martes, agosto 30, 2016

Final de temporada

Me parece un momento "adecuado" para tomarme unas vacaciones de Qué mala soy dosificándote. Mientras tanto, pueden seguir sonando mis canciones o mis entradas leídas en voz alta de hace diez años, muy retro. Todo ello está linkado en el menú superior.

Si alguna persona llega aquí por casualidad y desea saber más, tiene 14 años archivados por meses para ponerse al dįa de todo y ubicarse. Material de lectura no falta.

Soy una desconocida. Mi nave espEcial se queda vigilando. Lo veré todo. Ciao, ciao.

viernes, agosto 26, 2016

Batir un récord

Lo que no ha ocurrido en todo el verano, se ha consumado en una sola noche: 12 picadas de mosquito. Me he sentido muy deseada. Un soplo de aire fresco. Pero no voy a recrearme en el deseo de alguien a quien no deseo. Lo he matado esta mañana. El cabrón estaba lleno de sangre, MI SANGRE. Me fui a dormir al sofá.

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C_TimeOut me ha escrito y me ha nombrado un montón de bares en los que había estado la noche anterior. Yo no conocía ni uno. Supongo que debería salir más. Pero en general, me parece abominable salir y darse cuenta de la vacuidad. Es más barato rayarse en casa o quedarse mirando las fucking estrellas.

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Hoy he conseguido nadar muy rápido. Creo que estoy mejorando mi técnica de patada. Me sentía como un transatlántico.  Imparable. ("lo que usted cree que está haciendo y lo que verdaderamente hace")

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Echo de menos a Gl. Su lista de cosas buenas.

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Han pintado la gasolinera abandonada. No entiendo demasiado bien por qué la mantienen si está abandonada. ¿Es un acto de fe? ¿Estará en venta?







jueves, agosto 25, 2016

Cosas de hoy





Se ha abierto una flor mientras dormía.
Esta es una casa para ser feliz, me lo dijo L ayer mientras miraba la noria del Tibidabo dar vueltas y cambiar de color.
Tengo mucho sueño y pienso en lo de la casa para ser feliz. A veces sí, a veces menos.
Ayer estuvimos en la playa charlando de aquel pasado y había un niño con músculos y bañador de nadador intentando arrancar una señal. El niño recordará ese momento algún día.
Estoy herida. No hago más que cambiarme la venda para ver si se cura antes. Me empieza a doler a las 8 de la tarde. Los calmantes no llegan. Les he pedido un milagro. Pero a veces, ocurren.

Tocando Blitzkrieg Bop con Ukelele y en inglés inventado.



Desayuno



El sol tiñe las fachadas de color ocre.
Es un escenario hermoso e irreal, velado por las cortinas.

miércoles, agosto 24, 2016

Contractura





Menuda sorpresa. Yo ya me había puesto el bañador y me iba a la piscina. Pero he recibido un whatssap de N con una localización. Estaba en Barcelona. Tras 12 años de contacto virtual hemos coincidido físicamente en el mismo espacio por primera vez. Hemos estado comiendo y paseando. Hemos atravesado media Barna a pie. N ha probado mi bici y me ha dicho que la suya pesa menos. Recuerdo que cuando me la compré le mandé muchas fotos para que me diera su opinión experta. Me ha hecho tanta ilusión. He sido feliz.

Ayer decidí volver a terapia. Vuelvo a estar desordenada. Me pasa en casa, también. No hay trastos a la vista, pero tengo cajones llenos de cosas  que no sé cómo guardar y la habitación del armario llena de ropa por todas partes.  Y el altillo lleno de cajas. Y las estanterías de la despensa no siguen ningún orden. Ir a  terapia es como ir al médico cuando no se te curan los resfriados, cuano tienes una contractura, cuando tienes conjuntivitis. Voy a volver para ordenarme de nuevo. Como lo estaba en invierno y en primavera. El verano ha sido extraño. Pero me encantó el día que no podía dormir y me fui a ver salir el sol y quería mucho a todo el mundo, como cuando estás borracha. Aunque yo suelo querer bastante siempre. No quiero dejarme de lado.

