Voy a copiar aquí los post de las tres finalistas, a ver si decidimos algo. Como muy tarde, el martes sale la ganadora. Os vuelvo a dar las gracias a tod@s. Las que no salgáis ganadoras podéis escribir otro personaje del hotel, si os apetece. A mí sí.
Candidata 1. Entrada de Brunella Cardini
"La Ducati de mi hermano y las varillas de paraguas"
Tu hermano se va a matar con la moto, me decían.
Y, contra todo pronóstico, a mi hermano no se lo llevó la moto sino un mal navajazo.
Aquel día no entré en la iglesia. No abracé a mi madre. No me vestí de negro. Me tomé un café solo y huí en la Ducati de mi hermano. Yo, que jamás había conducido una moto, me aferré a ella como si fuera un salvavidas. Hasta que agoté el depósito y tuve que fingir desenvoltura reponiendo combustible en la primera gasolinera.
Amé su color rojo por encima de compromisos y estabilidades. Mi hermano se había marchado y yo me sentía como un ladrón sin guarida en la que ocultarse. No comprendía el mundo, lo único que me quedaba era una moto, una foto de mi tía Lisa, dinero para pasar un par de meses y muchas preguntas revolviéndose en mi cabeza. Y unas iniciales que no podía olvidar: L.V.
Mi hermano no se mató con la moto así que yo presentí que estaría a salvo sólo si no me separaba de ella. Sería mi salvoconducto hacia otro lugar, lejos de miradas turbias y envidiosas. Las mismas miradas que no habían comprendido que yo no quisiera continuar con el negocio de mi padre, ¿tanto les costaba meterse en mi piel?
Mi padre poseía una pequeña empresa dedicada a la fabricación de varillas de paraguas; de hecho, tenía el monopolio ya que no me consta que existiera otra empresa que fabricara aquellos mecanismos. Aún hoy, cada vez que abro un paraguas, no resisto la tentación de echar un ojo al interior buscando sus iniciales B.C.: Bruno Cardini. Es en vano. La empresa cerró a su muerte y en el pueblo no pudieron soportar que ni mi hermano ni yo no nos hiciéramos cargo del negocio.
Dedicarse a luchar contra la lluvia nunca me pareció una empresa demasiado próspera.
La primera noche que pasé fuera de casa recuerdo que soñé que una lluvia torrencial caía sobre el pueblo y que no existía ni un solo paraguas. Los habitantes corrían despavoridos y lloraban sin saber dónde guarecerse. Creo que es el único sueño que recuerdo de todos los que he tenido a lo largo de mi existencia.
Y ahora he llegado a la isla como una exhalación. Me he pasado toda la mañana recorriéndola, familiarizándome con sus caminos de tierra, con la vegetación, con sus olores. Todo es nuevo pero extrañamente familiar. Un impulso dentro del cuerpo me obliga a quedarme en este lugar, lo noto.
Toda mi vida ha consistido en ascender sin perder ni un segundo, sin detenerme a valorar lo realmente importante. Tal vez haya llegado el momento de descender sin cuestionarme nada más.
Ahora debo pensar dónde pasar la primera noche.
***
"Segundo día"
Afuera luce un sol espléndido. No podía ser de otro modo; al fin y al cabo, es lo que se espera de una isla. Sol y soledad, amarillo y gris, como las piedras del puerto. Sólo el tiempo dirá si he hecho bien; de momento, las sensaciones son positivas. No hay turistas, el contacto con los pocos habitantes se reduce a la compra semanal – tendré que organizarme bien, aquí no hay supermercados- y a la misa del domingo. Queda claro que, si me ven, será únicamente en la primera opción. Quién sabe, quizás dentro de unos meses verán a una resucitada.
Sólo 72 personas en toda la isla. Una de las razones para escoger ésta entre todas las tierras perdidas. Me pareció un buen augurio, nací en el 72… Cuando has perdido el norte y buscas orientarte de nuevo, cualquier coincidencia parece la señal para acercarse, un poco más, a la tabla que podrá salvarte. Tiempo, soledad y distancia, es todo lo que necesito. Aquí podré rehacerme, recuperar los trozos y reunirlos en algo que recuerde a mí o, quién sabe, en un nuevo yo que no necesite al anterior para seguir adelante. Quizás esto último, sí.
No puedes reprocharle que no quisiera venir contigo, lejos de todo lo que le es necesario: la ciudad, el movimiento, el ruido. Los museos, el cine en versión original, los restaurantes caros. Cómo iba a seguirte a una isla. Quizá hubiera venido de visita, pero mejor así. Me hubiera pasado los días esperando su llegada, en lugar de concentrarme en mí. Tiempo. Y el mar.
De un modo u otro, desde alguna de las ventanas de mis diversos hogares, siempre ha sido posible ver el mar. Aquí lo tengo a unos pasos, y ayer fue agradable dormirse arrullada por las olas. De momento es agradable; me pregunto cómo será en invierno… Confiemos que todo irá bien.
Iré a dar una vuelta con la Ducati. Nada como el sonido del motor para sentirme viva: kilómetros de carretera por delante, sin nada ni nadie a ambos lados, sólo la tierra yerma, llana, desnuda y salvaje. Y al final del camino, al otro lado, de nuevo el viento y el mar. Hoy voy a darle gas. Que sepan las aves y las rocas que no he venido aquí a enterrarme, sino a resurgir.
