viernes, marzo 25, 2016

Entrada nº 1513: bicis

Empiezas a ver fotos, descripciones, vintage, de los 80's, frenos nuevos, cuadro original, sillín de piel, ligera, recién hecha la puesta a punto, neumáticos Michelín, cambios Shimano. Lo que tiene una, le falta a la otra. Comparas modelos. Abres el chat, preguntas cuatro cosas cruciales. Te imaginas montada en la bici, o por lo menos es lo que yo hago, por las calles de Barcelona, yendo al parque de la Ciutadella,  bajando hasta la playa. Te la imaginas aparcada. Piensas en si la dejarías en la calle o en si la subirías a casa cada día. En qué pasaría si te la robaran. Al final, hay una bici que te hace gracia y tienes una cita, la pruebas, te das unas vueltas, les cambias todas las marchas, ajustas el sillín tímidamente porque todavía no le tienes confianza. Y dices "me lo pienso unos días",  te vas a casa, reflexiva, en plan... ¿será mi bici? Pero es que, a lo mejor, el primer día no sabes si va a serlo, y llamas y dices "¿puedo probarla otra vez?" No es el modelo que tú tenías en mente, aunque siempre te ha gustado el estilo, del mismo modo que te gustan los longboards y no tienes uno, y también te gustan los patines y tampoco tienes unos... y te gustan los banjos, y te gustan las trompetas, y te gustan las baterías, y te gustan los tatuajes pero jamás te has dedicido del todo porque duelen y porque igual te cansas. Pero has ido en skate, has tocado el bajo, has tocado la guitarra eléctrica, has hecho patinaje sobre hielo en extraescolar y has besado a PJ Harvey.

Bicis y chicas, chicas y bicis, cuestiones importantes de la vida.

Y una tarde, estás en casa, suena una canción y piensas, joder con la bici que probé.

martes, marzo 15, 2016

Entrada nº 1512: Ir al parque




Dent May | Born Too Late | Official Music Video





Mi percepción de infancia solitaria, que sin embargo puede ser falsa –porque recuerdo, por ejemplo, que los veranos no eran nada solitarios, al contrario–, de algún modo, me persigue. De forma natural busco estar en soledad; pero luego, salta una alarma... algo está a punto de incendiarse.

Recuerdo que una vez, muy enamorada, hace muchos años ya, le dije a la chica: quiero tú; pero entiéndeme, no es de quererte a ti. Es quiero tú. Y ella, por suerte, lo entendió perfectamente.

Creo que aquella vez, con el quiero tú, me refería a que quería librarme de yo. Liberar un poco de carga. Fue un alivio. Como intercambiarse toda la sangre. Hacerse una transfusión a la vez, perfectamente coordinada.

Me he hecho súper fan de esta canción que he descubierto en el blog  Durmiendo en los coches. Tengo muchas ganas de ir al parque de atracciones del Tibidabo  y sentir un poco de vértigo rosa. Podría ser un momento muy muy inolvidable. El protagonista de la canción va solo.

Para reirnos y tal de las cosas que nos pasan.




lunes, marzo 14, 2016

Entrada nº 1511: ecológica



De John Kenn Mortensen. Dibujo sobre post-it.


Las socorristas han abandonado el edificio a las 4 de la mañana. Yo las observaba desde la ventana con las luces apagadas y descalza, mientras bebía y fumaba para no pensar. Para no pensar en qué sucedería si un día alguna de ellas necesitara que alguien salvara su vida. El paquete de mix de semillas con frutas de agricultura ecológica sobre la mesa, restos de alpiste sobre el suelo. Me daba bajón. Uno prematuro.

El domingo pensé que amaba mi ciudad. Y la vi distinta y lejana, como cuando ves a una chica vestirse mientras tú sigues en la cama. Y todos esos movimientos pertenecen a una intimidad desconocida que desaparece lentamente.

domingo, marzo 13, 2016

Entrada nº 1510: Esquivando el trampolín

Mária Švarbová

He  descubierto esta imagen de la serie fotográfica "Swimming pool" de la artista Mária Švarbová y me siento fascinada. Me recuerda a un cómic que leí hace tiempo y que transcurría en una piscina.

