domingo, noviembre 27, 2022

Se acerca el final del año

Ayer tocamos en una sala a la que le teníamos muchas ganas, y además era nuestro último concierto del año. Para mí fue una noche muy bonita en el escenario, disfruté como nunca. Me sentí muy cómoda y también muy niña que juega a cantar y a tocar la guitarra en una banda. Cuando disfruto tanto, la sensación es tan placentera e intensa que me cuesta dormir, y al día siguiente sigo en la nube. Me he levantado tarde y he desayunado con mi perra en una terraza del barrio mientras el sol calentaba el ambiente húmedo y frío; me he sentido afortunada por todo.

Después del concierto, me quedé bailando en la fiesta que empezaba justo después.  

El momento de volver sola a casa después de un concierto me parece muy de película de Isabel Coixet a finales de los 90's. Sea en taxi, sea en metro, sea en coche, sea andando.

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Llevo semanas reflexionando sobre lo que significa ser valiente. Me he dado cuenta de que no siempre está relacionado con tomar riesgos. Hay que ser valiente para no dejarse llevar por la impaciencia, las prisas, los miedos, la inseguridad. Ser valiente para cuidarse y cuidar a los demás. Etcétera.


domingo, noviembre 06, 2022

¿Por qué siempre tengo en mi cabeza que debo demostrar algo?

Tengo que ir a la psicóloga y a la oftalmóloga. Ambas especialidades están relacionadas con cómo ver, qué ver, cuánto ver, dónde ver. 

Reconozco que estoy en un momento extraño. Ni bueno ni malo. Al final, lo que nos pasa, es la vida. Todo esto que nos pasa es la vida.  Las decepciones, las ilusiones, los éxitos, los logros, los sueños, las frustraciones, el aburrimiento, los enfados, los ni fu ni fa, la euforia, los disgustos, las alegrías, las primeras veces, las últimas, las noches en vela, la ropa por recoger, los platos sucios, los encuentros, los reencuentros, los momentos de luz y los momentos de sombras. 

Hoy hemos hecho un concierto. No es nada fácil lo que hacemos, la verdad. Siempre tengo la sensación de que salimos al escenario a demostrar por qué estamos en ese escenario. Puede ser agotador. Me gustaría salir al escenario sin más. Puede que sea un tema mío. El tener que demostrar siempre que soy válida para esto y para lo otro, como si siempre planeara la duda. Si de algo me sirve escribir estos diarios es para dar con la clave, con la pregunta exacta. ¿Por qué siempre tengo en mi cabeza que debo  demostrar algo? De todos modos, sí, lo que hacemos es complicado se mire por donde se mire. Y lo que hace el público que viene a vernos, también. Plantarse frente a un grupo, del que no conoces nada (o apenas nada) y sencillamente quedarte por curiosidad, es bastante fuerte... Aunque tal vez, el hecho de conseguir que se queden y que los aplausos cada vez sean más entusiastas, y que en los finales de concierto siempre haya esa sensación de haber conseguido hacer disfrutar con tu música a esas personas random que han venido a verte, tiene su mérito.

Hoy estaba en el escenario y pensaba, esto mola, estar aquí, tocando, y que te miren, y te escuchen, y a la vez pensaba, qué difícil es estar aquí tocando frente a estas personas, exponiéndome tanto. Después de cinco años haciendo conciertos, tengo ya una serie de estrategias para sobrellevar los momentos complicados en el escenario. Básicamente, mi estrategia para los momentos de agobio es recordar cómo me gustaba de pequeña imaginarme tocando en un grupo, bajo esas luces rojas y esos focos que a veces deslumbran y no dejan ver más allá. Y me transporto a mi habitación de entonces y a esos momentos de ensoñación.

Hoy he cogido dos taxis. El otro día me compré una guitarra. Ayer me fui a dar un masaje de una hora. Si tengo un problema, no es monetary.