Por cierto, estoy pensando en cambiar el diseño del blog de nuevo, es que me canso. ¿Alguna idea?
martes, septiembre 29, 2009
Microvacaciones
Por cierto, estoy pensando en cambiar el diseño del blog de nuevo, es que me canso. ¿Alguna idea?
lunes, septiembre 21, 2009
Descubriendo nubes
El tema de las nubes da para llenar un blog entero, otro Hotel Melancoisla. Este podría llamarse "Observatorio algodón". Sería un observatorio de nubes dónde trabajarían varios expertos, aislados, por supuesto. Aislados para no contagiarse de la realidad exterior y poder seguir viviendo en las nubes.
Escribiendo esto recuerdo que el primer libro que me regaló C.B. tenía algo que ver con nubes, además, aquel día se caracterizó por unos nubarrones descargando agua a mares.
Conclusión:
Me voy a dormir.
He encontrado otra foto con cielo, una de cuando fui a París en segundo de mi primera universidad. Creo que son estratocúmulos, pero no estoy segura.
domingo, septiembre 20, 2009
Ya hemos descubierto para qué usan los obreros el tatami
Esta cama es demasiado alta, pero la otra era demasiado baja. La antigua cama ha acabado en el campamento base que tienen los obreros justo delante de la portería.
Están levantando la calle que cruza con la nuestra y van a hacer las aceras más anchas, cosa que como peatona agradeceré, me pone nerviosa ir en fila india, sobre todo con el carro de la compra (de 4 ruedas), pero que como conductora sufriré porque no podré dejar el coche en doble fila con los intermitentes puestos (4 intermitentes, también) ni medio minuto.
Los obreros rescataron el tatami del contenedor y lo desmontaron. Las (4) tablas las utilizan para dormir la siesta y para comer. Duermen y comen muy a gusto, se nota. Desde el balcón se ve que comen y duermen plácidamente. Disfrutan mucho comiendo y durmiendo en nuestro tatami. Comer y dormir en el tatami es lo que más les gusta de la jornada de trabajo.
Como la cama que tenemos ahora es muy alta en comparación, he soñado que me daba la vuelta y me caía por un precipicio. Cuando he llegado al suelo me he levantado y he subido en ascensor hasta la planta número 26.
2+6= 8
8:2= 4
Voy a arreglarme. Oigo la aspiradora, pero no soy yo quién la pasa porque estoy aquí sentada escribiendo un poco en el blog. Me están aspirando los pies... Me van a reñir por no colaborar en las tareas de casa. No quiero que eso pase... Cierro esto.
Tengo anginas. Siempre tengo anginas.
domingo, septiembre 13, 2009
Últimos días de verano
martes, septiembre 01, 2009
Poema urgente de cinco minutos para los gigantes con ojos de color verde y también marrón oscuro
Los superhéroes necesitan gigantes
manazas y desgarbados
que lloren en un rincón
A escondidas
Aunque eso tampoco pueden,
son tan grandes,
siempre hay alguien que los descubre
les sobresale un pie,
la cabeza,
inundan el barrio con
sus lágrimas
y sufren insomnio día tras día.
Pero tienen algo
un secreto
frágil
valioso
tienen a su chica
al otro lado del teléfono
y un auricular repleto de besos.
Ahora sí tengo melancoisla de la buena
Se acabaron las siestas en los hoteles y que todos los días sean sábado o viernes. Se acabaron las vacaciones.
Lo he contado una vez, dos veces, hasta tres.
Hoy va la cuarta.
El día que mi madre me descubrió la palabra melancolía
Lo cierto es que el patio era gris y más gris y aún más gris, ¿nadie más le veía posibilidades?
- Mama, no sé qué me pasa, escucho canciones y me siento alegre porque me recuerdan al verano, pero a la vez también me siento triste porque me recuerdan al verano.
- Hija, a eso se le llama melancolía.
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Voy a hacer una lista para no olvidarme de este verano:
- Tres carros del Ikea llenos hasta arriba.
- Volver a querer nadar todo el mar de Formentera, pero es que no me daba tiempo.
- Desayunos interminables y llenos de calorías. Riquísimos.
- La mañana que el supuesto escritor catalán que nos hacía tanta gracia encontrarnos por el hotel con sus pantalones minicortos, nos regaló una sombrilla porque ya se le acababan las vacaciones.
- Los mediodías bajo la sombrilla. Donde plantes la sombrilla estará tu casa.
- Los mojitos en el bar de al lado del Faro de La Mola con la camarera guapa y muy profesional.
- Lo que querías gritar en un barco demasiado pequeño para las olas.
- La semana que pasamos con mis perros en la playa.
- El día que descubrimos una cala. Y eso que yo llevaba toda mi vida pasando por delante.
- Los mojitos cerca de un puerto.
- El día que llegaste del sur morenísima y con un vestido italiano.
- El pueblo medieval lleno de peregrinos buscando el parking.
- El Tom Tom diciendo "Ja heu arribat" estando a medio camino.
- La locura de volver a Madrid y la locura de volver a disfrutar la ciudad.
- La guía rubia de la casa de Lope. Tan natural, tan personal, tan original, tan familiar, tan profesional.
¿Una noche? Me quedaría con la del vídeo. La noche que volvimos a bailar reggae: