Me ha picado un mosquito tigre, tres veces. Y las tres, en la nalga derecha. Ha sido muy íntimo. Mi cuerpo inmaculado ha atraído a un mosquito. Muy pronto hará un año que no tengo sexo con otras personas. Espero llegar a la fecha intacta, todavía quedan un par de meses, la conmemoración será en octubre.
Me consta que hay personas que leen esto y les molesta, porque me lo han dicho. Aunque no sé exactamente qué les molesta del hecho. Que no me acueste con nadie, que cuente los meses o que lo diga en público. Casi siempre se ve con pesar, el no follar. Creo que todas las personas lo asociamos a triunfo o a éxito. Ahora que me faltan dos meses para la fecha conmemorativa, no quiero echarlo a perder. Espero no follar con nadie antes, qué terrible sería estropearlo. Lo cierto es que, como ya estoy dentro de la dinámica de no follar, me da una pereza de espanto acostarme con alguien. Otro cuerpo tocándome y rozándose conmigo. Sudor, fluidos, olores. Creo que todavía no estoy preparada. A veces hago la prueba; por ejemplo, me presentan a alguien o veo a alguien pasar por la calle y me pregunto, "¿con esta persona follaría?". Y trato de imaginarlo.
Curiosamente, el último día que follé, le hice una foto a la cama y conservo la imagen en mi móvil. Se ve un arnés, un dildo de color negro, un tubo de lubricante (recuerdo que era ecológico, vegano o nosequé pollas) y sábanas revueltas. No sé por qué hice la foto, ¿mi inconsciente sabía que iba a ser la última vez en mucho tiempo? Ninguna señal apuntaba a que iba a ser así. Fue una foto fortuita, de esas que disparas porque sí, sin pensártelo demasiado. A veces, miro la foto. La he puesto en Favoritos porque siempre me cuesta mucho encontrarla. Como ya no voy a terapia, no puedo compartir estas reflexiones y analizarlas. Terapeuta me diría, "dile a ese cojín por qué no quieres follar". Y yo (mirando hacia el cojín) diría: No es que no quiera, es que no me gusta nadie para follar. Y Terapueta seguiría indagando y seguro que me sacaría alguna verdad escondida y enterrada tras todas las capas de excusas y motivos. Me gusta mucho pensar en mi cuerpo inmaculado e intacto, esperando. Me imagino con un vestido negro, de esos con cuello alto de encaje y con la cintura ajustada, caminado por una playa desierta de la costa de Normandía.