martes, noviembre 06, 2007

Trucos




A mi madre le han sacado tres muelas, apenas puede comer y hoy se ha pasado casi todo el día mustia, como una flor de invernadero. Eso me ha hecho pensar en las cosas que nos quitan, las que nos arrebatan sin permiso o las que simplemente nos dejamos arrebatar. Hay personas y cosas que son como las muelas, que te las quitan y las echas de menos unos días, porque te duele el hueco que han dejado, pero luego es un alivio. Un verdadero alivio, no te servían de nada. Mejor desprenderse de ellas.

He imaginado a Sofía en su trabajo, hablando con los que la rodean, haciéndose la seria y la formal. Y luego he vuelto a pensar en el tema de las muelas. No quiero que me la quiten, desprenderme de ella me parece algo tan trágico como un huracán en mi cocina. Muelas necesarias, muelas innecesarias.

Me he sentado al piano con los ojos fijos en las partituras. Debo repetir los ejercicios 21 veces. Me lo recuerda Sofía, que quiere que sea disciplinada. Pero entonces me sale el lado salvaje, me levanto del piano y salgo a la calle. Arranco el coche y me escapo a buscarla. No he llegado al ejercicio 21 pero tengo algo que debo proteger para que no me sea arrebatado.

Estoy pensando en darle un giro a mi podcast, pero aún no se me ha ocurrido nada. También tengo que solucionar como voy a seguir con lo de las notas subterráneas ahora que ya no voy en metro. ¿Notas aéreas?


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