(He cambiado el vídeo porque había puesto el del segundo pumse: los nervios pre-examen)
Escuchamos el tejido de nuestros doboks al tensarse con cada movimiento. Damos golpes y patadas al aire a contrarios imaginarios. El espejo del gimnasio devuelve nuestros ataques, ¿somos nosotras el enemigo?
Mañana tengo mi primer examen de Taekwondo. Pasaré de cinturón blanco a amarillo, color que simboliza la tierra. Tendré que recordar todo lo que me ha enseñado el maestro durante los dos últimos meses: técnicas de puño, técnicas de patada (aph chagui, dolio chagui y yop chagui), paradas (are maki, montong maki, holgul maki), técnicas de defensa personal y, lo más bonito, el primer pumse, Taeguk il Chang. Lo podéis ver en el vídeo. Cuando tenía nueve años también hacía Taekwondo y me pasaba el día practicando el primer pumse. Es algo que estoy volviendo a experimentar.
Lo más importante de hacer Taekwondo es haber recuperado a una amiga de los veranos de mi infancia. Ahora nos vemos cada semana en el gimnasio y es como si no hubiéramos estado quince años separadas, como si de crías hubiésemos planeado que a los treinta viviríamos en la misma ciudad y practicaríamos un arte marcial. Al verla, revivo la ilusión de entonces al encontrarnos todos los veranos, la emoción que sentíamos al recibir nuestras cartas durante el invierno, y aquella primera tristeza de octubre que mi madre me contaba que se llamaba nostalgia.
He recuperado una parte importante de mi vida. Me siento en el lugar, en el continente que estaba buscando.
Tierra a la vista.
Chumbi.
Mañana tengo mi primer examen de Taekwondo. Pasaré de cinturón blanco a amarillo, color que simboliza la tierra. Tendré que recordar todo lo que me ha enseñado el maestro durante los dos últimos meses: técnicas de puño, técnicas de patada (aph chagui, dolio chagui y yop chagui), paradas (are maki, montong maki, holgul maki), técnicas de defensa personal y, lo más bonito, el primer pumse, Taeguk il Chang. Lo podéis ver en el vídeo. Cuando tenía nueve años también hacía Taekwondo y me pasaba el día practicando el primer pumse. Es algo que estoy volviendo a experimentar.
Lo más importante de hacer Taekwondo es haber recuperado a una amiga de los veranos de mi infancia. Ahora nos vemos cada semana en el gimnasio y es como si no hubiéramos estado quince años separadas, como si de crías hubiésemos planeado que a los treinta viviríamos en la misma ciudad y practicaríamos un arte marcial. Al verla, revivo la ilusión de entonces al encontrarnos todos los veranos, la emoción que sentíamos al recibir nuestras cartas durante el invierno, y aquella primera tristeza de octubre que mi madre me contaba que se llamaba nostalgia.
He recuperado una parte importante de mi vida. Me siento en el lugar, en el continente que estaba buscando.
Tierra a la vista.
Chumbi.
Las madres siempre saben cómo llamar a las cosas. Suerte para el examen...Besos
ResponderEliminarTambién practicaba Taekwondo con 9 años, mi amigo y yo nos quedamos en cinturón amarillo, parece ser que algo no le gustó a su madre ni a la mía... 16 años después el gimnasio del barrio está más que cerrado. Vestimos los kimonos por última vez para un carnaval, ahora pasan de mano en mano entre las más pequeñas de la familia.
ResponderEliminarHoy también tengo un examen importante, suerte para el tuyo :)
Se parece a la primera Kata del Kárate, lo practiqué muchos años... cuando jóven. Mi hermana ahora está en Taekondo y está muy contenta con todo lo que libera a diario. El otro día peleamos ( entiéndase con amagos de patadas y puños) y aún le gané....me ha dado nostalgia esos buenos tiempos de gimnasio..
ResponderEliminary bien? :)
ResponderEliminarYo hice un montón de años karate y llegué hasta el 1er Dan y lo tuve que dejar. Era una máquina inofensiva de matar.
ResponderEliminarTambién me reencontré a una amiga de la infancia, una de esas que desaparecen con 6 o7 años. Éramos uña y carne cuando aquello.
De hecho una vez la echaba tanto de menos que le escribí una carta super bonita. Luego cogí un sobre para poner la dirección y no me la sabía. No sabía dónde había ido. Fue traumático.
...
Qué gracia, mira cómo se parecen los katas de karate y taekwondo:
http://www.youtube.com/watch?v=3xpoCR8aW5Y&feature=related
El ruido del tejido del kimono...qué recuerdos.
Siempre pienso en volver, cada día estoy más cerca de los 30.
Pensaba leyendo tu entrada que yo también he tenido amigas a las que escribía cartas... y recordaba lo bonito que era. Me alegro mucho del reencuentro. Eso siempre es bonito. Y me alegro de que al leer tu entrada, tuviera en mi mente por unos momentos el nerviosismo de encontrar una carta en mi buzón de una amiga lejana.
ResponderEliminarEspero que fuera bien el examen.
Un beso,
Rebeca
¿Ya tienes el cinturón amarillo?
ResponderEliminares que hay amigos del alma, y con esos el tiempo es una ficcion que solo nos pinta arruguillas por aqui y por allá.
ResponderEliminarespero que el examen fuera mas que bien y luzcas tu cinturon amarillo :)
otro beso