lunes, agosto 22, 2016

3-0-0



En los vestuarios he escogido la taquilla número 300. Siempre utilizo la 014 o la 016, pero había dos señoras sin ropa interior hablando de sus cosas cómodamente; he decido irme a otra zona para no molestar. Me he preguntado cuántas personas en el mundo, en ese mismo momento, estarían escogiendo el número 300 por algún motivo o por azar. Ese pensamiento me ha entretenido mientras nadaba por el carril número 1. ¿Y si sólo había una?

domingo, agosto 21, 2016

Bares con terraza en esquinas ventiladas



Mi apuesta monstrua se ha ido esta mañana. Por lo visto no le ha gustado nada el plan del Tibidabo. Y creo que tampoco le apetecía ir a la piscina. Así que se ha esfumado. Por mí, mejor. Voy a tener que hacerme una lista de planes que no les gusten para ahuyentarla. De todos modos, monstrua, los lunes, nunca está. ¿Será porque sigue siendo mi día preferido?

Bares con terraza en esquinas ventiladas cuando llego tarde a casa. Creo que son una especie de oasis de agosto. He subido a casa de Gemma pedaleando y he llegado con la camiseta mojada de sudor, pero era agradable. Cansarse físicamente es agradable. Luego me siento mucho mejor. Creo que no he descubierto nada que no sepa la ciencia.

Hoy me he fijado en una canasta olvidada. Hay algo en ella que me encanta. Supongo que es ese amarillo gastado, como de foto de plato combinado en bar de esquina ventilada. Creo que este año he encontrado la piscina que buscaba el verano pasado. Curiosamente, estaba cerquísima.  Tanto buscar.






sábado, agosto 20, 2016

Mi apuesta monstruo



Mi querida monstruosa tristeza:

No me gusta que vengas a visitarme. Me agotas, pero no puedo evitar que vuelvas porque no entras por la puerta ni por la ventana, APARECES por donde sea. ¡Tus poderes son increíbles! Luego te esfumas, de repente, sin dejar rastro.

Un día contigo es agotador, pero he aprendido a dividirlo en tiempos, en rounds, como los combates de boxeo. Primer round, la mañana. Segundo round, la tarde. Tercer round, la noche. Tras cada asalto, exhausta, me dejo caer... Es entonces cuando me sacas del agua en tus brazos, mi apuesta montruo del lago oscuro. Acabaré por sucumbir a tus encantos, a tu intensidad, a tus caprichos.

¿Mañana estarás?

Ah, que no lo sabes. Que es sorpresa.


¿Me llevarás un día al Tibidabo? ¿No te gustaría? Podríamos subir a la atraccion de la avioneta, cuando ya se haya ido el sol y empiecen a encederse las luces de la ciudad, y luego ir al museo de los automatas –te vas a sentir como en casa, ya verás– y luego me ayudarás a buscar aquel bar que en mi memoria tiene forma de tiburón, y al que me llevaron un día mis padres cuando era pequeña a comer un Frankfurt. Me encantaría volver a ese lugar, ojalá todavía exista. Te inyectaré una buena dosis de bilis negra, que yo sé cuánto te gusta eh... ¿Quieres?

Mi apuesta tristeza y yo en el Tibidabo. ¡Dime que me vas a llevar! ¡Dímelo ya!

En espera tu respuesta, te dejo un beso en tus monstruosos labios amargos.

Paola


p.d. Y  una canción.


King Krule - Baby Blue





viernes, agosto 19, 2016

Diario de pesadilla rusa

Este agosto ha venido a visitarme la pesadilla de siempre, la pesadilla rusa en la que parezco estar semi-despierta, pero no puedo moverme y tengo mucho miedo y temo no despertarme. Voy a intentar ridiculizarla, voy a intentar recordar un plato de ensaladilla rusa con palitos de pan en el sueño, para reducir el pánico.
 
Semana del 8 al 14 de agosto.   (4 veces en dos días) 2 el martes, 2  el miércoles. Las tuve seguidas, encadenadas. Intenté gritar muchas veces. Cuando me desperté del todo oí el eco de mi voz. Grité "mama". La novedad es que veía una luz roja en la pared, como el reflejo de una hoguera. Una vez despierta del todo, la luz ya no estaba.

