Al volver tarde del ensayo, he sentido una puñalada de nostalgia caminando por las calles del barrio y viendo a la gente en los bares. Vic ha dicho “mola, se nota que es primavera.” Y a mí se me ha clavado un centímetro más el puñal. Otra vez aquella sensación de no compartir la alegría colectiva. Nostalgia de los dos primeros meses de este año. Me parece patético que mi cresta de la ola sólo durase dos meses. Me da hasta risa. ¿En serio? ¿Únicamente dos meses después de todo? Podría haber durado más toda aquella felicidad de anuncio... Ahora tengo esta otra, que no vende tanto... la de llegar a casa después del ensayo, picar algo y meterme en la cama tranquilamente. Sin filtros ni efectos.
¿Cogeré alguna ola más?