miércoles, febrero 15, 2023

Sentir amor por un lugar

Esta mañana, he bajado a desayunar a la cafetería nueva, antes de ponerme a teletrabajar. La han puesto en la planta de abajo de la antigua fábrica. Es un edificio industrial que, cuando sales del metro, parece que te dé la bienvenida al barrio. Para mí, esa antigua fábrica significa "casa", significa "territorio", significa "mi lugar".  

Desde los ventanales de la cafetería tenía una vista inmejorable de todo el chaflán, con la gente yendo y viniendo, saliendo de la parada, a tandas de cuatro o cinco minutos. El ajetreo de las mañanas. En seguida he pensado en mi idilio con estas calles, con este hogar y con todo lo que significa para mí. No necesito irme. Siento este amor, tan vivo y tan de verdad... He decidido pausar mi búsqueda de piso porque tengo una corazonada. Una intuición. Voy a escuchar lo que está diciendo.

El otro día vi que el último corto de León Siminiani se llama "Arquitectura emocional" y, por lo que he leído trata, precisamente, de esto que últimamente tanto me importa. De los lugares que no son solo lugares. 

Desde el balcón veo la cafería y también la librería. Me encanta ver el escaparate iluminado por la noche e imaginar todos los libros que hay tras el cristal. Esto es amor, es amor, es amor, no me cabe duda.


jueves, febrero 09, 2023

Me cuesta imaginar una nueva etapa

Estoy buscando un piso. De compra. En Barcelona. Triple mortal. 

Ya llevo varios meses. Desde agosto. Es una de mis búsquedas. He visitado muchos. 

Lo que más me impacta es cuando entro en un lugar en el que se palpa que ha vivido alguien y que ya no.  O sea, que se ha muerto. Y tú estás ahí en su casa, con sus muebles, tratando de imaginar una nueva etapa. Me cuesta mucho, la verdad, imaginarme en un lugar que está lleno de recuerdos de otra persona. Como ya sabéis, soy muy sensible al pasado.

A veces viven y tienen la bolsa del pan en la cocina y la televisión encendida. Y tú estás ahí, como de visita, viendo su casa e imaginando como sería vivir en ella (cuando se vayan con sus cosas..., su tele, su pan...)

Esto de buscar piso está siendo muy raro. No me hace especialmente ilusión, pero sí creo que puede ser algo bueno a largo plazo, cuando ya no pueda asumir ningún alquiler sola, pero sí una hipoteca a 20 años. Es un poco de locos. Está siendo difícil, porque en los pisos que visito quiero sentir una especie de señal, una intuición, un flechazo, algo que indique "es aquí". Hay ciertas resistencias, boicots. Una de ellas es que vivo desde hace 9 años en el mismo lugar y lo siento como mi hogar. Otra de ellas es mi presupuesto, que tampoco soy rica, solo persona afortunada, y la zona por la que busco no es barata. Esto más que una resistencia o boicot es una circunstancia. Y además, me encanta mi casa de alquiler. Es mi sitio, donde estoy a gustito. Y donde he pasado mil historias bonitas y también otras feas.

Hay otro tema que dificulta mi proyección hacia el futuro, y es cierta desazón. No me inspira nada el futuro. Resumen, es un tema complejo. 

Llevo algunos días pensando en escribir. Tuve muchas ganas el domingo pasado porque el sol de las tres de la tarde me recordó a Madrid. Me sentí allí. Fue un instante. La última vez que fui fue en 2017. Una visita corta pero que aproveché muy bien.  El tema de visitar otros lugares o viajar lo tengo abandonadísimo desde 2020. Siempre deslizo a la izquierda cuando me topo con alguna foto a la que le gusta mucho viajar o vivir en muchos sitios distintos. Claramente no está entre mis prioridades en estos momentos. La gente que se mueve mucho me causa desconfianza. Aunque si surge, por qué no. Pero no me surge. Tal vez debería obligarme a viajar. Me siento un bicho raro con esto de no ser nómada en tiempos de peña moviéndose de aquí para allá super motivada.

Hoy he dado un mordisco a un cruasán de chocolate y me ha transportado a cuando era pequeña e iba a patinar sobre hielo. 

He estado paseando una hora y media con mi perra y me he quedado helada. Que es cuando me he comprado el cruasán. Hemos ido hasta la playa, y luego nos hemos metido por la parte antigua del barrio y hemos ido subiendo, hasta volver a casa. En invierno, caminar por la pinada que hay frente a la playa siempre me da la sensación que es como estar en una localidad costera en temporada baja. Y me recuerda al hotel melancoisla. Me gustan mucho esos paralelismos temporales y espaciales.

Desde que empezó el año, no ha habido ningún fin de semana en el que no haya ido a algún concierto o similar. Estoy teniendo un 2023 muy social, de momento.