Semana del 15 al 21 de agosto (la actual). Dos pesadillas, una en martes y otra ayer (noche de jueves). Ya no he gritado "mama" porque me he acordado de que ya no soy adolescente. He gritado "ah" pero muy muy fuerte. Me dolía la garganta, y al despertar el grito ha sido muy largo.

La solución rápida sería dormir con alguien. Si duermo con alguien me oirá gritar y me ayudará a despertarme.

Voy a quejarme un poco porque últimamente estoy demasiado zen y me está causando mucha ansiedad encubierta: mierda, hostia puta, joder, estoy harta, cabrones de mierda. Gilipollas. Imbéciles.

Espero que esto haya servido de algo.

Usted está aquí




Nadar me está ayudando a ubicarme. Usted está aquí. Agosto está siendo un mes como aquellas canciones de la cara B,  inesperadamente bueno. Aunque ya hace tiempo que no existe lo de la cara A ni la B. Es sólo una metáfora ochentera.

Ya tengo vecino nuevo. Es un hombre de unos cuarenta y tantos con pinta de traficante o sicario, no sabría ubicarlo exactamente... El sol se refleja en la gruesa cadena de oro que lleva alrededor del cuello. Deslumbrante.

Ayer estuve  remando con mi profe, porque los otros dos no vinieron a la clase. Fuimos hasta pasado el  Hotel Vela. Lo que hay detrás del  Vela es el puto mundo siniestro, pero en versión mar. Nos dio tanto miedo, que nos dimos la vuelta. Hay una especie de plataforma, con un faro minúsculo y unos neumáticos. Y sientes que si te acercas, desapareces.

No vimos ninguna medusa ni tampoco a la raya. Sólo vimos una lubina y unas gafas de buceo abandonadas. Tras recogerlas, dijo:  "ahora sale el cadáver". Me hizo gracia ese momento macabro. Las gafas con un ribete de color verde en el borde. Al volver hacia la playa del Bogatell, atamos el leash a una boya y estuvimos hablando un rato y descansando.

Se me pasó la mañana volando. Usted está aquí.



sábado, agosto 13, 2016

No tiene mayor importancia


Anna Calvi Attic Sessions #2 - Wolf Like Me from Anna Calvi on Vimeo.


Quiero ser el slide de Anna Calvi. Concierto por la noche. Cervezas. Conversación. Esquivé un beso por el raval, pero no fue una maniobra brusca. Hice ver que no me enteraba de que  aquello era el paso previo a un morreo estival. Me faltó silbar y sacarme las bragas de la raja del culo y revisar el aire de las ruedas.  Pero por las reacciones posteriores, no fue grave. Tenía ganas de irme, de abrazar a mi almohada. Y de estar sola.

Llegó una carta para mi vecino. No tenía hijos. Ni lo que se denomina familia. Creo que fui la última persona en verlo con vida. Por eso la he abierto. Era la liquidación de la cuenta bancaria. Tenía una muy buena pensión. Jamás lo habría dicho. También me he enterado de cuanto pagaba al mes de alquiler. Son solo datos, información, nada relevante. Números. Me estoy justificando. También tenía unos terrenos en León.

Me levanté tarde y fui a la piscina a la hora de comer. Un carril entero para mí sola. A una chica de las que me suelo encontrar por allí la había dejado el novio la noche anterior, o sea, el jueves. Escuché cómo se lo contaba a alguien mientras yo me duchaba antes de meterme a nadar. Parezco cotilla, pero no lo soy. Sencillamente, la información flota a mi alrededor y yo la capto.


Después, agotada, salí a tomar el sol. La intensidad del color verde césped me tiene fascinada. Eran las 4 de la tarde. Con los ojos cerrados, y sobre la hamaca de plástico blanco, tenía a GL dentro de mi nuca, diluida en el riego sanguíneo, como una inyección de anestesia local, pero indolora. Era una sensación agradable. Me quedédormida, o casi. Ese momento en el que estás yéndote pero sigues notando el sol y el vaivén de los árboles. El slide Anna Calvi...

