lunes, octubre 24, 2022

Cuando el futuro ya no sea futuro


 

Soy una persona muy enamorada de su rutina. Cada día salgo de casa y cruzo esta calle, y pienso en el magnetismo que ejerce sobre mí esa línea recta que se pierde en el horizonte. Reconozco que es de una belleza peculiar, o te gusta o te es indiferente. Es una avenida muy tranquila, sin apenas coches, solo los justos para dar ambiente... Me encanta recorrerla en bici a pleno sol, y también de madrugada cuando vuelvo a casa.

He pausado mi otra búsqueda. Así que ahora ya no busco nada, por el momento. Estoy cansada de pensar en el futuro y de adelantarme a los acontecimientos. Me estaba estresando bastante. He estado un poco enferma estos días, del estómago, y también con vértigos. Un toque de atención. Al futuro llegaré cuando ya no sea futuro. Ahora estoy en este lugar.


domingo, octubre 09, 2022

El frankfurt con letras de frankfurt

Siempre que conduzco por la AP7 recuerdo aquella mañana del primer fin de semana de marzo del año 2006. 

Yo llevaba una camiseta de rayas rojas y blancas. La estrenaba ese día. El sol inundaba la autopista. 

Me dirigía a tu casa por segunda vez. Me habías invitado a comer. Cuando llegué, abriste una cerveza y nos sentamos en aquel sofá que era de color beige. Todavía no vivías allí pero había algunos muebles. 

Nos pusimos a hablar, no recuerdo de qué. En medio de la conversación, me acariciaste las manos y sentí que no podía contenerme. Nos empezamos a besar. Nos desnudamos y nos fuimos a la cama. Pasaron las horas volando. Era la primera vez que nos acostábamos juntas.

A las ocho salimos de la cama. Ya había oscurecido. Bajamos a la calle a comer algo, estábamos hambrientas. Entramos en un frankfurt con letras de frankfurt. Llevabas una parka de ante azul. Yo una chaqueta también azul. Me dijiste que nos habíamos conocido en un momento complicado. Yo pensé, vaya... siempre me pasa lo mismo. Pero la verdad es que nada fue complicado, al contrario.

Fuimos inseparables durante siete años.



sábado, octubre 08, 2022

A seis días de mi cumpleaños


Estuvimos viendo en primera fila a Molly Nilsson. Que en tu ciudad programen a alguien como Molly para la fiesta mayor es indescriptible. 

Nos volvimos locas con Happyness, Windows 95 y I hope you die (aunque en esta última los graves estaban que te reventaban el pecho). El último disco me gusta mucho, tiene temas que, sencillamente, te llevan a otro lugar. Molly Nilsson siempre aporta algo muy especial, es oscura y luminosa al mismo tiempo, y admiro que salga ella sola al escenario a lanzar canciones como una arquera con flechas negras. 


Antes del concierto, fuimos a la feria y también a la playa a ver los fuegos artificiales. Pólvora y nubes de azúcar. Luego, nos imaginamos que éramos turistas, y nos tomamos un spritz en  una de las terrazas del puerto. G y yo somos amigas desde hace 20 años y es como estar en casa. De madrugada empezó a llover y me pilló la tormenta en la bici, pero fue divertido. Llegué a casa empapada y con la sensación de haber vivido una noche especial. Qué más se puede pedir.


Buscar algo que no te hace especialmente ilusión es complicado. No encontrar es cansado. Busco dos cosas en mi vida. No encuentro ninguna de las dos. Una la busco de forma activa y la otra la tengo bloqueada.


El sábado pasado tocamos y las pruebas de sonido fueron difíciles porque el lugar tenía una acústica curiosa. Visto desde la distancia de una semana fueron divertidas. El concierto fue muy bien, disfruté de las canciones, N ya las tiene domadas y estar con ella en el escenario me da confianza, pero lo que más me gustó fue la cena, entre risas y con personas a las que conocer mejor. 


Pienso mucho en el final de las cosas. Es lo que más echo de menos de la juventud, no ser consciente de que el tiempo pasa, ni de las últimas veces. A seis días de mi cumpleaños, me hago muchas preguntas y crecen los miedos. Estoy en un periodo extraño, un poco adormecida, pero me doy cuenta de que con un puñadito de ilusión revivo como las plantas, es una descarga eléctrica.