lunes, marzo 28, 2005

un buen día

Un buen día, miro a su alrededor. Un buen día, miró a su alrededor y la casa estaba vacía.

Eva se iba a cuentagotas.

Primero fue un disco, ¿te darías cuenta si un día falta un disco?
Otro día debió de ser un libro o muchos libros. Todos de golpe. Después fue el cuadro de arena, la estepa africana, de eso sí se dió cuenta.

- ¿Y la estepa africana Eva?
- ...

Un día una cosa. Otro día otra cosa.

Llegó un viernes y apenas quedaban dos sillas. Vinieron Roberto y Claudia, ellos se sentaron en el suelo.

Cenaron.

Roberto había pasado seis meses en Alaska. Trabajando. Contó muchas historias, tantas historias que ... quién iba a pensar en las sillas, en los libros, en los discos, en la estepa africana y en todo lo demás. Los seis meses en Alaska de Roberto era lo principal.

Llegó una noche y no había cama. Se acurrucaron en un saco de dormir. En el final de Eva, la A no se recupera, se va, es un estallido que deja sin aire.

Un día una cosa. Otro día otra cosa. El camino de vuelta.

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