domingo, agosto 06, 2023

Veranos que a veces se olvidan

Hoy ha llovido de madrugada y desde hace tres días que se está fresquito. La semana pasada tampoco pasé calor porque estuve fuera. 

Estoy de vacaciones hasta septiembre. 

Se nota bastante que ya estamos en agosto porque no hay tanta gente en la playa, se van fuera. A mí me gusta quedarme en agosto en Barcelona, y que el agua del mar esté bonita y limpia, y bañarme y nadar hacia todas partes.

También se nota que es agosto porque ayer quedé con mis amigas y encontramos mesa en varias terrazas. Me gustan estas noches de agosto en la ciudad, hablando de nada y de todo, hablando de septiembre como si estuviera a mil años luz, hablando como si estuviéramos dentro de un paréntesis.

Hay cosas que son de agosto en Barcelona. 

El otro día leí que habían inventado una palabra en inglés, "staycation", que quiere decir hacer vacaciones en casa y algunas escapadas, pero no un viaje.

Yo no sé viajar, pero puede que aprenda en algún momento. 

Estoy reflexiva y me siento un poco triste. ¿De dónde vendrá la tristeza? Cuando era pequeña se me clavaban "punchas". Eran como espinas delgaditas, microscópicas, que se clavaban en los dedos o en los talones, y mi madre o mi abuela me las quitaban con unas pinzas. Tampoco sé de dónde venían las "punchas", ni por qué de adulta dejan de existir y ya no se clavan.

También siento alegrías. No alergias. La alegría de que el césped de la piscina del gimnasio vuelva a estar verde. No sé si han sido las lluvias de los últimos días o que lo han regado con agua no potable. La sequía se nota mucho en los parques de Barcelona, están secos y marrones. Está prohibido regarlos. Todos excepto en el de la Ciutadella, porque es el más turístico, supongo. A veces pienso en la cantidad de agua que se debe desperdiciar en las duchas de los hoteles.

El otro día se cayó una palmera en el barrio chino (Raval desde las Olimpiadas) y mató a una mujer de 20 años. Hubo una época en la que pasaba muchas veces por esa plazoleta en la que se cayó la palmera. 

Hace dos años, durante un día de viento en agosto, también cayó otra palmera y mató a un hombre de 42 años. A mí me inspiró una canción (aunque luego no hablaba ni de palmeras ni de parques, pero sí de viento, es una de mis preferidas). Desde entonces, me da miedo pasar por al lado de una palmera, pero a veces se me olvida.

He descubierto una peli de 1996 que quiero ver: The watermelon woman. Creo que va a ser difícil encontrarla. Es la típica película indie de los 90's, con videoclubs, aceras de ciudad norte-americana, camisetas grandes, gorras de rejilla. La quiero ya. 

Anochece y mi vecino está escuchando música soul.


4 comentarios:

  1. Leí esa palabra la semana pasada, staycation y me he dado cuenta que llevo haciéndola mucho tiempo. Siempre que puedo salgo a viajar en Septiembre o en Mayo, me gusta mi ciudad natal en Agosto, es como dices: un paréntesis..

    Hay alegrías y tristezas, es el balance de la vida, me gustan esas pequeñas alegrías que comentas, las que no parecen gran cosa y te arreglan el día o te sacan una sonrisa donde antes no había nada.

    Un abrazo.

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    1. Sí, los anglosajones son muy marquetineros y buscan palabras para todo. Sí, las alegrías rutinarias son lo mejor. Un abrazo

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  2. Anónimo6:11 p. m.

    Como ya no vivo en Barcelona, voy de uvas a peras, pero la última sensación que tuve es que se ha convertido en guirilandia total, y me dio mucha pena. Espero que por mi barrio la cosa no esté así, pero el centro es casi intransitable...
    Es rara esta sensación de sentirte una extraña en tu propia ciudad.

    Eso sí, el tiempo en agosto y los espacios se sienten diferentes.

    No conozco la película, pero está en emule. Sí, aún existe.

    Un abrazo!

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  3. Sí, lo de Barcelona y el turismo es ya un problema serio desde hace años, pero los últimos cinco ha ido creciendo muchísimo, aunque casi siempre se cierra la puerta al debate diciendo que la economía depende de ello. No sé hasta qué punto es verdad, supongo que para algunos sectores sí es así. También hay mucho guiri que vive aquí una temporada pagando alquileres desorbitados y con contratos de un año o un par máximo. Este tipo de "perfil" está condicionando mucho la oferta de alguiler, que ya de por sí es escasa y muy cara. Un abrazo

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