sábado, noviembre 24, 2007

Temas que no importan


Hacía tiempo que no me despertaba un sábado en mi habitación. Mi perra rubia se está convirtiendo en un plumero con patas. Salta de sofá en sofá, no se le ven los ojos, le muerde las orejas a mi perro negro. Él se pone tripa arriba y se deja morder. Hablar de perros es como hablar de sueños, es algo que sólo interesa al dueño de los sueños o de los perros, en este caso dueña, y a quién está enamorado/a de la/el dueña/o de los perros o los sueños.

Con todo el día libre por delante he aprovechado para hacer cosas de chicas y me he teñido el pelo. Si tuviera las uñas largas me las hubiera pintado pero no es el caso, aún así el ejemplo sirve. Podría haber ido a la peluquería pero siempre te tientan con las tijeras para que te lo cortes, y yo ahora lo quiero largo, muy largo, ya me pasa de los hombros más de un palmo. Y estoy orgullosa de ello. Es símbolo de fuerza.

Me he puesto la camiseta de los tintes. Es de color blanco y de propaganda de un torneo de baloncesto. Siempre uso la misma para no estropear otra. Perteneció a mi último novio serio, sin embargo era muy simpático. Es lo único suyo que conservo. Un día quieres tener hijos con él y otro día sólo quieres tener una camiseta para cuando te tiñes el pelo. Mi novio era alto. Mi abuela siempre me hablaba de un novio que tuvo que era muy alto, se llamaba Fernando. Era lo único que destacaba de él, su altura. Se le iluminaban los ojos de tal forma cuando mencionaba su estatura que debió calarme hondo. Ahora mi novio se ha casado y me manda recuerdos para mis padres. Aún le llamo novio, es una manía.

Sofía siempre me dice que tengo el pelo muy brillante. Eso es gracias a una buena alimentación. A los perros también les pasa, cuando les brilla el pelo es que están contentos y bien alimentados. Con los sueños no lo he comprobado, tal vez también influya algo. Yo le digo que ella tiene un pelo precioso. Nunca se lo habían dicho, o esa dice ella, pero a mí siempre me gustó, desde que iba al parvulario me gusta su pelo.

Hoy me siento muy feliz. Otra tema que en general tampoco importa demasiado.

He descubierto una cancioncilla del folklore nórdico que me encanta, la toco con el piano. Está en mi menor. Es triste y triste pero preciosa. Si un día me animo, bajaré los bártulos y la grabaré.

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