jueves, octubre 30, 2003

Día improvisado

Me he bajado en una estación que no era la mía y te he improvisado. Porque esta mañana era muy parecida a otra contigo, porque hoy no he pensado dos veces y ya estaba en tu andén. Y me dices que por qué no sé quedar. Y yo no te digo que a veces eres como una canción que necesito recordar, para tenerla dentro, en los labios y sentirla, y que tiene que ser así, de golpe. Hablo y hablas y como otras veces pienso que eres más niña que yo pero me arrastras, me invaden silencios llenos de lo que no te digo, como cuerdas al aire que siguen sonando entre nota y nota. Y estás muy lejos, y yo no me atrevo a tocarte, y no puedo volver a coger un papel y escribirte que me debes un beso a las 11 porque ya lo hice una vez y me diste demasiados. Hoy deseaba que me volvieras a hacer preguntas cuando no tengo voz para respondértelas. Pero nos hemos besado con las manos en los bolsillos, como si tuviéramos que guardar algo.

martes, octubre 28, 2003

Mi amuleto

Mi amuleto: todo va a salir bien.
El blanco viejo, el olor insano, el silencio ahogado, el miedo, la esperanza, pero sobretodo el miedo, no son lugar para pedir que te tomes un café conmigo, que me prestes tus anclas y me agarres la mirada para medirte mejor las manos y ensayártelas con escalas, y con música. Mientras espero y te cuento memorias de infancia, cercanas y futuras, ojalá que sí... carreteras de la costa, regalos después de algún viaje, el balcón de la rambla y todos esos rumbos que son mi madre. Lloro salado.

lunes, octubre 27, 2003

quiere ser

(malgastando a L)

Ella quiere ser automática, mecánica, desafectada.
Hacer y deshacer, obedeciendo a cosas que siempre son y están. Inquebrantables, acostumbradas. Al levantar las persianas, no ha podido evitarlo, y sin querer, se ha sorprendido ante la nueva luz. Quería ignorar este lunes desencantado, por no bajar por Balmes, por los silencios despechados, por el tránsito de la lluvia, en silencio y despacio, por tu pelo y tu piel.

domingo, octubre 26, 2003

Para mañana

(malgastando a L)

Los domingos es el día que el aire mueve las cortinas y tomo un té en el Sáhara. Y un día para aumentar la colección de los "si quieres que" que no te digo.
Los lunes son para escuchar muchas veces una canción y desear que haga mal tiempo. Porque si llueve, sé seguro que buscarás un paraguas o que quizás te estés mojando. Y eso, sin duda, es una forma de acertarte.

sábado, octubre 25, 2003

rojo y de hierro

Las estaciones son las mismas, pero los vagones cada vez son más pequeños, nos acercan con más fuerza, nos limitan el espacio, te hacen inevitable. Mi libreta se queda al descubierto, y lo que es mío y quiero para tí, al desnudo. Hoy nos acercamos al puente, el que nos ve y nos cruza. Allá donde estemos. Nos paramos justo en medio. Levántamos la vista. Vemos golpear las antiguas persianas húmedas. Y en el viento que nos corta los labios, nos agrieta, rozándonos, van todos los recuerdos que ahora queremos sólo para nosotras. Volvemos atrás, sin cruzarlo.

jueves, octubre 23, 2003

En otra parte

Tus fotos no han perdido color ni se guardan en los cajones, siguen en las mismas paredes, pero ya no me veo. No me encuentro, ni sé de esa playa que se vé al fondo. Alguien me quitó de ahí. No sé si debo buscar a La Lejana,o a Alina Reyes en el Bestiario de Cortázar. Porque en otra parte, sigo despertándome a tu lado, pero helada.
Y no sé si recuerdas mi voz, no sé si aún me pides canciones, no sé si lloramos juntos entre las sábanas y me pides que te explique por qué te escribo cartas. Peró aquí, en esta parte, he dejado de creer, por gastarte, por beberte de golpe, por besarte sólo porque siempre te besaba. Me meciste tanto...
que me dormí.

"Le pareció que dulcemente una de las dos lloraba. Debía ser ella porque sintió mojadas las mejillas, y el pómulo mismo doliéndole como si tuviera un golpe. También el cuello, y de pronto los hombros, agobiados por fatigas incontables. Al abir los ojos (tal vez gritaba ya) vio que se habían separado. Ahora sí gritó. De frío, porque la nieve le estaba entrando en los zapatos rotos, porque yéndose camino de la plaza iba Alina Reyes lindísima en su sastre gris, el pelo poco suelto contra el viento, sin dar vuelta la cara y yéndose."(de Lejana, en el Bestiario de Julio Cortázar)

miércoles, octubre 22, 2003

Te gasto

En vano te busco en un plano de metro y me invento paradas sin encontrarte. Imagino las escaleras mojadas, paraguas abiertos, pisadas de agua, últimos trayectos, billetes gastados, en tarjetas con T, de diez, de mes, de joven, de día. Viajes por estrenar. Busco en el silencio, entre las rutinas nuevas. En las siluetas de los coches, en un mapa de calles que me lleva de una página a otra...sigo con un dedo el trazado recto, paralelo, estrecho, por el centro, en la periferia, por calles conocidas, olvidadas...por tus calles, las que no entiendo. Imagino las canciones, te pienso en tu vida, te olvido tan mal como pliego el mapa de nuevo. Y no te dosifico, te gasto.

martes, octubre 21, 2003

no el de mañana

(malgastando a L)

De repente, lo que para tí es innecesario para mi no lo es, y en este cruce entre tus cosas y mis cosas, quizás ya nos alejamos. Me he dado cuenta de lo largos que se hacen los semáforos, de lo que cuesta levantarse por las mañanas, de lo tristes que son las canciones tristes, y no sé que música poner. Y de que la cuarta cuerda está a punto de romperse desde hace meses y no sé que tocar. Y no sé si habrán más quioscos con postales como excusa para esperarte ni hombres estatuas fingiendo que no nos ven. Quiero otro miércoles y no el de mañana y me importa una mierda si el sol es más caro en octubre y otra mierda me importa si exagero, porque sólo yo sé con que pesos intento equilibrar la balanza. Que poco sentido tiene dosificarte.

lunes, octubre 20, 2003

Waiting in vain

Por los caprichos del tránsito, por los caprichos témpranos de mi despertador,
cada mañana me tengo media hora en exclusiva. Media hora infinítamente a solas en el coche. Más conmigo que cuando me despierto, porque entonces aún me comparto con los sueños y con un lunes que me levanta de madrugada y me deja los pies helados.
Y en esta media hora no hay remordimientos por el tiempo, porque me sobra, y lo único que debo hacer es pelearme con el teléfono, porque me muero por enviarte un mensaje pero me digo que no, que mañana, y lo escribo pero no te lo envio, y los guardo y me los aprendo de memoria, y me peleo con las palabras, porque hay tantas y no sé si poniendo tnc un paraigu xq no t mulls , me entenderás. Y esperar y esperar y esperar.

Qué mala soy dosificando el saldo.


"I don't wanna I don't wanna I don't wanna I don't wanna
I don't wanna wait in vain"