Hacía meses que no tocaba el piano en mi casa en domingo por la mañana. Ayer lo hice. Mi perra rubia tomaba el sol. Mi perro negro lloraba un poquito porque le cuesta ser valiente. Y tanto que cuesta. "Abriga las notas", me dijo mi profesora la semana pasada, pero yo tenía los dedos fríos y el vals era sobre hielo. Pensé en bufandas, guantes, gorros, leotardos. Y claro, a la vez en leopardos.
Algunas de las cosas que he visto son imaginadas.
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