ayer me di cuenta de que volvían a cantar los pájaros al atardecer mientras el sol espeso se despedía de la parte alta de las fachadas, como todos los años. Recordé otras tardes mientras paseaba a la perri y caí, nuevamente, en la soledad. Cantaban las oscuras golondrinas y pensé en Bécquer. A pesar de todo, tenía razón, las golondrinas vuelven para recordarme otras calles, otras ventanas, otros momentos. Me dio diarrea al volver a casa. Literal, una diarrea literal. Este fin de semana hubo una fiesta de dos días en la calle de al lado. La puerta metálica de la nave explotaba con las frecuencias graves de los bajos y vibraba la parada de autobús. Me fascina la fueza invisible del sonido. También hay un descampado nuevo y estamos todos muy tristes. Yo un poco más que los demás, evidentemente. Risas. )
(Todavía no es 11 de junio y oficialmente no escribo. He sido feliz estos días, aunque llevo un par de cansancio y bloqueo. Tenemos tres bolos. Hoy hemos sonado fatal en el ensayo, pero nos lo hemos pasado bien. El fin del mundo es mejor así, con canciones que a veces suenan bien y otras mal.
Me he hecho responsable de mis actos. Cometo errores. Pocos. Risas. Ayer me acordé de aquel día, mientras escuchaba a los Smiths. Estuve llorando un poco, echándote de menos y deseando un abrazo.)
(Mientras espero que llegue el día 11 de junio para volver a escribir en el blog, la vida sigue su curso imparable. Se van gastando cada vez más días, es asombroso. Por un lado, no me importa; por otro, me inquieta. A veces no tengo ganas de trabajar. Me da pereza. En el local de ensayo casi siempre nos tomamos dos o tres cervezas mientras tocamos. En el ascensor leemos todas las inscripciones y pegatinas. En el pasillo destartalado imaginamos ratas industriales que cruzan el edificio. Me gusta que el lugar esté sucio. Es decadente y ruinoso. Si es que existe ruinoso. Yo siempre siento que hay algo muy bonito entre esas paredes, que hay algo hermoso, un tesoro. Tengo muchos amigos, últimamente. Me gusta que me quieran. Me duele que no. Hasta aquí, nivel básico de lógica humana)
Hacía tiempo que no me sentaba a escribir en el ordenador. Últimamente escribo desde el móvil todos los posts.
He escogido esta canción que habla de que algo pasa y se va. De una ruptura, supongo. Me gusta este directo de este año y esa guitarra con efecto Chorus del segundo 00:30 (muy The Cure) que suena y que no está en la grabación del disco. Creo que Jonnhy lo ha dejado con su novio porque ya no publica stories con él en Instagram.
Hoy he sido consciente de que ya vuelven a hacer el Graf y de que hace un año estuve en el Graf. La perri empezaba andar por la calle y creo que yo ya no compartía piso. Quedé con unas amigas en la puerta y fui hasta allí en bici. De camino, pasé por la calle en la que viví de pequeña y estuve fijándome en todo aquello que no había cambiado.
Me ha puesto triste que ya vuelva a ser el Graf, es algo que suele pasarme con todos los eventos fijos de Barcelona, los que se repiten año tras año. Recuerdo que no estaba especialmente bien en ese momento, estaba sin trabajo. Ahora tengo trabajo y no estoy tan deprimida. Supongo que debería alegrarme y decir: ey, hace un año estabas mucho más jodida que ahora. Pero yo funciono de otra forma. Tal vez sea la depresión galopante. En el metro hay unos carteles que te animan a hacer outing de la depresión, o de cualquier otra enfermedad del cerebro. Digo cerebro porque no me da la gana decir mental, suena a que te lo inventas. Sin embargo, siempre que dices que estás deprimida, la gente se esfuerza en hacerte ver lo gilipollas que eres por ello. Pero si tienes muchas cosas... anímate. Supongo que a nadie se le ocurriría decirle eso a un diabético: cúrate, vuelve a comer azúcar, anda. O a un celíaco: come gluten, anda, y déjate de gilipolleces.
Si mi blog fuera algo importante, una obra literaria o algo así, los estudiosos harían una división por etapas. A esta la llamarían la de la Decadencia. Más o menos empezaría en el año 2013. Y dirían, la época de Decadencia abarcó del 2013 al ... quién sabe. Eso es lo que me preocupa. El quién sabe. Por eso, los eventos fijos me recuerdan el paso del tiempo y ese "¿quién sabe?".
Pero bueno. Alegría. Ayer compuse una canción muy shoegazing, el día lo merecía. El sábado la tocaremos en el local todos juntos y se nos pondrá la piel de gallina. La música es lo mejor que le pasa al mundo. Sea buena o mala, da igual. Cuando haces música, algo parece volar dentro de ti.
Estoy en Tinder y hago muchos match, sorprendentemente, pero me parecen todas un arma de destrucción masiva emocional. A menos que se demuestre lo contrario. Básicamente, quiero sexo porque hace 16 meses que no me acuesto con nadie y esto empieza a ser aburrido y decadente. Cuando folle lo contaré. Haré un post especial follar.