Después de diecisiete días, nos hemos sentado a comer con mi padre.
Mi padre, que parece un extraterrestre o que no parece mi padre. Creo que está asustado.
La sopa de letras estaba sosa y llena de zetas inusuales. "Todo sin sal", dijo el médico. Yo le añado una poca a mi plato y bebo vino. Me ha contado su versión de los hechos, lo de su estancia en la clínica rejuvenecedora. Según él, el plan rejuvenecedor lo seguíamos todos y los resultados eran sorprendentes. Por eso no dejaba de repetir cuando se despertó "No ves a tu madre, qué joven que está, ¡pero no la ves!" Nuestra memoria se hizo más grande, más fuerte, menos olvidadiza. Recitábamos la guía telefónica al revés y sabíamos todos los nombres "¡Paola, sabes todos los nombres!" ¿Los nombres de qué? me preguntaba yo... Así que se pasó una semana soñando y otra intentando encajar los sueños en la realidad. Y los demás tan preocupados. Mejor, mejor.
También al mediodía, el cartero ha dado uns golpecitos en la ventana. Traía una carta certificada y con muchos sellos. El cartero ha dicho que era una carta "de fuera" y además iba a mi nombre.
¡La carta! La estaba esperando. He estado unos minutos mirándola, sin abrirla, leyendo lo que ponía en lo sellos...correo argentino, expreso internacional, unidad postal, por avión... Y en el remite, su nombre verdadero y no el virtual. Me ha gustado mucho conocer su letra y leer sus palabras en un papel, en algo físico, casi como una prueba de que, ei, en verdad, existimos. Una sorpresa muy bonita y lo tomo como un regalazo. La responderé el primer día del nuevo año, para empezar bien. Empezar del todo.
De nuevo, todo.
También al mediodía, el cartero ha dado uns golpecitos en la ventana. Traía una carta certificada y con muchos sellos. El cartero ha dicho que era una carta "de fuera" y además iba a mi nombre.
¡La carta! La estaba esperando. He estado unos minutos mirándola, sin abrirla, leyendo lo que ponía en lo sellos...correo argentino, expreso internacional, unidad postal, por avión... Y en el remite, su nombre verdadero y no el virtual. Me ha gustado mucho conocer su letra y leer sus palabras en un papel, en algo físico, casi como una prueba de que, ei, en verdad, existimos. Una sorpresa muy bonita y lo tomo como un regalazo. La responderé el primer día del nuevo año, para empezar bien. Empezar del todo.
De nuevo, todo.