miércoles, enero 28, 2004

{...}

En los cambios de vía estamos a punto de rompernos. Un vagón arrastra otro vagón, una palabra lleva a otras palabras. El enganche gruñe como los tablones viejos o se queja como el mástil de un barco que se balancea en alta mar.
En ese caso, si yo fuera a la deriva, pensaría en tu habitación demasiado pequeña para tener cocina, donde los libros se amontonan y huele a sopa por todos los rincones. Con nuestros nombres escritos en el cristal empañado para permanecer cerca de cualquier forma, con nuestras letras juntas, aunque sea infantil como ver las gotas hacer carreras y se borre de un manotazo.

martes, enero 27, 2004

cansada

cansada...hasta para traducir

SONET INTRAUTERÍ

Des del teu mal, des de la teva entranya, des de les teves llàgrimes, vull ser una veu germinal.
Pensar-te des de tu, des del teu centre dir-te, des de la flor suprema dels teus ulls.
Jo vull desnéixer en tu. Tot home vol desnéixer en un amor, un si.
Ah! fes-me petit, fins que jo sigui pols estremida, pol.len del teu ventre.

josep palau i fabre

jueves, enero 22, 2004

Odio al cartero


Por fín podré dormir poco, despertarme pronto, buscar desesperadamente ventana, apoyar la cabeza en el vidrio, que me tiemble la frente... esas cosas. No me gusta que llegue el mediodía y estar aún en la cama, cambiando de postura y tarareando el estribillo tonto de una canción tonta.
Aunque lo peor de las mañanas en casa, es la manía que le tengo al cartero, que no lo puedo ver, que no lo puedo ver!! Si en vez del Sr. cartero fuera "el materialismo", "las guerras", "los políticos", podría decir y llenarme la boca: "le odio!" Grrr..., incluso encontraría plataformas de apoyo a mi odio. Cuando le oigo de lejos, desde algún sueño, me desvelo y empiezo a ponerme nerviosa, lo imagino con su moto amarilla y su gorra a juego, bajando por la calle, con su bolsa marrón llena de sobres blancos, de sobres con logos de bancos, de sobres adolescentes con olor a fresa, de sobres de colores, sobres de amor, primeras cartas, últimas cartas... Y cuando llega hasta al portal de casa, para la moto y oigo como tira las cartas al buzón... El ruido me pone los pelos de punta... Ya está llenándome de cartas el buzón... ¡Pero este qué se cree!
Ayer se lo comenté a Leonor. Le dije "no te pasa que te dan rabia ciertas personas que ni conoces?", Leo me miraba y asentía con la cabeza. "Yo odio al cartero Leonor, es superior a mí...es bueno o malo?" Entonces, se puso a reir y me dijo que no es que fuera bueno o malo odiar al cartero, es que era absurdo. Me fastidió un poco su comentario, y empecé a ver sus hombros no tan sensuales y su boca demasiado grande.
Claro que ella no puede llegar a imaginar lo mal que lo paso cuando abro las cartas que me trae el cartero. Al principio, no quise darle importancia, parecía un error, una broma...Pero poco a poco me he empezado a angustiar, "¿qué es lo que pasa?" Siento pánico cuando rompo el sobre y veo otra vez hojas y hojas en blanco, NADA. Un folio, dos folios, a veces tres, blancos, sin nada... no sé quién me envia cartas sin escribir, quién me querrá decir tan pocas cosas...¿es un secuestro? un secuestro no, qué tonteria. Un secuestro con amenazas mudas, un amor callado y en silencio, una carta muy tímida, un juego del graciosillo del cartero, un poema muy muy abstracto... Pues no me hace gracia. Odio al cartero.

domingo, enero 18, 2004

lazos

Esta mañana las carreteras de la costa no llevaban a las playas, aunque el mar les siguiera firme y seguro detrás de las ventanillas y pensaran, quizás, en el verano y en levantarse temprano cuando llegue, para ser los primeros en tocar la arena.
Hoy todos se besaban con lágrimas, tal vez pueda ser así por las noches alegres y con vino después de la facultad. El frío corta la cara, nos esconde las manos y las campanas vuelan tristes con sólo tres notas, sonando condenadas a anunciar muertos.
Se asusta al sentirse tan cerca de ella, por su abrazo de hoy, de dolor compartido, y por eso que parece un murmullo, o una sombra, que no quiere ni pensar ni ver ni oir ni nombrar. Pero no consigue ignorar, que al padre de Ana, se lo llevó la misma enfermedad que espantan en casa.
La gravilla del cementerio me hunde un poco el paso.

