sábado, diciembre 30, 2006

canapés para la nochevieja


Entré en el 2006 siendo la última de la carrera. O por lo menos eso creía yo. En cambio, ahora, cierro el año en el primer puesto. He ganado la carrera que más me importaba. La mía. Eso es como en las series, que según la temporada los personajes son más afortunados o menos.

Y aquí empieza mi último audio-post del año porque leer cansa. En honor a Emilio voy a decirlo así:

Pincha aquí o aquí para escuchar el audio-post. Y Feliz año.

...

Acabo de salir a la calle, hace bastante frío. Se oye una guitarra eléctrica y un bajo, creo que también una batería, debe ser un grupo ensayando. He salido corriendo porque mientras escribía, he recordado que había encargado unos canapés y que tenía que recogerlos de tres a cuatro y ya eran las cinco. Así que he llamado a la mujer y le he dicho que lo sentía, que se me había olvidado. Pobres canapés, yo aún recuerdo cuando se me olvidaron en la puerta del colegio.
Así que la mujer, que se llama Carme, me ha dado instrucciones y me ha dicho que estaba cerrado pero que ella estaba dentro en la cocina, preparando platos, y que llamara a la puerta blanca que entonces me abriría. La puerta daba a una especie de almacén con cajas, y ella ha salido vestida con un delantal, sonriente y con los canapés en una bandeja. Cuando me ha visto el dedo roto me ha dicho que me iba a dar una bolsa grande para que pudiera llevarlos. Le he deseado feliz año y me ha dicho que a ella no le había ido bien el 2006. La mujer tenía ganas de hablar. Se ha salido a la calle y ha apoyado el pie en el escalón del portal, se ha puesto a renegar del año mirando al infinito. Yo le he dicho que a mí este me había ido de fábula.

Ayer ayudé a mi madre con la compra. Mi madre había encargado un solomillo en una carnicería que dice ella "que se lo matan todo ellos". Eso me hace gracia, lo de que se lo maten todo ellos. La verdad es que no me dan pena los cabritos ni los corderos, ni la ternera porque en la carnicería no tienen forma de animal. Los pollos sí me dan pena porque aún tienen el pico, por eso siempre lo compro en bandejitas. Este año no he ido a la pescadería. Los pececillos están ahí, tendidos en el cie en el hielo y les veo los ojos y las escamas aún brillantes. La carnicería es más impersonal.

Le he dicho a mi madre que mañana me ayude a ponerme el traje de aviadora. Me arriesgaré a pilotar hasta la casa de Sofía, total, no creo que en tan sólo 22 kilómetros tenga ningún problema, además pondré el P.A.E, que es el piloto automático de emergencia. Aterrizaré en su calle y ella me estará esperando asomada en el balcón, fumando un cigarrillo. Como si me hubiera esperado todas las nocheviejas de su vida. Es que me tiene muy loca, ostias.

martes, diciembre 26, 2006

¿te diste cuenta?


Te voy a querer mucho esos dos días. Creo que tanto que la gente empezará a odiarse. No tengo ganas de irme a la cama porque me concentro demasiado en mi dedo roto y me duele. Hoy me he puesto una venda nueva y límpia por encima, como de navidad, para ser una chica bonita, de las que caen del cielo si rezas -una chica bonita, por favor, una chica bonita...-. Y si no, también, pero hay que tener suerte. Suerte de la buena y de la que no te cuentan de pequeña para que no confíes demasiado en ella.

sábado, diciembre 23, 2006

con la zurda

Durante los primeros segundos del día jamás he tenido problemas. Me refiero a justo cuando abres los ojos. No los he tenido ni cuando los tenía. Y esta mañana, por ejemplo, todavía dando vueltas en la cama, no recordaba mi dedo roto y mi mano derecha inmovilizada.

Así que me he puesto a hacer planes que tienen que ver contigo. Iba a conducir durante un cuarto de hora y a las nueve te esperaría en la parada de autobús como cada sábado. He querido cerrar el puño para que nada se fuera. Pero algo me estorbaba. Medio dormida iba a quitarme eso que me molestaba tanto en la mano. Quería sacarme el hierro al que llevo atado el dedo para que se esté quieto, pero la verdad es que ya habían pasado los primeros segundos del día y yo ya no era inmune a los problemas. Estoy bebiendo cerveza a solas y la tarde se me está haciendo interminable.

miércoles, diciembre 20, 2006

dedo roto

Me he roto un dedo de la mano derecha y no se me da bien escribir con una sola mano. He decidido grabar un post en directo que cansa menos.


