jueves, diciembre 29, 2005
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domingo, diciembre 25, 2005
nieve asada
- Yaya, que pone que aunque no hagas dieta te baja el colesterol si te las tomas.
No ponía exactamente eso pero se ha comido a gusto el cordero al horno.
Hemos recordado a Felicísimo porque en Nochebuena tocaba la guitarra y no cabía ni un alfiler en la casa.
Felícisimo preparaba nieve asada para cenar. Lo malo es que es un plato que se derrite si no te lo comes en seguida.
- A ver, voy a poner al fuego la nieve, vigiládmela que voy un momentico fuera.
Los niños se quedaban vigilando la nieve que no por arte de magia, más bien por el calor del fuego, desaparecía en la olla y se convertía en agua! Entonces, Felícisimo volvía.
- ¡Pero que ha pasado aquí?! Quién se ha comido la nieve?!
Los niños se miraban y ponían cara de no saber nada.
- Que no se la ha comido nadie, que nosotros no hemos sido!
- ¿Cómo que no se la ha comido nadie?? A ver, pues voy a poner más nieve a asar pero que no os vea yo que os acercais...
Y Felicísimo volvía a poner un poco más de nieve en la olla y volvía a marcharse.
Y otra vez lo mismo, la nieve desaparecía. ¿Quién se ha comido la nieve?
Hemos brindado por las navidades pasadas y por éstas, porque el año pasado mi padre aún estaba en el hospital y no pudimos celebrarlas. Mi madre se fue a las 22:00 a dormir a casa porque estaba cansada y yo me quedé hasta las 24:00 con él. Estuve comiendo un turrón sin azúcar que repartían las enfermeras. Aquella habitación tenía una ventana muy bonita, de estilo antiguo, que daba a una especie de jardín. Eso sí, los árboles estaban descuidados y las ramas eran inquietantes.
***
Ciao
Ahora me gustaría esperar una llamada, hoy me voy a permetir ese lujo, es Navidad. Algo así como "Vaggio, estoy en la calle, ábreme la puerta". Hoy puedo esperar algo imposible.
Una noche, cuando hacía mucho menos frío que ahora, la del 11 de junio exactamente, fui a ver a Giulia a su casa porque estaba con anginas y tenía que ir a cuidarla. Estuvimos bailando en el comedor, no sé qué canción, y como Giulia se pone buena en seguida, nos entraron ganas de hacer el amor.
Así que nos fuimos a la habitación y pusimos música, el cd de Feist seguramente, y seguimos bailando mientras nos desnudábamos. Justo cuando Giulia me estaba llenando el ombligo de besos, oímos unas llaves y la puerta de casa. Joder, era su hermana que al final no había ido al cine.
Giulia se vistió un poco, que es una medida intermedia, y yo... bueno, a mi lo único que se me ocurrió fue taparme hasta arriba con la sábana, por esas cosas de que si tú no ves no te ven. Entonces Giulia salío de la habitación para entretener a su hermana y evitar una entrada triunfal en la habitación. Mientras, yo, tapada hasta arriba, pensando, "y si entra ¿qué hago? Le digo "Hola"? ¿me presento?" Por eso me quedé inmóvil, casi sin respirar. Los animales hacen eso en lo reportajes. Cerré los ojos, como en los dictados de solfeo, para oir mejor. Do, mi , sol.
Giulia disimulaba fatal pero al final su hermana se fué a dormir. Entonces ella volvió a la habitación y me dijo que tenía que esperarme un rato hasta que su hermana se durmiera, porque además tenía la puerta de la habitación abierta.
Nos quedamos a oscuras. Nos gustaba ser un poco sospechosas y susurrantes. Seguimos con lo nuestro, el suelo estaba duro pero es que la cama hacía ñicñic. Luego nos volvimos a meter en la cama. Apreté una tecla del móvil para que se encendiera la luz de la pantalla y podernos ver un poco las caras. Giulia estaba muy guapa con la cara iluminada y me preguntó riendo si la luz era una luna-móvil. Pues No! no era una luna-móvil, era una estrella fugaz-móvil. Y empecé a mover el teléfono de derecha a izquierda simulando una estrella fugaz, claro... "Pide un deseo Giulia, ¿quieres ser mi novia?"
Nos quedamos varias horas hablando sobre nuestra infancia, sobre el colegio, el instituto y esas cosas. Cuando calculamos que su hermana se había dormido, salí con los zapatos en la mano por el pasillo, hacia la puerta de salida. La perra no me esperaba y del susto se hizo pis encima. Fue muy divertido pero no nos podíamos reir porque estábamos de incógnito.
Me puse los zapatos en el ascensor.
La nieve asada se derrite.
miércoles, diciembre 21, 2005
límites variables
Las breves horas con Claudia me han dado 3 vidas extras y un escudo protector super-sónico, que quizás se gaste a media noche cuando los recuerdos vuelvan, pero habrá servido hasta entonces. Además, hacía tiempo que no paseábamos tranquilamente por Barcelona buscando un café. Le he confesado algunas de esas pequeñas ilusiones.
