viernes, agosto 23, 2024

Extracción de muela

 Me siento flojita porque me han sacado una muela y me duele mucho. Me parece muy primitivo el método. Estira, estirar y estirar hasta arrancártela. Me duele el hueco que ha dejado, y todo el costado en el que estaba, y me siento un poco triste, triste por el dolor, y porque no me ha dejado dormir...  

El dolor físico me ha hecho bajar las barreras, y tras ellas, han llegado la melancolía y algunas penas de amor muy antiguas, tanto que son como muelas del juicio, que no sirven para nada, pero se agarran con fuerza.

No todo ha sido dolor hoy, la verdad. Se me ha calmado el malestar tomando ibuprofeno y bañándome en la piscina con una colchoneta y dándome impulso con las manos cada vez que rozaba la pared. Me encanta el verano.


domingo, agosto 04, 2024

En modo vacaciones, no sé en qué día vivo

Ayer improvisé una cena en casa y vinieron bastantes amigos, los más cercanos. Siempre me hacen sentir muy querida. Hice una tortilla de patata, que me salió buenísima y muy bonita, de forma. No creo que sea la última cena con amigos en esta casa, todavía faltan muchos pasos para mudarme. De momento, ya me han concedido la hipoteca. Me siento en el mundo de los adultos, aunque ya hace mucho tiempo que lo soy... pero vivir de alquiler da un aura de provisionalidad, como si pudieras escaparte en cualquier momento. Aunque ya hace muchos años que no me quiero ir a ninguna parte ni pienso en ello.

Sigo de vacaciones y estoy en ese modo en el que no sé en qué día vivo, alguna mañana me he despertado preocupada por si me había dormido y tenía que trabajar... otras mañanas no sabía demasiado bien donde estaba... pero ver a mi perra a los pies de la cama, siempre me ancla.

No estoy nada creativa, y tampoco lo estoy buscando. Me apetece mucho descansar, leer  y dedicarle tiempo a lo mundano. Dormirme viendo una película, engancharme a un best seller, salir a dar una vuelta y comerme un helado, organizar una tarde de cine en casa con amigas para ver la nueva peli lésbica de Kristen Stewart, y pensar que es muy guapa...

Estoy con la regla. Mi cuerpo se ha sincronizado a la perfección con la app que uso para contar los ciclos. Es como cuando tienes novia y los cuerpos se ponen de acuerdo. El tema novia lo llevo bastante mal. No estoy poniendo demasiado de mi parte, es que con este calor, pues no apetece. Por la tarde, en mi barrio, siempre corre aire, sobre todo en las calles que bajan al mar. Me encantaría estar en la isla hablando con la camarera que me gustaba, porque allí la brisa era más fresca.

miércoles, julio 31, 2024

Qué alivio tener un lugar favorito

De la isla, he vuelto más morena, más alta, más guapa y más lista. Todo literal.

Llevo ya un día en Barcelona, pero me siento desubicada, como si todavía continuara deambulando por los pasillos del aeropuerto y esperando mi equipaje en la cinta giratoria. La ciudad me ha recibido con un calor insoportable. Con lo bien que se estaba en la isla, con la brisa nocturna y el oleaje de fondo. He sido tan feliz durante diez días, pero tanto, que se me salía el corazón. 

La isla sigue siendo mi lugar favorito.  Ha sido un alivio sentir que todavía lo es. He ido sola pero no me he sentido, en absoluto, sola. 

Lo que más me gustaba era levantarme por la mañana, coger la toalla, y recorrer el caminito a la playa y bañarme a primera hora en ese mar de azules sorprendentes. 

He estado en un hotelito que ha sido un verdadero descubrimiento. Lo conocía de algún otro verano, de pasar por delante y pensar, aquí se debe estar bien. Y efectivamente, no se podía estar mejor. El lugar era como el hotel melancoisla de mi imaginación. Estando allí, me enteré que fue uno de los primeros de la isla. Todo encajaba.

Estaba mi amiga L (su pareja trabaja y vive allí todo el año) y nos hemos visto algunos días. Ha sido muy emocionante compartir un lugar que, por motivos distintos, es muy importante para ambas. He sentido mucha unión con ella. L se mueve con un citroën saxo destartalado, lleno de polvo y sin aire acondicionado. Surcábamos los caminos de tierra con las ventanillas bajadas y el sonido constante de las cigarras.

En la habitación de al lado me tocó de vecina una bilbaína que también estaba de vacaciones sola. Compartimos algunas cervezas nocturnas, muchas risas y conversaciones nuevas, por estrenar, conversaciones entre desconocidas. Además, por edad y similitud de contexto, estábamos en etapas muy parecidas.

