lunes, mayo 26, 2008

Mañana no tengo que madrugar




El Corte Inglés me parece muy romántico desde que la conozco. Es el único lugar al que acudir un viernes a las 21:40 a comprar limones y menta para hacer mojitos con ella.

El vendedor nos dejó probar las cuatro bicicletas que tenían de exposición. Nos dijo que podíamos pedalear por la planta siempre y cuando no nos fuéramos escaleras abajo. Lo dijo muy serio. Y así nos pasamos un buen rato, sorteando hamacas de jardín y barbacoas en la última planta a las cinco de la tarde.

Finalmente, compramos tres botes de tomate triturado, dos truchas, un paquete de jamón salado, dos zumos de limón y dos bicicletas plegables. No sé qué tipo de personaje seríamos en una novela.

He abierto los ojos, he oído llover, la he despertado. Ella no abre los ojos en seguida porque los tiene muy bonitos. Yo se los tengo que proteger con los míos, que hoy son oscuros y valientes.

Me ha dejado La mitad sombría de Flavia Company. Tiene algunas frases subrayadas y notas como "genial!", "fantástico!" "me encanta!", "bello". Algunos fragmentos están sólo subrayados. Intento analizar por qué los ha subrayado y sin querer me monto una historia que no tiene nada que ver con la de la novela. ¿Se puede conocer más a alguien por lo que subraya? Estoy un poco angustiada por la lectura. Mi madre siempre me decía en broma que llevar bolsas de plástico era de indigentes, y me estoy acordando mucho de esa frase. Ya no me parece tan en broma.

Alguien debería enseñarme a poner comas. A veces pongo puntos por no poner comas.

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