Descripción del personaje:
Tiene 38 años, es atractiva, ojos color miel, labios gruesos, media melena lisa, morena. Viste ropa cómoda (vaqueros, camisas, botas, zapatos planos), que no le molesten para ir con la Ducati. Está pasando un momento complicado, porque quiere replantearse su vida (ha conseguido todo lo que quiere desde el punto de vista material, pero se siente vacía). Tiene pareja, pero en el momento en que planteó un cambio de vida, no quiso acompañarla. Ahora mismo no se siente ligada a nada. Ha decidido hacer un parón, irse a vivir sola a una isla y ver hacia dónde encamina sus pasos.
***
....
A. vuelve después de más de 10 años a enfrentarse con su pasado.
Se aloja en el Hotel Melancolisla, lugar al que hubiera preferido no volver pero que irremediablemente ha marcado su destino.
....
NOTAS / 19:34 PM
Cuando voy en moto me imagino siempre que nadie me conoce. Que nadie sabe quién soy.
Es como cuando te escondes tras una cortina y se te ven los pies pero crees que no te ve nadie.
A cada curva, reduciendo las marchas, sueño con que apareces directamente en la autopista y en dirección contraria.
Me vuelvo un kamikaze.
Al oler de nuevo el aire de la isla, parecía como si me estuvieran esperando.
Me moría de sed y he parado a tomar un refresco en el bar que quedaba en la travesía del pueblo. Esperaba una entrada indiferente pero en seguida me han reconocido, en la barra estaba Luis, el cartero del distrito marítimo donde tenía la casa mi familia. Al parecer, sin el casco de la moto apenas he cambiado la cara en estos años. Hacía tiempo que no veía a nadie tan contento de verdad de volver a verme. Después de tanto tiempo me ha recordado la voz del cartero a las puertas abiertas de casa de mis abuelos, corriendo con los pies descalzos y recién desayunados, recogiendo las postales que mis padres enviaban cada verano desde sus destinos de vacaciones. Le he preguntado, como por casualidad, sobre como llegar al hotel, como si lo hubiera podido olvidar durante estos años, como si no recordara al número exacto de curvas que me separaban de aquel lugar.
Mientras me hablaba, he sacado el viejo mapa de la isla que guardaba en mi bandolera como una reliquia pirata, al desplegarlo se han desprendido unos cuadrantes del mismo, era casi todo océano, agua sin importancia. Sobre los restos de pliegues resquebrajados Luis el cartero me ha marcado algunos tramos recientes y posibles obras en el camino de acceso al hotel debido a las fuertes lluvias de este verano, pero a pesar de estas pequeñas correcciones sobre el papel. en realidad, la cartografía de esta isla poco había cambiado .
Siempre me ha gustado llevar mapas usados de los sitios que conozco.
Se me hace tarde y debo llegar al hotel, todavía no he reservado habitación.
A.
Estupenda elección... "La chica de la Ducati Roja" (sea quien sea de las tres candidatas) aquí tiene a una seguidora!
ResponderEliminarMe apetece decirlo en plan Yoda "difícil elegir es, joven Jedi"
ResponderEliminarDespués de haber leído los tres relatos, yo me quedo con el primero, aunque el último también me gusta mucho.
Me pensaré otro personaje, quizá alguien que robe la ducati ¿quién sabe?
Besos
A mi, la candidata 1 me parece una gran apuesta.....
ResponderEliminarvoto por ella, Brunella Cardini
y mucha suerte también a las otras candidatas!
Ha estado muy interesante lo del casting, muy buena idea.
(Hoy he visto una Ducati Roja por la calle, aparcada, antes no me fijaba tanto...no sabía que hacer, si pararme, si sonreir, si hacer una foto..he pasado de largo, pues llevaba bastante prisa, y mientras caminaba iba girándome todo el rato como si no pudiera perderla de vista, y me maldecía por no haber parado siquiera a apuntar el número de matricula, por si acaso, por si era ella....)
Qué pena, la verdad es que estaba difícil la elección, había propuestas muy bonitas.
ResponderEliminarMucha gente con cosas por decir, está claro.
Eso sí, seguramente la isla deje de tener 72 habitantes y el hotel esté lleno durante un tiempo.
Y qué curioso, estas tres propuestas tienen en común frases que se te clavan cuando las lees. De esas que se apuntan en un cuaderno pequeño.
En fin, yo ahora mismo no elijo. Lo voy a repensar.
Guau! Qué decisión más difícil... Yo me quedo con las candidatas 2 y 3, por eso de descartar, pero resulta muy complicado apuntar bien.
ResponderEliminarQué emoción, no? Jajaja!
Besos, aviadora...
Qué dificil, me encanta como escribe Lluïsa Miró pero igual me quedo con la primera candidata.
ResponderEliminarParecido a tener que escoger con quien mantendras una relacion duradera tras solo primeras impresiones de unas cuantas chicas que parecen todas muy sugerentes.
Pues yo me quedo con la tercera candidata.
ResponderEliminarNo sabía que había que mandarte algo escrito para el casting, aunque una vez releido tu post, me quedó claro que no me esteré bien.
Bueno la cosa es que veo hay cabida para más inquilinos en el Hotel, así que te mandaré en breve algo por si quereís incluirlo.
Y lo dicho, a mi la que más me ha gustado es la última candidata;"A"
Suerte a todas y gracias por la iniciativa.
Saludos.