martes, abril 30, 2019

Rombos o diamantes


El viernes, después de tocar nos encontramos con un person del raval: el mago julián. Se notaba que tenía práctica barajando cartas pero que en aquellos momentos el alcohol se lo impedía. Eran las cuatro pero no teníamos ganas de marcharnos y y nos bebimos una cerveza con él.

- Escoge una carta

- El tres de corazones

- Yo digo el 4 de picas

Y entonces sacaba de la baraja el 4 de picas y ahí se acababa el no-truco.

Minutos más tarde, sí hizo un truco. Escogí una carta, la marqué con lápiz de ojos y la metí en la baraja. El 9 de diamantes. El Mago le dio a  Dani la cartera y le dijo que se la sujetara (supongo que en ese momento hizo el truco). Después me pidió que mirase dentro de aquella cartera (la suya) y... ¡allí estaba la carta que yo había marcado! Lo más divertido fue que también salieron un montón de cartas marcadas por otras personas... supongo que de otras noches... de otros viernes... o de ese mismo.

Mientras hablábamos con él me estuve preguntando sobre su vida. Me parecía una persona lúcida y en ese punto en el que ve más que los demás. El loco lúcido.

Estoy muy cansada. Siempre estoy cansada. Tal vez necesite alimentarme mejor. O alimentarme más. O dormir más. O descansar más. O pasear más. O nadar más. 

En el concierto del domingo, antes de subir a tocar me metí la mano en el bolsillo de atrás y encontré el 9 de diamantes del viernes. Pensé que podía convertirse en una especie de amuleto, o que tal vez podía traerme la desgracia máxima.  

Con los grupos que llevan muchas bases electrónicas pre-grabadas tengo la sensación de que estoy en un karaoke. Apretan un botón y empieza la canción. Es algo que me tira atrás en directo. No puedo evitar pensar que aquella música que suena de fondo no está viva. Lo práctico de llevar buena parte de la base rítmica e instrumental grabada es que te aseguras que va a ser perfecta, y que va a dar un sonido sin errores (no hay humanos equivocándose en medio del concierto).

No es este el caso de Beach House o Future Islands, que tocan sintes en vivo, y baterías, y guitarras, y bajos... Esa viveza y calidez del momento imperfecto, de la persona tocando tras el instrumento, es imposible de reproducir apretando un botón y lazando una pista multi-instrumental.







lunes, abril 08, 2019

Sesión pop









La canción que pincharon ayer después del concierto de mi banda fue Black Lips, de los Zephyr Bones. La primera vez que la escuché fue en 2016, en el Ultra -Local, en directo, el día del Open Record Store, y aquel instante se convirtió en un puente que me llevó de un deseo a otro. Del recuerdo del deseo por alguien, al deseo en presente por otra persona. Esos momentos visagra en los que, sin darte cuenta, dejas algo atrás y miras adelante, a lo nuevo. 

Cuando volvía casa en metro, de madrugada, cargada con el ampli y la guitarra y los pedales, pensaba en esos momentos en los que a veces soy una caja llena de copas de cristal, y esos otros en los que me siento como un caballo cabalgando. ¿Compatible?

viernes, abril 05, 2019

Luz anaranjada



Estoy haciendo dos canciones nuevas y quiero comprarme otra guitarra y un montón de pedales, pero tengo que ahorrar para las vacaciones. Me gustaría hacer un viaje por carretera.  Me apetece moverme, pero al mismo tiempo necesito estar relajada y sin hacer nada. Fantaseo con hacer alguna ruta, fantaseo con mucha playa, y fantaseo con lagos y paisajes verdes. No se si será compatible toda mi fantasía. Tengo muchas ganas de cambiar de lugar y de estar sola o bien acompañada.

La pesadumbre de las dos últimas semanas ha desaparecido. Qué bien, ¿no? Me siento tranquila, mucho más que hace un mes, por ejemplo.

Mis compañeras de trabajo se pasan el día hablando de vestidos, de alisados de pelo, de pendientes, de looks sexys, de cuerpazos, de zapatos, etc.  Me molesta esa actitud y visión de "lo femenino", me parece sexista, estereotipada... y un millón de cosas terribles.

Fascinada por esta canción de Sharon Van Etten.

martes, abril 02, 2019

Sushi




Esta mañana volvía a estar pinchada la rueda de la bici (como hace dos semanas). ¿Es alguien de la escalera? ¿El vecino que ha dejado de saludarme? La semana pasada me arrancaron la luz trasera, no sé si en la calle o dentro. Me temo que fue dentro. ¿Tendré que volver a subir la bici a casa?

Muy a mi pesar he tenido que coger el metro a las 7:30. He descubierto que lo que huele mal no es la gente, sino los abrigos de la gente, como si fuera una especie de armadura llena de restos.

Hoy ya no tengo un nudo en el estómago. Mi orgullo se va reiniciando.

The Drums ha sacado nuevo disco. No he podido escucharlo, todavía.