sábado, junio 25, 2022

Sueños sencillos

Ayer fue la noche de San Juan y celebramos la verbena en mi casa, como antes de la pandemia. Acabo de decidir que es mi fiesta preferida. Mis amigas, el verano, la brisa de la noche (por fin se ha ido el calor sofocante), los fuegos artificiales de fondo y los rituales de la suerte inventados.

También he inaugurado la temporada de cine de camping, que es como le llamo yo a salir a la terraza con el portátil y ver una peli. Es una tradición veraniega que instauré hace ya unos años. Es una especie de juego para mí, o así lo vivo, porque nunca he ido de cámping, pero siempre imagino que la sensación debe ser parecida. 

Me gusta mucho fantasear con ir de cámping por primera vez, algún día, cuando yo quiera. Es una especie de as bajo la manga, que me guardo. Es maravilloso tener un sueño sencillo, fácil de cumplir y posponerlo para que siempre sea un sueño posible.

De momento, en mi cine de cámping, he visto dos películas que me han gustado mucho: L'Animale y True Things. La protagonista De l'Animale es una adolescente en momento de cambio, con una coraza rígida que va cayendo a medida que avanza la película. Bueno, a mí me ha parecido que esa era la metáfora. Lo que más me ha gustado (estéticamente) ha sido: cuando va en moto de noche, los árboles iluminados con luz roja, el baile con la chica de la que se enamora, la nuca rapada, las protecciones de motocross (como la coraza), la manera de fumar, la cueva, los créditos. 

Y True Things narra la deriva de una mujer que se embarca en una relación tóxica y muy adictiva. El colofón de la película es el baile liberador de la protagonista mientras suena Lick My Legs de Pj Harvey. 

Qué mejor que el cine de cámping para reflexionar sobre la vida. Ahora veo tantas banderas rojas en todas partes... que es complicado iniciar una relación. Pero, como dice mi amigo J., es mejor verlas.

Me he dado cuenta de que me apetece más escribir en verano, que en invierno.

martes, junio 21, 2022

Son los edificios de cristal

Se iluminan por las noches, los nuevos bloques de oficinas que han construído en el barrio. Edificios de cristal, como fantasmas entre la neblina del calor y la humedad del mar. Vacíos, por estrenar, expectantes, en silencio. Me parecen punzantes y poéticos. 

Voy a hacerles hueco en mi corazón, aunque  me gustaban más las fábricas de ladrillo en ruinas de principios del siglo XX. 

Se acumulan los descampados sin alma, exacavadoras al atardecer, abriendo zanjas. Gruas que se elevan y rozan las nubes. La historia del barrio cambia, pero no quiero quedarme anclada en lo que fue.

Los edificios de cristal, como fantasmas buenos que, en realidad, no quieren asustarte.

miércoles, junio 15, 2022

Pelo mojado, Primavera Sound y verano

Mis amados Diiv tocando la canción con la que me mareé de emoción


He salido del laberinto de la melancolía... a base de dejarme llevar un poco por ella, para después sacudirme el polvo, levantarme, y disfrutar, salir y bailar. De volver a la playa, al pelo mojado por la tarde y de encontrar nuevas rutinas, como los paseos con mi perra por el parque de la Ciutadella. Y estos días también he recuperado ese olor tan característico de los pinos, que me recuerda a mi verano de los doce años. Una vibración intensa.

También estuve en el Primavera Sound (Weekend 1). Fue una decisión tomada a última hora, unos días antes. Uno de esos impulsos que me pillan a las dos de la mañana con tarjeta de crédito en mano. Aun así, a pesar de comprar las entradas en reventa, me salió el abono de fin de semana 100€ más barato (estoy muy orgullosa de ello y quiero que quede para la posteridad). Y es que... no podía quedarme en casa sabiendo que a 10 minutos en bici estaba tocando uno de mis grupos preferidos: DIIV. El concierto fue espectacular, sobre todo por el modo en cómo lo viví, como auténtica fan (me mareé un poquito de emoción cuando tocaron "Loose Ends") y durante las dos jornadas de antes (tocaron el último día) estuve planeando minuciosamente cómo iba a pillar sitio para verlos bien. Todo el tiempo pensaba que era increíble estar allí. Yo, que me sé la vida y milagros de la banda. Yo, que he pasado tardes enteras sacando sus canciones con la guitarra. Yo, que he pasado noches de insomnio viendo vídeos de sus directos en Youtube. Yo estaba allí. Me gustó mucho sentirme rodeada de mi especie, de fans como yo, porque el concierto coincidía con cabezas de cartel y ahí sólo estábamos los que verdaderamente éramos seguidores de la banda. Fui muy feliz.


Debo decir que el primer día del festival fue un desastre. Entré con mucha ilusión y me fui cabreadísima. Colas de 40 minutos para comprar bebida, tránsito de gente peligroso, masificación. A pesar de todo, guardo buen recuerdo del concierto de Cigarrettes After Sex. Lo disfruté tranquilamente sentada en el césped, con la brisa del mar, el olorcillo a cloaca del fórum,  y bebiéndome una cerveza (que durante el primer día era algo así como poseer un tesoro, porque las colas para pedir eran larguísimas). Estuve pensando mucho durante el concierto. Pensando en mí. En estar ahí "conmigo". Ir a un festival sola es lo mejor del mundo. Me encontré con gente y con amigas con las que podría haberme quedado, pero me las arreglé para ir escapándome, porque me apetecía mucho ver los conciertos y moverme sola, no tener que mediar, pactar y esperar a la gente para ir de un escenario a otro. ¡Libertad! Y sí, en aquel bucólico momento en el que la brisa y el olor a cloaca del fórum me erizaba la piel, sonó "K."


A partir del viernes todo mejoró, en cuanto a organización. Probablemente había más gente trabajando en las barras y más control, en general. Disfruté muchísimo del concierto de Little Simz, una rapera que fue un gran descubrimiento para mí. Me gustó absolutamente todo de ella, su rollo, su sonido, su banda, su voz, su energía en el escenario, su camiseta, y la masa enloquecida con "I love you, I hate you".

Uno de los conciertos que más me sorprendió fue el de las Warpaint, que estuvieron inmensas, extraordinarias. Había gente pero no demasiada, estaba medio festival viendo a The National. El foso enloqueció con "Love is to die."

Y tampoco me perdí a Beach House, que fueron fantasía pura, pero era el último día y yo ya estaba muy cansada de todo el festival y también de la muchedumbre. Demasiadas personas. En el último disco, hay un par de canciones que me sepultan y me catapultan, a la vez.

Bueno... no llegué a todo lo que quería ver y me perdí a Jenny Beth. Otra vez será.

Un momento maravilloso, que se repitió durante los tres días del festival, era el de volver a casa en bici, con el fresquito de la madrugada y las calles vacías.