La última noche que estuvimos en Lisboa, fuimos a cenar al Chapito, en la rua do Milagre de Santo António, muy cerca del Castelo. Era un sitio peculiar, al parecer escuela de circo y hervidero de cultura alternativa. Desde allí emitía la radio pirata de la Lisboa revolucionaria. Nos jugamos la noche a la baraja de Pessoa, con cara de poker sin poker y creímos en nuesto naipe con el mismo impulso que hace que nos creamos un cuento y que las chimeneas de la tarde sean una ilusión. Hoy volví a pedir más cartas, para mi jugada de pasado, presente y futuro. Sin mirar, escogí estas tres:
Pasado:
2 (Picas), "Estoy solo, solo como nadie lo ha estado. Hueco dentro de mí, sin después ni antes." (Álvaro de Campos)
Presente:
4 (Corazón), "Cuanto fui, cuanto no fui, todo eso soy. Cuanto quise, cuanto no quise, todo eso me forma" (Álvaro de Campos)
Futuro:
K (Diamantes), "Soy como un cuarto con innumerables espejos fantásticos..." (Fernando Pessoa)
¿Habrá sido el azar?
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