lunes, diciembre 20, 2004

Ayer a las 19:00 la clínica estaba vacía, no quedaban ni pacientes en las habitaciones. Parecía que todos se hubieran ido de fín de semana.

Mi padre estaba despierto pero no podía hablar con el tubo en la boca. Se emocionó al verme porque le caían lágrimas, estuve media hora hablándole y diciéndole que no se pusiera nervioso, que todo iba bien, que pronto le darían el alta.

Por la noche fuí de cena para distraerme. Una compañera de clase me lleva en moto hasta su casa y me gusta sentir el frío. He dormido con ella y un pijama prestado. Se porta muy bien conmigo. Uno de sus gatos me ha mordido el pelo y me hacía cosquillas. Por la mañana he hecho ruido para que despertara. Me aburría yo sola y despierta, despierta y yo sola.

Al llegar a la clínica, la alegría ha sido ver a mi padre sin el tubo y hablando. Me ha dicho cosas muy emocionantes. También ha empezado a decir frases raras, tiene alucinaciones, vé cosas que no están. Dice el médico que es por la sedación.

Me ha repetido tres veces que recogiera la mochila, los cartones de leche, las sillas y todo lo demás, que la enfermera lo iba a tirar todo si no me lo llevaba de allí. ???!?!!? Al principio no sabía qué responderle pero le he seguido la corriente y la verdad es que no ha parado de decir cosas de ese estilo. Era divertido. Se inventa cosas. Es raro ver a mi padre decir tantas tonterías y tan tan en serio que se las toma.

Estoy contenta pero también triste, no me expreso bien. No es exactamente tristeza, tampoco es miedo, sí es alegría, pero lo otro no sé que es.

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