Temas que no importan

Hacía tiempo que no me despertaba un sábado en mi habitación. Mi perra rubia se está convirtiendo en un plumero con patas. Salta de sofá en sofá, no se le ven los ojos, le muerde las orejas a mi perro negro. Él se pone tripa arriba y se deja morder. Hablar de perros es como hablar de sueños, es algo que sólo interesa al dueño de los sueños o de los perros, en este caso dueña, y a quién está enamorado/a de la/el dueña/o de los perros o los sueños. Con todo el día libre por delante he aprovechado para hacer cosas de chicas y me he teñido el pelo. Si tuviera las uñas largas me las hubiera pintado pero no es el caso, aún así el ejemplo sirve. Podría haber ido a la peluquería pero siempre te tientan con las tijeras para que te lo cortes, y yo ahora lo quiero largo, muy largo, ya me pasa de los hombros más de un palmo. Y estoy orgullosa de ello. Es símbolo de fuerza. Me he puesto la camiseta de los tintes. Es de color blanco y de propaganda de un torneo de baloncesto. Siemp