Acabo de hacer limpieza de papeles acumulados. Entre ellos, curiosamente había una carta de la vecina que se llama como yo, que vive en el mismo número, y en el mismo piso,  pero en la otra calle. Entonces, he recordado que una vez fui a dejarle una carta que parecía  importante (estaba escrita a mano) por debajo de la puerta. Justo esa persona con la que me confudieron hace un par de semanas. He buscado en Google. Es psicoanalista. Pero no he podido averiguar mucho más. No tiene mayor importancia.





viernes, agosto 12, 2016

A prueba

He bajado Paseo de San Juan flotando. Pero bueno, siempre mantengo un punto de lucidez, creo, y precaución, aunque todo el rato pensaba que me iba a hostiar. He ido con A a los cines Texas  y luego a cenar. Hemos estado hablando de amores, desencuentros, amistades y transexualidad. El del supermercado que no cierra nunca me ha regalado una fanta y me ha pedido el teléfono. Ha sido el punto absurdo de la noche. No se lo he dado. Me ha regalado la fanta igualmente.

Al llegar a casa tenía un mensaje de X diciendo que mañana me iba a dar los buenos días y me iba a proponer un montón de planes, para que eligiera el que más me gustara. La vida me está poniendo a prueba.

¿Qué clase de prueba?

miércoles, agosto 10, 2016

La metáfora de la onda expansiva

Estoy aprovechando agosto para tratar de consolidar mi relación conmigo. Cof, cof. Creo que en el último mes y medio me he tenido muy olvidada. Demasiado centrada en mis relaciones con los demás. En una en concreto, vamos. Bueno, o en todas. En el trabajo, también. Supongo que cuando tengo muchos estímulos me cuesta poco descentrarme. Claro, como soy hija única, cometo excesos cuando abandono mi isla y luego me la encuentro patas arriba.

Poco a poco estoy volviendo a disfrutar de mi compañía. Pero alerta, que luego me engancho a la isla, también, y me olvido del mundo exterior. Esto es un sinvivir.

El miércoles pasado estaba muy cerca de la tabla de surf de mi profesora y me dijo en plan maestro de Kung Fu: a veces, estamos muy cerca de nuestra compañera de travesía y a pesar de que es divertido no remar sola, si estás muy cerca de la otra tabla te molestas y no puedes remar adecuadamente, entonces, tienes que aplicar la técnica "onda expansiva" para volver a la distancia adecuada.

La onda expansiva se hace balanceando la tabla con los pies para que el agua haga ondas (expansivas) y así aleje a la otra tabla de al lado para poder seguir remando sin molestarse. ¿Metáfora?


Estoy tratando de volver a la piscina (la dejé en marzo o abril, no recuerdo, estaba muy excitada con las novedades, supongo...) e intento nadar cada día 30 minutos. Ya me lo dijo ayer mi madre, "con lo bien que te va nadar", en uno de esos arrebatos de madre demostrando que siempre tienen razón.

También he recuperado algún que otro clásico de la adolescencia, soñando con trenes de mercancias y rayos de sol fintrándose entre los vagones, mientras me grabo toacndo el ukelele:

lunes, agosto 08, 2016

Los lunes son mi día preferido, porque es como estar en la línea de salida



Danny Clinch: Alabama Shakes - Don't Wanna Fight from LEVINE/LEAVITT on Vimeo.


Hoy he ido a la playa a la mejor hora, las 9:30. Cuando todavía no ha llegado la horda guiri porque están en sus hoteles desayunando fiambres, o bien durmiendo la mona en  apartamentos turísticos ilegales.

Como iba diciendo, a las 9:30 la playa es una maravilla.  No tengo que madrugar demasiado porque tardo tres minutos en llegar en bici. De camino, he visto que Can Dendé sigue abierto y eso me ha llenado de esperanza, orgullo y satisfacción, ha sido como si Barcelona no se parara en agosto, como si todo siguiera intacto y en funcionamiento. No he querido investigar si cierran o no la semana que viene, prefiero mantener esa ilusión de que todo sigue igual y yo puedo quedarme en mi casa, pero los bares están abiertos.


El agua estaba cristalina pero llena de medusas. A esa hora sólo están los matrimonios que llevan juntos 25 años  y que mezclan el catalán y el castellano, pero que a veces sincronizan sus idiomas, sobre todo para discutirse sobre la sombrilla, la crema o las medusas. Las medusas son un temazo porque están los "señores que" y las  "señoras que" las sacan del agua y van dando detalles al aire,  hablando solos y solas, "estaba escondida", "está lleno", "son de las marrones". A pesar de todo esto, era como un paraíso. El mar centelleante, la arena limpia, la brisa fresca.  A partir de las 11:00 la cosa empieza a decaer, porque llegan las familias con niños. He decidido irme a nadar a la piscina.


