Esta fotografía se parece mucho a otra que hice a principios de agosto. Sus colores me recuerdan que tus ojos son como el mar.
Toni ya ha arreglado el ordenador y no tenemos que salir a buscar ningún ciber café. Toni es camarero y trabaja de mayo a octubre. Precisamente me encontré con un camarero en la cola para sacar los billetes del barco. Trabajaba en el bar de al lado de mi antiguo trabajo, enfrente de la parada del metro. Lo reconocí por la voz, luego me fijé en su cara y era él. Qué curioso encontrármelo en un lugar tan luminoso, aquella cafetería siempre me pareció muy encerrada, sin ventanas. Solíamos hablar, a veces me invitaba a fumar. Pero no le saludé en el puerto, no me apetecía mezclar las mañanas grises de invierno con éstas.
Un perro vino a bañarse a la playa. Iba con una chica morena. Yo me fijé en el perro y le dije "bis bisss" y la chica me preguntó " ¿hablas español?". Ella era alemana. Iba con un porta documentos de piel y con zapatos de calle. Me dijo que acababa de llegar a la isla y que por favor le guardara la cartera un momento porque necesitaba bañarse, que no podía resistir más la tentación. A mí me pareció bien que me dejara a cargo de sus documentos y su perra. Se quitó la ropa y se fue a nadar. La perra salió tras ella y se dio un chapuzón. Luego vino corriendo a mi lado, mejor dicho al lado de la cartera de su ama, y se quedó allí estornudando. Los perros estornudan cuando están contentos.
La chica nadaba, se sumergía y volvía a nadar. Sí, ya sé esa sensación de querer nadarlo todo. Pero no estuvo demasiado rato. Mejor, porque entonces podría empezar a parecer un abuso de confianza. Salió sonriente y dijo "esto es el paraíso" mirando hacia el mar. Me dio las gracias muchas veces y yo "de nada, de nada" y me contó que en Alemania había nevado esa misma noche. Dijo: "en mi país... esta noche, frío dentro de la tierra. Esto es otro mundo!". Luego vi en el telediario que efectivamente había nevado en Alemania. Me contó que su perra se llamaba Linda por la isla, porque era linda como ella, y que sus padres tenían una casa allí y que la perra había nacido en Formentera... "y no olvidaba sus raíces". Esta frase la dijo muy bien y sonrió al final como dándose cuenta de lo bien que había hablado. Se secó un poco con un pañuelo, se volvió a vestir y se marchó con su perra. Me pareció muy simpática. Era guapa pero no guapa de creída, era guapa sin saberlo.
A dormir.
Toni ya ha arreglado el ordenador y no tenemos que salir a buscar ningún ciber café. Toni es camarero y trabaja de mayo a octubre. Precisamente me encontré con un camarero en la cola para sacar los billetes del barco. Trabajaba en el bar de al lado de mi antiguo trabajo, enfrente de la parada del metro. Lo reconocí por la voz, luego me fijé en su cara y era él. Qué curioso encontrármelo en un lugar tan luminoso, aquella cafetería siempre me pareció muy encerrada, sin ventanas. Solíamos hablar, a veces me invitaba a fumar. Pero no le saludé en el puerto, no me apetecía mezclar las mañanas grises de invierno con éstas.
Un perro vino a bañarse a la playa. Iba con una chica morena. Yo me fijé en el perro y le dije "bis bisss" y la chica me preguntó " ¿hablas español?". Ella era alemana. Iba con un porta documentos de piel y con zapatos de calle. Me dijo que acababa de llegar a la isla y que por favor le guardara la cartera un momento porque necesitaba bañarse, que no podía resistir más la tentación. A mí me pareció bien que me dejara a cargo de sus documentos y su perra. Se quitó la ropa y se fue a nadar. La perra salió tras ella y se dio un chapuzón. Luego vino corriendo a mi lado, mejor dicho al lado de la cartera de su ama, y se quedó allí estornudando. Los perros estornudan cuando están contentos.
La chica nadaba, se sumergía y volvía a nadar. Sí, ya sé esa sensación de querer nadarlo todo. Pero no estuvo demasiado rato. Mejor, porque entonces podría empezar a parecer un abuso de confianza. Salió sonriente y dijo "esto es el paraíso" mirando hacia el mar. Me dio las gracias muchas veces y yo "de nada, de nada" y me contó que en Alemania había nevado esa misma noche. Dijo: "en mi país... esta noche, frío dentro de la tierra. Esto es otro mundo!". Luego vi en el telediario que efectivamente había nevado en Alemania. Me contó que su perra se llamaba Linda por la isla, porque era linda como ella, y que sus padres tenían una casa allí y que la perra había nacido en Formentera... "y no olvidaba sus raíces". Esta frase la dijo muy bien y sonrió al final como dándose cuenta de lo bien que había hablado. Se secó un poco con un pañuelo, se volvió a vestir y se marchó con su perra. Me pareció muy simpática. Era guapa pero no guapa de creída, era guapa sin saberlo.
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