo!! No lo hacía gratis, mi madre no recordaba la cantidad en "pesetas" que pagábamos al mes por el servicio de vídeo comunitario, pero no debía ser una cuota demasiado alta xD El Presidente de esa comunidad era un visionario.

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    2. Sin dudas, era todo un adelantado a su época y limitado por la tecnología. Es el abuelo de netflix.

      En cuanto a los VHS y la comparación con los vinilos. Hay una mística en los vinilos, en cuanto a que se escuchan "mejor" según "entendidos", y se "disfruta más" la música que en formato digital. No veo que pueda pasar eso mismo con las cintas y lo digital porque las cintas se desgastan, pierden calidad, fallan, se rompen, etc. etc.
      Así y todo, aún conservo mi reproductora de cintas. Pero ninguna cinta, porque las últimas que tenía se llenaron de humedad por falta de uso.

      Saludos,

      J.

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  2. Ahora tenemos todo al alcance de un click y eso es mejor en muchos aspectos, pero se ha perdido la emoción de elegir una cinta o un libro casi al azar y encontrarte con pequeñas obras maestras que te alegraban la semana...

    Vi esa película hace muchos años, apenas la recuerdo... pero esa sonrisa de Jude....

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    1. Sí, la sonrisa de Jude Law en esa película de los dosmiles y pico... Ahora, aunque tengamos mil recomendaciones, siempre se pueden equivocar, eso es verdad.

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  3. Eso era La Soledad, ¿verdad? O la Valentía. Elegir, a pelo...

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    1. Valentía y soledad pueden ir de la mano. Spark, no sabía que seguías escribiendo.

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    2. Nunca lo he dejado. No he podido...

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