Luego he pegado un chicle debajo de un asiento del metro. Es incívico pero hay cosas peores, como por ejemplo, un dos tres responda otra vez, sentirse hundida.
Y de vuelta a casa, me he pasado de largo y he conducido un rato más. El cielo estaba precioso, las montañas entre sol y sombra, ese tipo de luz que sólo es posible si la llevas dentro. Y lo prometedor, hoy era yo.
martes, diciembre 20, 2005
salida de un cuento
domingo, diciembre 18, 2005
de perros
Este no es mi perro "negro", es mi perra "canela claro".
Hoy es domingo, me he despertado a las 8:00. A las 8:00 es muy pronto. He abierto la puerta y mi perro negro se ha escapado. Hoy se ha ido hacia el bosque, cruzando la calle sin mirar, corriendo por las aceras y por el parque. Un día de éstos nos va a dar un susto. Se ha escapado muchas veces en 4 años, más de 94 veces seguramente. Si fuera un niño lo llevaría al psicólogo, pero es mi perro negro, el tímido, el que apenas ladra pero se escapa y es feliz así, le brillan los ojos cuando vuelve. Es nuestro secreto.
viernes, diciembre 16, 2005
circo
Me he comprado una mesa y un montón de bolígrafos nuevos, dicen que motiva para estudiar.
La pelu bien, pero se pasaron con el plastificado.
jueves, diciembre 15, 2005
cosas tristes y pequeñas
He suspendido otra vez el examen de música,
la profesora me tiene manía.
Siento que pierdo a Giulia a cámara lenta,
por eso hoy me voy a la peluquería.
Recuerdo sus manitas cerradas
y me pongo muy mala,
quizás un tinte en mi cabeza,
ponga brillo en mis ideas.
(cuentito)
Ayer paseé por Barcelona con mi amiga invisible. Cada vez me da más conversación, ¿será preocupante? Le dije algo y se le colorearon las mejillas. Todo es transparente, se niega al tacto.
lunes, diciembre 12, 2005
brecha en el corazón
miércoles, diciembre 07, 2005
Sí
Sí, es verdad.
Es sólo una cuestión de equilibrio.
De comisura de labios.
De que sobren las palabras.
Las promesas siempre se cumplen
mañana.
Y para eso suele faltar muy poco.
Música:
Piano - Paola Vaggio
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Siento mucho la calidad sonora, es una grabación casera. Que nadie me dió clases de piano, también se nota. ¿Y lo bien que me lo paso?
lunes, diciembre 05, 2005
enfadadas en el born
Quiero destacar el cielo del Nus (nudo) de la Trinitat (trinidad) y la vista desde allí, las barriadas, la fábrica de cerveza, chimeneas industriales... Cualquiera puede pensar que con ese nombre tan divino y celestial se trata de un lugar tranquilo para meditar. La verdad es que es un nudo de carreteras. Si supiera hacer fotos me pararía y haría una, pero además de que no sé, si te paras ahí te juegas la vida por una foto y tampoco creo que valga la pena. Quién sabe, igual un día me paro. Diré "un momento". Me pararé, pondré todos los intermitentes, que por supuesto se ponen todos con el mismo botón, si no fuera así tardaríamos demasiado, y haré una foto. Click. Ya está, borrosa.
Si VACACIONES = 1 entonces
Imprimir("ALERTA, discusión")
si no
imprimir("ok")
fin si
Giulia cree que si me quito las gafas la veo **borrosa, aunque lo cierto es que la veo perfectamente, tiene los ojos marrones y muy brillantes. Como caramelos de coca-cola a contraluz. También tiene unos labios bonitos y unos dientes muy blancos y el pelo largo y resbaladizo. Algunas veces vocaliza mal y me dice cosas que no entiendo como "mira la luna que bonita está", aunque en realidad yo oigo "mira la para-parapapá" Entonces pasa un rato y yo le digo "mira la luna qué bonita está" y ella dice "pero si ya te lo he dicho...".
*expectación: 1. f. Espera, generalmente curiosa o tensa, de un acontecimiento que interesa o importa.
viernes, diciembre 02, 2005
Recuerdas cuando
Voy a contar una cosa de otro siglo.
Nuestro piso era pequeño pero a todos les gustaba. Los mares cenábamos pizza, quiero decir los martes. Comprábamos la masa hecha, le poníamos mucha cebolla y atún. Cuando hacíamos sopa se entelaban los cristales. Hacía frío fuera. Y fuera de la cama también. Cuando me despertaba y asomaba la nariz por el edredón, me acordaba de esas narices de zanahoria de los muñecos de nieve en las postales.
Algunas veces me ahogaba de la risa con Cristina.