En la piscina no había apenas gente. Al entrar en Can Felipa  el olor a cloro  me ha recordado a Sonia, aquella monitoria que se quedó en el limbo de los amores unilaterales imposibles. He compartido carril con una mujer durante 10 minutos. Los otros 20 he estado sola. Luego he salido a las hamacas a secarme al sol y el color verde del césped me ha parecido increíble, muy bonito, muy verde. Verde como una copla. Ha venido una mosca, una de esas que se te enganchan cuando sales de la piscina, como si tu piel tuviera algo súper especial en ese momento, algo irresistible, eres como una mierda delicatessen.

domingo, agosto 07, 2016

Grabación

Vuelvo a mi blog porque es lo más interesante que se me ocurre hacer. Justo está pasando el camión de la basura por mi calle. Imagino que los bares y las terrazas estarán llenas. No me apetece salir.

He acabado la tarde gateando hasta mi cama y me he quedado dormida. Antes de eso, he aprovechado el tinglado que dejó ayer montado E en la terraza para hacer un timelapse (que le quedó muy bien, con las nubes cruzando el cielo) para hacer otro vídeo. Así que mientras yo me quedaba totalmente out en mi cama, abrazada a la almohada, mi móvil estaba grabando. Me he despertado y ya era de noche, he oído voces en la calle. El vídeo no ha quedado tan bien como el de ayer, con las nubes veloces y fugaces, pero sí tiene su gracia ver los cambios de luz y, sobre todo, el baile de ventanas iluminadas, encendidas, apagadas, on, off, cuando ha oscurecido. No tengo ganas de subir el vídeo y todo eso. Otro día.

Hoy me he tragado una temporada entera de Line of Duty, que es sobre polis corruptos en Inglaterra. La inspectora Kate, al principio, no me gustaba nada. En la tabla de afinidad habría sacado un 4 justito, pero ahora qu ela conozco más, ahora un 8.

Me bloquea pensar que tengo que preparar la defensa de mi trabajo final de máster, sobre todo porque estoy en un momento en el que no creo en la universidad, ni en cómo funciona por dentro, ni en nada de nada, y tampoco creo que me vaya a servir de algo.  Todas las cosas que me motivaban hace ocho meses, ahora me resbalan. La desilusión es lo peor. Ayer miré mi expediente y tengo 5 MH y 5 excelentes y 1 notable. Me sentía muy orgullosa de mis notas hace unos meses, ahora no tanto. Me queda la esperanza de encontrar algo que vuelva a motivarme, aunque no sé por donde empezar a buscar, porque ya hice una búsqueda intensa tiempo atrás y me agotó. Supongo que mañana veré las cosas de otra forma y me pondré a trabajar, obediente. También espero no irme a la cama a las siete de la tarde, a pesar de que me ha sentado genial evadirme unas cuantas horas. Si pudiera decir que estoy harta, lo diría. Pero no lo puedo decir, algo me lo impide. Mi sentido común.

He salido al balcón porque he escuchado gritos de mujer, como una pelea. He aprovechado para bajar todas las botellas de ayer y de paso poner un pie en la calle. No he visto ninguna pelea, excepto a los tipos borrachos rondando por la parada del metro y con sus trapicheos, que no se de qué van ni me importa. Ha pasado un coche de la guardia urbana y ha frenado un poco. Nadie le ha prestado atención. Yo estaba en medio la calle, con camiseta larga, bragas y chanclas, tratando de averiguar qué había dentro del segundo piso iluminado de la fábrica. Al final no he podido distinguir nada: focos, un sofá, pero no estoy segura. He mirado por la ventanita del muro del descampado. He abandonado mi misión en bragas y camiseta amarillo fosforito.

