FOTOCOPIA: La bomba anatómica

Ayer, cuando volvía a casa, y todas las calles se parecían a otras, me di cuenta de que habías sido verdad. Me dolió tanto lo real. Me di cuenta de que tienes un cuerpo con órganos dentro. Pulmones, hígado, riñones, corazón, arterias, intestinos, huesos... y, resumiendo, sangre alrededor. Y que habías caminado con todo eso a mi lado. Todo eso tan cierto. Todo lo que sale en las radiografías cuando te haces daño o cuando te duele algo, todo lo que un médico ve a contraluz. Todo lo que es indiscutible. Lo tienes y es verdad. Luego pensé en tu voz, que con esa voz me hablabas. Un timbre que puede que se parezca a otro, pero no es exactamente igual, es imposible. Y que tu voz, única como la mía, tal vez estaría hablando en ese momento, vibrando en alguna frecuencia. Pero yo no la estaba escuchando a pesar de desearlo muchísimo. Tu voz en algún lugar al que se puede llegar seguro, porque cualquier lugar es una coordenada en el espacio. Yo podría llegar. Yo siempre creo q