 Alejarme unos días de mi vida también me ha servido para hacer las paces con el cambio que se viene y empezar a cerrar esta etapa de 11 años. Me siento con mucha fuerza.


miércoles, julio 03, 2024

Fantasmas para siempre

Hoy he estado investigando en el archivo de mi pasado para comprender mejor cómo me siento ahora. El archivo no es figurado, el archivo está aquí, a mano derecha, ordenado por meses y años. 

Me he dado cuenta de que era muchísimo más literaria antes que ahora. Y también de que estaba perdida. Perdidísima. Recuerdo ese libro de la fotografía. Era sobre terrados, edificios y ciudades llenas de solos y solas. Me lo regaló mi amiga Eva, que había compartido noches de fantasmas conmigo en una ciudad que se presta muchísimo a ello. Siempre lo recordaremos.

Sigo consultando el archivo, quiero llegar hasta el primer día en el que estuve aquí, en esta casa. (Paréntesis: Cuando me leo en el pasado, me doy mucha rabia. De verdad, es que me daría dos hostias.)

Ahora que, probablemente (nada es seguro hasta que no pasa) deje este lugar que ha sido mi hogar desde septiembre de 2013, quiero recordar cómo fue la primera noche. 

Estaba muy ilusionada con el cambio.  Aunque ahora sé que vinieron años muy complicados. Años es lo que tuve que aprender a vivir con una sombra que no me dejaba en paz. Y luego llegaron los tiempos muy felices y duraderos, en los que empecé a sentirme bien e inspirada por la vida. La sombra desapreció -aunque, de vez en cuando, le gusta asomar la patita.

¿Y si no soy feliz en la nueva casa? ¿Y si echo de menos esta? ¿Y si no tomo una buena decisión?  Pero, ¿y si no tomo una decisión y me arrepiento de no haberlo hecho? 

Me cuesta dejar este amor imposible atrás. Imposible porque sé que está por desaparecer. Que en cualquier momento me dicen que me tengo que ir y no habrá un plan B. De este amor, en el que me he resguardado cuando todo estaba patas arriba, es mejor que me vaya yo antes.

Todo esto se resume en miedo.

Como escribí cuando empecé a vivir aquí... "y si hay algún fantasma, seguro que será bueno". 

Una carta.

Querido fantasma de la casa,

No sé quien eres, pero me has cuidado de corazón y quiero darte las gracias. ¿Recuerdas cuando me mudé aquí ? Todavía no nos conocíamos y... a veces... yo estaba en la cama y pensaba, ¿qué hago aquí tan sola? ¿por qué estoy tan sola en esta cama? ¿qué ha pasado? 

Me llevó mucho tiempo adaptarme. 

Este amor nuestro, fantasma de la casa, será para siempre. Quiero que lo sepas. Que este no es un amor de los que se acaban.

Seguro que en la casa nueva hay algún otro fantasma. Aquí también hay otros, lo sabes bien, y no han sido amables, pero hemos convivido. La otra casa está aquí al lado, a 600 metros. Te puedes venir, si quieres, a echar la tarde, por si no te gustan los nuevos inquilinos. Creo que van a ser guiris. Lo sabes, ¿verdad? Expats, nómadas digitales con perfiles en bumble, personas que son optimistas todo el tiempo... No creo que te gusten, pero te vas a reír.

Te quiero, la verdad es esa, y me cuesta mucho separarme de ti. 

Estaba pensando... ¿Quieres venirte conmigo? 

¿Es un idea descabellada? 

¿No se mudan los fantasmas? 

Está muy cerca, de verdad, está a tres calles. 

Te llevo de la mano, si tú quieres.

L.

domingo, junio 16, 2024

Summetime GLADness

Me he autorescatado. Dame agua para nadar y una toalla para secarme al sol, y soy feliz como una niña el último día de colegio.

Además, en verano, entro en amor profundo por mi barrio, todavía más. Vivir tan cerca de la playa y con una piscina pública que es pura gloria en el buen tiempo, es casi como estar de vacaciones todos los días.

Otra cosa que me gusta de junio es liberar mi cuerpo de la ropa de invierno. Y que el pelo se me riza mucho.

Estoy muy contenta. Después de unos días intensos y de bastantes rayadas existenciales, he vuelto a florecer. 

Cruzar la ciudad en coche ayer con M al volante fue muy divertido y rozó la aventura. Me recordó a cuando teníamos veintipocos e íbamos siempre en mi coche a todas partes, mientras yo me sentía enamoradísima de ella, de mi amiga hetero. Todavía no concibo cómo podíamos movernos en coche por Barcelona y aparcar, pero lo hacíamos. 

Esta semana murió el padre de una de mis amigas más cercanas y estuvimos acompañándola todas para que no se sintiera sola. La verdad es que es un tema que ya me toca de forma muy dolorosa, pero hay que aceptarlo. Ser hija única te deja al descubierto. De pequeña tuve un hermano invisible, muy guapo y que tocaba la guitarra.

