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La estuve esperando un par de minutos y luego la ví al otro lado de la calle. Cuando el semáforo se puso en verde, cruzamos las dos a la vez y nos encontramos en medio. Giulia llevaba unas zapatillas rojas, un jersey rojo y un anillo rojo, y unos pantalones negros con una camiseta negra. Sin duda era Giulia, nadie en el mundo se conjunta más que ella. Un día de estos, estando descalza en las clases de técnicas de voz, le dije a Gemma, "fíjate, llevo pantalones negros a rayas, calcetines azules y estas zapatillas marrones y granates" Giulia debe pensar que soy un poco daltónica.
Después de cenar pensamos que podíamos ir al cine, La vida secreta de las palabras empezaba en media hora, pero aún nos daba tiempo de llegar. Hanna, la protagonista, se parecía a la imagen que hice en mi cabeza de la enfermera Ingrid, la fantasía que tuve durante varios días el año pasado, y pensé en X, porque también llevaba un aparato en el oído, por eso yo decía que ella oía lo que no oyen los demás.
De vez en cuando miraba entre la oscuridad de la sala a Giulia, y la veía tan concentrada y tan dulce y tan..."pequeñita". No sé por qué veo a Giulia "pequeñita", cuando en realidad es más mayor que yo y sabe muchas cosas más que yo (bueno, sabe cosas diferentes) pero no sé... igualmente la siento pequeña como un garbanzo o como una semilla.
Mañana, si hace buen tiempo, quizás vamos a la playa a estrenar mi cometa, la que me regalaron por mi cumpleaños, y si llueve, iremos a ver una exposición de Caravaggio, aunque estoy pensando que quizás mañana por la mañana tenemos mucho sueño.