Hoy he estado tomando el sol. La luz rebotaba en las paredes blancas. Las cuerdas  se movían con el aire y  yo sólo veía las pinzas de la ropa dando saltos. Era todo muy bonito y a la vez sencillo. Una (felicidad) sin adulterar. Yo siempre quiero que siempre.


sábado, marzo 12, 2016

No van normal

Lo que menos me gusta de volver en el último metro de los viernes es que la gente no va normal. Con no va normal, me refiero a que no van normal. Por ejemplo, esa tía de ahí que está gritándole a su amiga y dando golpes en el asiento, no va normal; no sé si se va a girar, me va a mirar y se va a lanzar contra mí. Lo que me altera es esa sensación que desprende de imprevisibilidad. Pero con las botas que llevo, si se acerca, le arreo una bandal chagui que la dejo tiesa. Hostia, a veces digo tonterías. Lo asumo.

Voy a tratar de no pensar en ella. Voy a concentrarme en mis cosas.

El otro día comentaba con  M y con G que éramos afortunadas por haber vivido los primeros años de Internet. Por no haber nacido con Google puesto ya. Aquellas sensaciones al descubrir los canales de IRC y los primeros blogs. Internet se ha convertido en algo corriente y es una putada. Ya no es lugar de unos pocos. Ya es el mundo 2, con las mismas vulgaridades del mundo 1. En mi opinión, el gran culpable de todo ha sido Facebook. Por eso ya no lo uso. Prefiero ser ciber-emitañx.

Lo mejor de Internet –en estos momentos– son los podcast de ficción. Esta semana ha empezado  Alice isn't Dead. Tiene buena pinta, a ver cómo evoluciona. Hace tiempo que quiero hacer uno; el año pasado creé la sintonía para mi podcast de ficción, y me sigue encantando... Espero tener tiempo en verano para pensar en la historia y grabar los primeros capítulos.










martes, marzo 08, 2016

Transbordo

No es que ya no tenga ganas de escribir,  es que he dejado de sufrir por un tiempo.

Esta primera frase me ha quedado muy bien, intensa y dramática, pero no es del todo cierta. No estaba sufriendo  –mis últimos trances  existenciales prescribieron en agosto. Sencillamente, ahora mismo mi vida parece un lago con patitos inocentes, recién nacidos, que disfrutan del agua y no piensan en las migraciones al Monte Everest ni en aprender a volar. No pueden pensar en ello porque no lo saben.

Espero que no me pase como a los protagonistas de The Walking Dead cuando les ponen canciones felices, que al siguiente "cuadro" (según el lenguaje audiovisual de mi madre) están rodeados de zombies o de humanos armados con pistolas y metralletas. Bueno, si es así, tendré que desplegar mis defensas otra vez.

He dejado de preocuparme por el dinero, el futuro, el destierro, la languidez... Más o menos, todo ocurrió cuando empecé a hacer el transbordo de la línea amarilla a la verde cada mañana en Paseo de Gracia. Ese pasillo no-lugar te empuja a estados contemplativos y, a su vez, al movimiento. Es algo así como un trayecto de cambio, de transformación, con toda la simbología de los puentes, los vínculos y las conexiones. Es muy importante en todo esto el chico de la tienda de Orange que está al inicio o al final, según sea la dirección. Es el personaje secundario que le da continuidad a la trama. No hablamos nunca pero nos caemos bien. Yo sufro por sus horarios y desde aquí los denuncio.

Y creo que, como contragolpe musical a "la continuidad de los pasillos", nada mejor que una base de bajo y sintetizador un poco siniestra, un poco caballos en la noche, un poco ventanas con luz, un poco fábricas y calles de Poblenou.




Horses At Night (official audio) from Still Corners on Vimeo.