El amor no es ciego pero puede cegar, nos puede dejar famélicos, hacer desaparecer nuestro aliento, puede ser un amor perro, correspondido y no correspondido, en una gran urbe, en calles, avenidas, casas, habitaciones y rincones, en la mas oscura noche o la mas brillante, en barrios marginales o pudientes...pero siempre amor. Algo único, insólito e inaudito, tan bello como desgarrador, apacible y salvaje, tan dócil como cruel, así es el amor, esto es amor, por todo, por vivir para morir de amor.
A ver... cómo digo esto... Acabo de tener un flash. Uno de esos momentos que tienes muy de vez en cuando. Una de esas cosas que te vienen de repente y te dejan sin aliento. Y es que ahora, al entrar en tu blog por casualidad, me he acordado de ti. Yo te seguía. Tú comentabas en mi blog de vez en cuando, hace muchos años. En 2004 - 2005. Yo lo dejé y hace un par de años que decidí volver, pero tú sigues aquí. Una sorpresa tan agradable como regresar a un lugar conocido muchos años después y reencontrarte de nuevo con el neumático colgando del árbol, en el jardín.
Me doy cuenta que no he comentado la entrada, que quizás este no sea el lugar adecuado para escribir esto (Dios mío acabo de descubrir a Ike Janacek, otra de mis lecturas olvidadas), pero necesitaba decirlo.
Y habitaciones de hotel con las sábanas tan limpias como blancas.
ResponderEliminarUn abrazo
Nieves
El amor no es ciego pero puede cegar, nos puede dejar famélicos, hacer desaparecer nuestro aliento, puede ser un amor perro, correspondido y no correspondido, en una gran urbe, en calles, avenidas, casas, habitaciones y rincones, en la mas oscura noche o la mas brillante, en barrios marginales o pudientes...pero siempre amor. Algo único, insólito e inaudito, tan bello como desgarrador, apacible y salvaje, tan dócil como cruel, así es el amor, esto es amor, por todo, por vivir para morir de amor.
ResponderEliminarHabitaciones de hotel con sábanas blancas casi almidonadas: Amor correspondido.
ResponderEliminarUn abrazo
Nieves
A ver... cómo digo esto...
ResponderEliminarAcabo de tener un flash. Uno de esos momentos que tienes muy de vez en cuando. Una de esas cosas que te vienen de repente y te dejan sin aliento. Y es que ahora, al entrar en tu blog por casualidad, me he acordado de ti. Yo te seguía. Tú comentabas en mi blog de vez en cuando, hace muchos años. En 2004 - 2005. Yo lo dejé y hace un par de años que decidí volver, pero tú sigues aquí. Una sorpresa tan agradable como regresar a un lugar conocido muchos años después y reencontrarte de nuevo con el neumático colgando del árbol, en el jardín.
Me doy cuenta que no he comentado la entrada, que quizás este no sea el lugar adecuado para escribir esto (Dios mío acabo de descubrir a Ike Janacek, otra de mis lecturas olvidadas), pero necesitaba decirlo.
Un abrazo.