También grabé una canción en solitario (todavía no sé cuando la voy a estrenar) en un estudio durante un fin de semana de enero. Primero grabé la batería y luego los otros instrumentos. Tuve muchas conexión con el técnico del estudio, que aunque ya nos conocíamos, nunca había pasado tanto tiempo a solas con él. Desayunábamos, nos metíamos en el estudio, luego él preparaba comida (pasta riquísima, es italiano), luego volvíamos a meternos a grabar hasta la noche, luego escuchábamos un disco después de cenar y lo comentábamos. Muy agradable, la verdad. Dentro de unas semanas vuelvo, pero esta vez con la banda. 

Estoy un poco desganada en relación con el proyecto del grupo. No por nada en concreto, supongo que cinco años  son bastantes ya como para sentir el cansancio en algo que requiere tanta energía, o en lo que yo he volcado tanta. Creo que es una fase, una temporada de capa caída. Cualquier  día de estos me despierto y vuelvo a sentirme con ganas. El año pasado tocamos mucho en directo y en el último concierto (noviembre) pensé que me apetecía mucho parar. Aunque también es verdad que disfruté muchísimo esa noche. 

Creo que necesito algún buzz. Como un despertar, no sé si me explico. Alguna novedad. Porque estoy un poco triste, pero no sé exactamente el motivo. ¿Esto es tristeza?

Ayer me preguntaron dos veces dónde estaba el metro. Qué curioso, ¿no? La primera, una chica de unos 20 pocos, que me dijo "perdona, sabes donde está la parada de Llacuna, es que me he dejado el móvil". Me encantó el dato, "es que me he dejado el móvil". Como la explicación, el porqué preguntaba.  Supongo a que los centennials le parece rarísimo preguntar cosas por la calle, toda su vida han vivido con respuestas en el móvil o en el ordenador. Luego me preguntó lo mismo un tío, "¿está cerca el metro?" Y yo, pero qué pasa hoy. Debo tener cara de persona maja. Persona que da respuestas.



sábado, diciembre 31, 2022

Despedir el año

Hoy toca el clásico post de fin de año, pero voy a escribirlo rápido porque se ha hecho tarde.

Este ha sido un año muy productivo, no he parado. Laboralmente, lo he vivido con pasión, y musicalmente, también. En el trabajo, he estado divirtiéndome y aprendiendo. Y en lo musical, hemos tocado mucho en directo. Han sido doce meses intensos, de producir, de hacer, de llevar a cabo muchos proyectos. 

El 2023 me parece una incógnita. Creo que van a haber cambios. Espero vivirlos sin demasiadas dudas.

Me he tomado esta última semana del año para descansar y hacer las cosas que más me gustan. Entre ellas está ir en bici con mi perra, pasear por el parque de la Ciutadella, nadar y juntarme con mis amigas.

Ha sido un año de reencuentros felices y de personas que han vuelto a mi vida.

Un año con momentos muy bonitos y sin ningún sobresalto. Y si lo ha habido, no lo recuerdo.

Espero que en 2023 siga lo bueno y sea un año vibrante y luminoso.

lunes, diciembre 12, 2022

Tirar del hilo y juntar las piezas


Llevo unos días queriendo escribir. Lo he hecho mentalmente, sobre todo dando largos paseos por el mundo rural. Aunque me ha gustado estar cinco días frente a la chimenea, viendo vacas, toros, caballos y en un pueblo de postal, a la vuelta tenía unas ganas locas de ciudad. Nada más llegar me fui a unos conciertos a 15 paradas de mi casa para pasar un rato bien largo en el vagón: no hay lugar más asfixiante y rematadamente urbano que el metro. E hice el trayecto con gusto, el de ida y el de vuelta. 

Estos días de "desconexión" he estado pensando en un amor antiguo. ¿Puede que tuviera ganas de que llegara el momento de rescatarlo sin que me doliera? 

Escuchando algunas canciones que ya no recordaba que me recordaban a ella. 

Qué impactante es tener que tirar del hilo y juntar las piezas con esfuerzo y... entonces sí, reaparece algún detalle bonito en el que no podías dejar de pensar entonces.

A pesar de que aquel desamor fue triste y se mezcló con otras historias (en ese momento no hacía caso de las alertas que se iban encendiendo en el panel de control), el paso del tiempo le ha dado un sentido épico. Fue una especie de viaje lleno de aventuras y desventuras, pero con final feliz. Reencontrándote contigo misma y todo ese rollo. 

Mira qué bien, todo resuelto.