Tengo muchas ganas de enamorarme pero no encuentro de quien. También sigo buscando piso del que enamorarme, pero es que ya estoy enamorada del mío de alquiler. Es complicado.

Voy a poner mi vinilo de rocksteady, que me encanta escuchar cuando llega el buen tiempo.

El otro día me felicitaron por mi trabajo y la verdad es que me sentí muy orgullosa.


miércoles, junio 12, 2024

Un rescate en verano

Hoy ha llovido todo el día. Me encanta trabajar mientras llueve. El adolescente que duerme en el piso de abajo habla y se ríe fuerte a esta hora, justo cuando yo me voy a dormir. Me enfado y me desvelo. Debe estar jugando en línea o algo así. Cosas de adolescentes. Yo chateaba en silencio, a su edad. 

Cuando me desvelo me pongo a pensar en cosas que no debería pensar a estas horas. En resumen, ya hace días que me he dado cuenta de que me han hecho daño a propósito. No sin querer. Es distinto cuando hay daños colaterales, pero en esta situación, alguien me ha hecho daño queriendo. Pues muy bien, lo ha conseguido. ¿Debe sentirse más feliz? Seguramente, sí. Pobre desgraciado... Qué mezquino. Pero... tiempo al tiempo. Se hará justicia poética.

Llega el verano y siempre pienso en volver a la isla, porque era mi lugar favorito, pero a la vez, me da mucho miedo por si, precisamente, me agarra un brote de melancoisla. El año pasado estuve a punto de volver, pero finalmente cancelé el viaje porque estaba en medio de una situación muy complicada. Cualquiera que me lea pensará que soy muy problemática. Que va. Soy sencillísima.

Siento incertidumbre cuando se acercan las vacaciones. No sé si voy a poder solucionarlo con la psicóloga porque a veces no le hago caso. A ver qué me propone.

De niña fui muy feliz en verano. Las pelotas de ping pong, la música lejana, el aire colándose por las ventanillas del coche, el murmullo en la playa, pasar con la bici bajo una pinada. Hace algunos años que espero un rescate en verano, pero no llega. ¿Este va a volver a ser uno de esos veranos en los que espero que el siguiente sea mejor? 

Creo que esta noche ya no voy a solucionar nada relacionado con el verano que se acerca, así que mejor me voy a dormir. Apostaré por soñar con un rescate.


sábado, junio 08, 2024

ensoñación en barcelona

Viento del Sahara en Barcelona y día encapotado. He cogido la bici y a mi perra y nos hemos ido a hacer kilómetros, aunque no era el mejor día, pero me apetecía.

Ayer estuve en el Fire. Vi un documental que me gustó. La directora había acumulado horas y horas de cintas de vídeo de todas sus relaciones importantes. Lo que me pareció curioso del documental fue el punto de vista. No era ella quien recordaba sus relaciones del pasado si no sus ex-parejas. Al principio pensé que era bastante egocéntrico juntar a todas y a todos tus ex para que hablaran de ti, pero una vez metida en la narración, la verdad es que me pareció muy interesante. Lo más bonito es que la historia de cada relación se ilustraba con vídeos, fotografías reales y cartas del pasado, de cuando estaba sucediendo, mezcladas con fragmentos de las confesiones de esas personas en el presente, tras el paso de los años, con las caras cambiadas, más arrugas, pero conservando la misma mirada y los gestos que mostraban en esas secuencias de vídeo del pasado... cuando estaba enamoradas. 

Fui a ver el documental con Cl, que es una amiga de cuando estudiaba en la universidad pero que, sorpresa, hace un par de semanas nos enrollamos y ésta también. Creo que no va a durar demasiado nuestra fase carnal porque no queremos que haya confusiones entre nosotras, pesa mucho más la amistad.

La semana pasada estuvo marcada por el concierto de Lana del Rey en el Primavera Sound y también por el cumpleaños de mi amigo E. Después de la celebración nos fuimos al karaoke queer. Canté. Evidentemente, canté. Y canté muy bien. He de decirlo. Interpreté la canción de diez.  Me gané al público, podría decirse. ¿Qué canción de Lana del Rey podía escoger una lesbiana como yo, con un pasado intenso y un presente reflexivo? Summertime Sadness, efectivamente. Mi público estaba con ese aura de haber ido al concierto el día anterior y seguir en ese estado de ensoñación. Fue un momento perfecto. El bar, las luces, el micro en la mano, oh my god, I feeling in the air... Por muchos años que pasen, siempre aparece la misma persona en mi mente cuando canto esta canción.




Tal vez escriba un rato más luego.