cada mañana me tengo media hora en exclusiva. Media hora infinítamente a solas en el coche. Más conmigo que cuando me despierto, porque entonces aún me comparto con los sueños y con un lunes que me levanta de madrugada y me deja los pies helados.
Y en esta media hora no hay remordimientos por el tiempo, porque me sobra, y lo único que debo hacer es pelearme con el teléfono, porque me muero por enviarte un mensaje pero me digo que no, que mañana, y lo escribo pero no te lo envio, y los guardo y me los aprendo de memoria, y me peleo con las palabras, porque hay tantas y no sé si poniendo tnc un paraigu xq no t mulls , me entenderás. Y esperar y esperar y esperar.
Qué mala soy dosificando el saldo.
I don't wanna wait in vain"
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