miércoles, mayo 22, 2013

Post 1005. Una historia sin importancia



Hoy he comido en el Parque de la Ciutadella. Siempre he pensado que alguna vez podía acercarme hasta allí al mediodía, que tardaría cinco minutos en coche. Y ha sido así. Hay otro mundo más allá de mi parking. Comer en el Parque de la Ciutadella está dentro del mapa de cosas posibles, como nadar, comer pizza en Italia, escribir una novela o ir a una clase de hip hop al otro lado del Oceáno Atlántico. Todo lo que se incluye dentro de ese mapa debe ser postergado una y otra vez. Debe ser posible y aplazable para que un día deje de serlo. No se vale soñar por soñar, si sueñas debes colocarlo en un mapa.

Hacía buen día y en la radio sonaban canciones alegres, de tener suerte y cosas así. El sol ha iluminado mis pestañas y el interior de mi coche cuando he bajado la lona de la capota. Mi coche que es feliz en primavera y tontorrón en días de lluvia. Esa es la verdad. He entrado en el parque y había unos chicos jugando a ping pong. He pensado que aquella parada, la de jugar a ping pong con unos chicos desconocidos de edad incierta, podía estar en el mapa de cosas posibles. Pero debe ser postergado para otro día, para que siempre quede algo que podamos hacer. ¿Me dejarían jugar? ¿Venden droga?

Me he adentrado un poco en el parque hasta que he encontrado un lugar para mí. Cuando encuentras el lugar, encuentras a Inés, y eso siempre te hace sentir bien.

Justo frente a mí se ha sentado una chica que parecía extranjera, una turista. Pero una turista que no iba de turista. Nos entendemos. Ha abierto un panecillo con las manos y lo ha llenado de algún embutido.  Yo he sacado mi tupper con ensalada de pasta. Luego, las dos, casi a la vez, nos hemos liado un cigarrillo y nos lo hemos fumado. Yo me hubiera acercado a decirle, hola, qué tal, fíjate, estamos aquí haciendo lo mismo y llevamos el mismo tipo de gafas de sol, ¿de dónde eres?. Y creo que a ella también le hubiera apetecido charlar un poco. Pero no por ligar ni nada de eso, sencillamente camadería de náufrago. No nos hemos dicho nada. Yo he escrito un mensaje en un postit y lo he dejado enganchado en el banco. Luego me he ido. Antes de perder de vista el camino, me he girado y he visto cómo ella se acercaba a leer lo que yo había dejado escrito. Ha sido curioso. ¿Habrá llegado a la página de #stickynoting?

Luego he vuelto a mi parking. Sonaban canciones de bailar y cosas así, y me he tomado un café con hielo en la terraza de un bar al que siempre entraba a por un café para llevar. Tienen un camarero un poco empalagoso pero por lo menos es amable. Y además, me ha acompañado durante todo el invierno. Hemos sobrevivido los dos.

Me encanta Siminiani. Creo que es mi alma gemela, pero no para enamorarme ni nada de eso. Hola, Siminiani, si llegas hasta aquí, escríbeme, por favor, pero no para enamorarnos ni nada de eso.



6 comentarios:

  1. Acabo de irme a stickynoting. ¡Qué gran iniciativa!

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    1. Pues participar en la iniciativa y hacer stickynoting! Inscríbete en el Facebook y visita la web. Se trata de escribir un mensaje en un postit y dejarlo donde tú quieras. :D Gracias, Laura!

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  2. qué buena pinta tiene la peli de Siminiani! Por cierto, qué ponía en la nota? Sabes que tu historia podría ser el principio de otra/otras?

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    1. La peli de Siminiani es un tesoro, la tienes que ver porque te encantará. Ve a Sitckynoting y sabrás lo que ponía. Sí, todas las historias pueden ser el inicio de otras. :)

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  3. Estuve hace muchos años en ese parque y me encantó: primavera, gente sentada en la hierba, turistas, sol... me gustaría que mis recuerdos de Barcelona no estuvieran empañados por una historia fea y triste... algún día debo volver a enfrentarme a unos fantasmas y que la ciudad vuelva a caerme bien, porque después de todo, ella no tuvo la culpa, solo fue el escenario de un desacierto...

    Todos los parques son gratos en primavera, a veces como sola en el Prado de San Sebastian, en Sevilla, cerca de la Plaza de España; veo a imponentes libélulas rojas sobrevolar las fuentes llenas de verdín y a algún japonés rezagado incorporarse a su grupo-rebaño con la guía bajo un paraguas de color chillón... pienso en esa gente que ha atravesado medio globo para llegar aquí, y me dan ganas de preguntarles si les gusta lo que ven... tan diferente a lo suyo...

    Hay muchas historias en los parques...

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  4. a veces me pregunto de dónde saldrán
    esas barreras
    que no nos dejan
    avanzar
    hacia la chica que queremos
    ...
    deben tener un santuario bajo tierra
    para evitar apaleamientos

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