Bueno, creo que paro aquí la cinta de cassette.






sábado, agosto 06, 2016

La respuesta que me dieron




La propietaria del piso me ha dado la razón y me quedo un año más pagando lo mismo. Soy incapaz de pensar en el verano que viene. Espero tener trabajo con sueldo decente por entonces. El otro día pensaba en mis decisiones. Ninguna es la buena del todo. La de dejar mi trabajo, por ejemplo. En aquel momento había dos bandos; el de las personas que me decían que era lo correcto; y el de las personas que me advertían de que sería duro. Yo sabía que ambas partes tenían razón. Opté por dejarlo. Un año y medio después sigue siendo duro. My heart is confused.

He encontrado esta canción tan bonita con esta piscina que me recuerda al verano pasado, cuando buscaba piscinas y me evadía pensando en ellas y en el agua azul, como si buscara un paraíso personal.

El otro día llamaron al timbre. Me asomé al balcón y vi a una chica. Me pareció que se había sentado en el portal porque sólo le veía parte de la cabeza. La llamé para saber qué quería pero no me oyó. Seguí con mis cosas. Volvió a tocar el timbre. Volví a asomarme y esta vez sí pude hablar con ella. Tenía unos veinte años, pelirroja, pelo recogido, muy blanca, delgada. Preguntó por mi nombre de pila. Le dije que sí, que era yo. Me dijo, soy Lis, habíamos quedado a las 9:45. Y yo le dije que sí era yo pero que no recordaba haber quedado con nadie y que no la conocía. Todo esto por el balcón. Entonces, la chica, extrañada, me dijo "esta es la calle bla bla bla..." Y no, no era la dirección. Preguntaba por la calle paralela a la mía. De todos modos, pensé que era una casualidad increíble que se hubiera citado en la otra calle, en el mismo número, en el mismo piso y con alguien llamado igual que yo. ¿Y si estoy empezando a alucinar? Me puse a investigar. Resulta que en la dirección que me dio visita una psicóloga con mi mismo nombre.


La verdad es que hoy todo me parece bastante triste. Estoy por comerme las gominolas psicotropicales que sobraron ayer en la cena.

El miércoles quedé con una chica, a la que llamaré X. Con M hicimos una tabla con 4 ítems ("guapura", "interesante", "simpatía", "estilo", "feeling") Para cada cualidad tenía que puntuar de 1 a 4.  Cuantitativamente daba notable. Creo que la vida me pone a prueba. Hoy me ha mandado dos mensajes para volver a quedar y me he escaqueado diciendo que estaba comiendo. Tal vez mañana la invite a ir al cine, si no sigo en el parque de atracciones abandonado, pero no le he comentado nada por si me arrepiento.


He pensado que quiero una hermana. No una novia. De hecho, este ha sido mi mayor deseo desde que era pequeña. Tener una hermana. Supongo que la cosa cada vez se complica más.
¿incesto?

viernes, agosto 05, 2016

Un post atípico





He salido del parque de atracciones abandonado –que es como voy a llamar a partir de ahora a mis estados de bilis negra melancólica, que acepto porque son parte de mí– a base de hostias de realidad (y también porque  me he puesto a trabajar y he tenido vida social).

1º hostia: no me pagan el mes de agosto y no tenía ni idea. Me di cuenta ayer cuando me mandaron un mensaje los de las SS diciendo que me habían dado de baja. !?!

2º hostia: me manda un mail la propietaria de mi piso diciendo que en septiembre se cumplen tres años de contrato y que hay que hacer uno nuevo. Y que la subida del alquiler sería de 100 euros más, pero que "por la seriedad demostrada" (cara de palo) me lo deja en 75€. Sin embargo, he leído en mi contrato que tengo una prórroga de 1 año más, con condiciones exactas, únicamente me pueden subir la variación del IPC, pero he hecho el cálculo y  la diferencia ha sido negativa. Lo único que puede pasar ahora es que la propietaria del piso decida no renovarme. A ver qué me contesta y cómo acaba este tema.

Hay que leer el BOE cada mañana.

Ayer estuve haciendo Stand Up Surf y vi una raya enorme al lado de mi tabla. Hoy he corroborado que no eran imaginaciones mías y que no voy viendo rayas por ahí, porque ha salido en el periódico que hay una raya dando vueltas por el Port Olímpic de Barcelona. Lo cierto es que la semana pasada también me pareció verla, e incluso escuché como un chico, que también iba en tabla, les decía algo de una raya a los guardacostas.  Yo pensé... este se ha flipado. Pues no. Ciertamente, hay una raya en lo hondo. Y unas medusas muy grandes, pero bonitas.


martes, agosto 02, 2016

Trigésimo séptimo agosto



El Hombre que casi conoció a Michi Panero (Nacho Vegas)

He sido consciente de que, a pesar de que la memoria haga que parezca que hemos vivido muchísimos agostos, este es, tan sólo, mi trigésimo séptimo agosto.
37 meses de agosto. 1147 días, todos en agosto.

