Ayer improvisé una cena en casa y vinieron bastantes amigos, los más cercanos. Siempre me hacen sentir muy querida. Hice una tortilla de patata, que me salió buenísima y muy bonita, de forma. No creo que sea la última cena con amigos en esta casa, todavía faltan muchos pasos para mudarme. De momento, ya me han concedido la hipoteca. Me siento en el mundo de los adultos, aunque ya hace mucho tiempo que lo soy... pero vivir de alquiler da un aura de provisionalidad, como si pudieras escaparte en cualquier momento. Aunque ya hace muchos años que no me quiero ir a ninguna parte ni pienso en ello.
Sigo de vacaciones y estoy en ese modo en el que no sé en qué día vivo, alguna mañana me he despertado preocupada por si me había dormido y tenía que trabajar... otras mañanas no sabía demasiado bien donde estaba... pero ver a mi perra a los pies de la cama, siempre me ancla.
No estoy nada creativa, y tampoco lo estoy buscando. Me apetece mucho descansar, leer y dedicarle tiempo a lo mundano. Dormirme viendo una película, engancharme a un best seller, salir a dar una vuelta y comerme un helado, organizar una tarde de cine en casa con amigas para ver la nueva peli lésbica de Kristen Stewart, y pensar que es muy guapa...
Estoy con la regla. Mi cuerpo se ha sincronizado a la perfección con la app que uso para contar los ciclos. Es como cuando tienes novia y los cuerpos se ponen de acuerdo. El tema novia lo llevo bastante mal. No estoy poniendo demasiado de mi parte, es que con este calor, pues no apetece. Por la tarde, en mi barrio, siempre corre aire, sobre todo en las calles que bajan al mar. Me encantaría estar en la isla hablando con la camarera que me gustaba, porque allí la brisa era más fresca.