viernes, enero 16, 2004

borrador

el lápiz rojo, a veces acaricia tus labios y a veces el papel, cuando lo encuentro perdido en mi bolsa, en un tren, en el tren, sin bolígrafos a mano, con canciones que gritan dentro y edificios que susurran fuera, cuando parece que algo está en pausa detrás de las ventanas. Un día de estos, quizás este, se romperá definitivamente la segunda cuerda de la guitarra y saltará... como salta tu bufanda del cuello, la que te recojo del suelo y te devuelvo como si fuera un regalo, que no sabes que es, que te acabo de hacer y le vas quitando el lazo

I search your profile
for a translation
I study the conversation
like a map
'cause i know there is strength
in the differences between us
and i know there is comfort
where we overlap

come here
stand in front of the light
stand still
so i can see your silhouette
I hope
you have got all night
'cause i'm not done looking,
no, i'm not done looking yet

each one of us
wants a piece of the action
you can hear it in what we say
you can see it in what we do
we negotiate with chaos
for some sense of satisfaction
if you won't give it to me
at least give me a better view

come here
stand in front of the light
stand still
so i can see your silhouette
I hope
you have got all night
'cause i'm not done looking
no,
i'm not done looking yet

I build each one of my songs
out of glass
so you can see me inside of them
I suppose
or you could just leave the image of me
in the background, i guess
and watch your own reflection superimposed

I build each one of my days out of hope
and i give that hope your name
and i don't know you that well
but it don't take much to tell
either you don't have the balls
or you don't feel the same

come here
stand in front of the light
stand still
so i can see your silhouette
I hope
you have got all night
'cause i'm not done looking
no, i'm not done looking yet

I search your profile for a translation
I study the conversation like a map
'cause i know there is strength
in the differences between us
and i know there is comfort
where we overlap
(overlap, Ani Difranco)



sábado, enero 10, 2004

El novio de Lucía

El novio de Lucía usa mirada miope. "Eso le hace muy interesante", piensa ella. Por la mañana, cuando se miran de cerca, su ojo izquierdo, un poco torcido, no la encuentra del todo, y ella se relame con esa traición. Lucía exige unas manos como las que esculpía Rodin, con las venas marcadas, expresión y el pulgar ligeramente inclinado hacia fuera. Qué afortunada es porque él las tiene así. Incluso, el novio de Lucía tiene un nombre como los que le gustan a Lucía , de esos que se recrean en la boca. Mi-guel... A ella le parece que la primera sílaba es como una gatito, también muy íntima y un beso hacia dentro, contenido, que después se libera en la segunda sílaba, alargada, como si nunca se acabara mientras la lengua roza el paladar. Miguel, miel, se le hace la boca agua.
Pero en realidad, yo no quería escribir sobre el novio. El novio no me importa nada, es verdad... y aún digo más, el novio se parece tan poco a lo que Lucía ve, que la miope es ella. Pero quién soy yo para meterse.

domingo, enero 04, 2004

colorín colorado

Le doblo la página a un momento, le hago una señal y después recuerdo que entonces, aún faltaba media hora para llegar a la dirección que me diste por teléfono. El sol se iba frío y rojo, bañando los vidones de las fábricas que hay a la izquierda de la carretera, el reflejo era helado y lo feo rozaba lo bello y lo distante se vestía cercano. Y después, contigo, fingíamos una tarde tranquila, con muchas horas por delante, una cena con amigos, como si fuera cotidiano verte, grabarte un cd y dejarte un libro. Y colorín colorado, así se quemó un viernes y faltanto poco para que volvieras a la dirección que me diste por teléfono y para que pronto yo te deseara buen viaje y una calabaza soñara con una carroza y tú perdieras un zapato, tus besos se empañaban con el rumor oscuro del metro que se acercaba rugiendo desde el túnel, y yo pensé en los vidones y el sol frío y rojo y en aquella página doblada seis horas antes, cuando aún faltaba media hora.