Hoy parezco una persona mayor. Y no he salido a la calle. Acabo de bajar hasta la mitad la persianas del comedor. Cada vez que salgo al balcón me parece ver la silueta de mi vecino muerto, como hace una semana. ¿Sólo hace una semana de todo aquello?

Han venido los propietarios del piso. He escuchado desde la ventana del pasillo cómo hablaban. Van a alquilarlo en septiembre. Decían "es ideal para una chica o un chico joven". Me ha parecido curioso. De un señor de 76 años a una chica joven. O un chico. No le contaré que vi al antiguo inquilino muerto en el balcón. No le contaré nada de lo que sé.

He estado leyendo hasta la hora de comer. A las 15:30 ha venido un mensajero a traerme unas chanclas Adidas Adelette azules con las rayas blancas. Me he dado ese capricho. De pequeña tuve unas iguales, como el resto de seres de los 80's.

Tengo un sentimiento familiar. Estoy otra vez con esta sensación de mierda. Si no la hubiera tenido otras veces, sería extraño. Me he puesto a soñar con ir a Roma a visitar todo los monumentos y museos que estudié cuando hice tres años de Historia del Arte. No ahora, en algún mes en el que no haga calor. Tengo que trabajar en algunas cosas, pero no tengo ganas. Ojalá pudiera decir: miren, es que tengo esa sensación de mierda, cómo podría describirla, multipliquen una resaca por 100, y sólo me apetece comprarme chanclas por internet.

Viendo una película en la que salía una escena de una mujer tocando el piano, me he acordado de mi piano. De cuando tocaba canciones en casa de mi ex, hace ya más de tres años. Recuerdo a menudo muchos detalles de mi vida con ella.  Yo tocaba canciones de Nacho Vegas, a veces. Otro "alegre".

Me encantaría que fueran las doce de la noche pero sólo son las 18:37. Tengo ansiedad. Lo noto porque me molesta, por ejemplo, cómo están puestos los cojines e intento ponerlos de alguna forma correcta, mejor dicho, perfecta, y no puedo.






lunes, agosto 01, 2016

Las puertas de los portales cuando se cierran



Hoy nos hemos despedido de Cristina y Nuria. Dos amigas que se marchan a Arkansas a perseguir un sueño. Y aunque llevaban años planeándolo, creo que a todas nos ha pillado por sorpresa. Arkansas está a cinco horas en coche, así que espero hacerles una visita en invierno, cuando caiga la nieve de Vermont y los parabrisas se muevan como péndulos impacientes.

Hoy ha sido un día bonito. De esos en los que todo es mejor.

Todo esto ha pasado por la tarde. Por la mañana me he despertado de mal humor, aunque no es propio de mí. Me he ido a pasear con la bici por el barrio y ha sido muy agradable. No lo esperaba. He dado vueltas y vueltas alrededor de la fuente de la Plaza Prim mientras una vecina llenaba seis garrafas de agua; me ha parecido que era lo que andaba buscando ayer en la peli francesa: algo sencillo lleno de luz, bochorno estival y casi agosto en la ciudad. Vueltas y vueltas sin preocupación.

Por la noche he estado en el Bar Alaska. Soy muy fan del toldo porque pone "banquetes y comuniones", pero se nota que hace décadas que no celebran ninguno. Es esa decadencia tan de ensaladilla rusa ácida. Un lugar en el que sólo puedes ser feliz para ser feliz.

Hemos tomado la última cerveza en el recién estrenado piso de Gemma. Una vecina se ha puesto a regar las plantas y he escuchado atentamente como el agua salpicaba en la acera. Me he dado cuenta de que es un sonido que me encanta. Mis otras bandas sonoras urbanas preferidas son: los autobuses arrancando en medio de la noche, el camión de la basura y las puertas de los portales cuando se cierran.