Que no. Que era broma. ¿No será demasiado aburrido escribir cuando esté todo resuelto?


domingo, noviembre 27, 2022

Se acerca el final del año

Ayer tocamos en una sala a la que le teníamos muchas ganas, y además era nuestro último concierto del año. Para mí fue una noche muy bonita en el escenario, disfruté como nunca. Me sentí muy cómoda y también muy niña que juega a cantar y a tocar la guitarra en una banda. Cuando disfruto tanto, la sensación es tan placentera e intensa que me cuesta dormir, y al día siguiente sigo en la nube. Me he levantado tarde y he desayunado con mi perra en una terraza del barrio mientras el sol calentaba el ambiente húmedo y frío; me he sentido afortunada por todo.

Después del concierto, me quedé bailando en la fiesta que empezaba justo después.  

El momento de volver sola a casa después de un concierto me parece muy de película de Isabel Coixet a finales de los 90's. Sea en taxi, sea en metro, sea en coche, sea andando.

***

Llevo semanas reflexionando sobre lo que significa ser valiente. Me he dado cuenta de que no siempre está relacionado con tomar riesgos. Hay que ser valiente para no dejarse llevar por la impaciencia, las prisas, los miedos, la inseguridad. Ser valiente para cuidarse y cuidar a los demás. Etcétera.


domingo, noviembre 06, 2022

¿Por qué siempre tengo en mi cabeza que debo demostrar algo?

Tengo que ir a la psicóloga y a la oftalmóloga. Ambas especialidades están relacionadas con cómo ver, qué ver, cuánto ver, dónde ver. 

Reconozco que estoy en un momento extraño. Ni bueno ni malo. Al final, lo que nos pasa, es la vida. Todo esto que nos pasa es la vida.  Las decepciones, las ilusiones, los éxitos, los logros, los sueños, las frustraciones, el aburrimiento, los enfados, los ni fu ni fa, la euforia, los disgustos, las alegrías, las primeras veces, las últimas, las noches en vela, la ropa por recoger, los platos sucios, los encuentros, los reencuentros, los momentos de luz y los momentos de sombras. 

Hoy hemos hecho un concierto. No es nada fácil lo que hacemos, la verdad. Siempre tengo la sensación de que salimos al escenario a demostrar por qué estamos en ese escenario. Puede ser agotador. Me gustaría salir al escenario sin más. Puede que sea un tema mío. El tener que demostrar siempre que soy válida para esto y para lo otro, como si siempre planeara la duda. Si de algo me sirve escribir estos diarios es para dar con la clave, con la pregunta exacta. ¿Por qué siempre tengo en mi cabeza que debo  demostrar algo? De todos modos, sí, lo que hacemos es complicado se mire por donde se mire. Y lo que hace el público que viene a vernos, también. Plantarse frente a un grupo, del que no conoces nada (o apenas nada) y sencillamente quedarte por curiosidad, es bastante fuerte... Aunque tal vez, el hecho de conseguir que se queden y que los aplausos cada vez sean más entusiastas, y que en los finales de concierto siempre haya esa sensación de haber conseguido hacer disfrutar con tu música a esas personas random que han venido a verte, tiene su mérito.

Hoy estaba en el escenario y pensaba, esto mola, estar aquí, tocando, y que te miren, y te escuchen, y a la vez pensaba, qué difícil es estar aquí tocando frente a estas personas, exponiéndome tanto. Después de cinco años haciendo conciertos, tengo ya una serie de estrategias para sobrellevar los momentos complicados en el escenario. Básicamente, mi estrategia para los momentos de agobio es recordar cómo me gustaba de pequeña imaginarme tocando en un grupo, bajo esas luces rojas y esos focos que a veces deslumbran y no dejan ver más allá. Y me transporto a mi habitación de entonces y a esos momentos de ensoñación.

Hoy he cogido dos taxis. El otro día me compré una guitarra. Ayer me fui a dar un masaje de una hora. Si tengo un problema, no es monetary.



lunes, octubre 24, 2022

Cuando el futuro ya no sea futuro


 

Soy una persona muy enamorada de su rutina. Cada día salgo de casa y cruzo esta calle, y pienso en el magnetismo que ejerce sobre mí esa línea recta que se pierde en el horizonte. Reconozco que es de una belleza peculiar, o te gusta o te es indiferente. Es una avenida muy tranquila, sin apenas coches, solo los justos para dar ambiente... Me encanta recorrerla en bici a pleno sol, y también de madrugada cuando vuelvo a casa.

He pausado mi otra búsqueda. Así que ahora ya no busco nada, por el momento. Estoy cansada de pensar en el futuro y de adelantarme a los acontecimientos. Me estaba estresando bastante. He estado un poco enferma estos días, del estómago, y también con vértigos. Un toque de atención. Al futuro llegaré cuando ya no sea futuro. Ahora estoy en este lugar.