Para escuchar el post:


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viernes, diciembre 15, 2006

frivolidad

Escribo desde la facultad que es mi tercera casa este año después del coche. A mi lado hay una chicas que hacen un trabajo sobre "blogs", qué casualidad. Llevo todo el día cargando una mochila que pesa 5 kilos -por lo menos- llena de libros, apuntes, la toalla, el champú, las bambas, la ropa de deporte, etc. Estoy molida. Qué sano es el deporte, me duele todo el cuerpo.

Acabo de escuchar una frase que me ha llegado al alma:

"Cuando he salido del tren ha empezado a llover súper-hardcore, tía"


La expresión "llover súper-hardcore" me ha dejado anodadada.

Me voy, dentro de diez minutos tengo clase pero es que quería compartir la frase de marras.

lunes, diciembre 11, 2006

fogonazos

Sofía me pregunta muchas veces: ¿de dónde has salido?
Y yo le contesto: De mi casa.
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Estoy muy nerviosa, el miércoles tengo un examen muy importante. Hasta el 23 de diciembre no tendré tiempo libre así que el blog estará semi-parado.
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Mañana como con ella.
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Por fín he conocido Toledo. A los 16 años me escribía cartas con un chico de allí.
En realidad se escribía cartas con mi vecina. Yo le ponía posdatas.
Luego le dijo a mi vecina que también se quería escribir conmigo.
Le conocí la primera vez que fui a Madrid con el instituto. Mi vecina se puso celosa.
No recuerdo nada de ese viaje excepto que estuve en la pensión Nuria de la calle fuencarral, que compartí habitación con Laia y no sé quién más, que salimos todos los de clase por Malasaña, que desayunamos churros en una cafetería llena de gente y que en mis walkmans sonaba Chemical Brothers.
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Luego él se vino unos días a Barcelona a verme. Yo le dije: Pablo no seas tonto y vuelve con tu novia. Mi vecina estaba celosa 2.
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En la plaza mayor venden pelucas de colores.
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Qué frío hacía el viernes por la noche. Y la gente se las pone.
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Pagamos 3,50 euros para poder escuchar a Elvis en la habitación del hotel. Sofía se reía.
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Inolvidable.
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Inolvidable.
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Inolvidable.
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Inolvidable.
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Inolvidable.
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Inolvidable.
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Inolvidable.
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Que no se olvida.
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Mañana hará dos años del infarto de mi padre.
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Hoy hace un año de la puñalada que me volvió mala.
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Vuelvo a ser buena.
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lunes, diciembre 04, 2006

sálvese quien pueda

Este post se puede escuchar. <<<arcadenoe.mp3>>>

Visto lo visto, hay personas valiosas porque lo son. Es una virtud. No se puede medir el tesoro por el oro que contiene. No se puede medir un secreto por lo que esconde. Es o no es.

Tengo la sensación de que todo puede contaminarse y estropearse. Tal vez deba hacer muchos viajes en mi avioneta y no sólo salvar a linces en peligro de extinción. Llevarme trozos de mi vida a un lugar seguro para que estén a salvo.

Quiero meterte en mi arca volante y también tu casa y las calles que la rodean. Las guitarras, el ordenador. Me llevaré a mi madre y los recuerdos de su padre miguel el aviador. Me llevaré a mi padre y su gran porcentaje de corazón. Meteré a los perros y el bosque por donde les gusta pasear. Tengo que meter la carretera que lleva a mi casa, la parada de metro y la estación de tren para ti. Me llevaré la tarta del 81 cumpleaños de mi abuela y a mi abuela, claro. Meteré la playa de este verano y la plaza mayor de madrid. Ah y la croquetas y el restaurante naranja. Cuántas cosas. Salimos mañana a primera hora. Voy a empezar a hacer el equipaje.
De momento éso.