Ahora que me siento feliz y nostálgica al mismo tiempo… Cuánto echo de menos Madrid por las tardes.
¿Pero qué importa? A quién le importa.
El sábado estuvimos haciéndonos fotos de grupo en el terrado. Recordé aquel año en el que todo me parecía triste (depresión) y descubrí que el terrado podía ser una puerta hacia otro momento. Pues bien, supongo que he tardado años en abrirla, pero lo conseguí.