Hoy he vuelto a sentir como amor. Ha sido al salir del gimnasio, mientras volvía a casa caminando. Me fascina esa hora en la que las tiendas bajan las persianas y el día acaba. Gente que toma una cerveza antes de irse a casa; una francesa que camina y habla con un grupo de franceses se te queda mirando de tal modo que piensas que va a preguntarte algo, o que te pareces a alguien que conoce de antes o que ha tenido un flechazo. Pueden ser tres cosas y escoges la última.
En la peluquería, un chico barre el suelo. Planea hacer una peluca y robar un banco.
En los edificios quedan algunas plantas de oficinas con la luz encendida.
Pasa un taxi con una señora dentro y hay cuatro bicis ancladas en un Bicing. Una hoja seca cae de un árbol y mi paso la pisa y hace shhhis. Otoño. Se va el verano.
En la acera de enfrente hay una mujer sentada en un banco. No sabes si llamarla mujer o chica. Es morena. Lleva el pelo recogido. Tiene un perfil bonito. Un perfil extraño.
Dos mujeres salen del metro cargando con dos maletas Están de vacaciones. Están buscando su hotel con un mapa en las manos. Vienen del aeropuerto, después de tomar muchos cafés, abrir dos bolsas de patatas, aguas envasadas y cucharillas de plástico.
Subo a casa y salgo al balcón y la mujer sigue allí. ¿Espera a alguien?
Decido hacerme una tortilla de patatas porque tengo hambre. Quiero poner música, pero depende de la que escoja existe el peligro de que todo este amor se convierta en melancolía.
Entro en mi refugio adolescente, me decido por un disco de los Rolling Stones, porque sé que voy a silbar y voy a cantar mientras bato los huevos. No me voy a poner melancólica con ninguna canción de los Rolling Stones. Dejo la cámara grabando porque quiero estar ahí y en la cocina. Me voy a hacer la cena.
Pienso en la chica del banco, en si seguirá esperando, pero no salgo a comprobarlo. Qué importa si está o no está. Es la chica del perfil griego, bello, extraño, y esta ya no es su historia, tiene la suya propia.
Yo quiero que escribas mi historia y que de verdad al final no sea la mía....
ResponderEliminarCuanto tiempo aviadora.
Cuánto tiempo! qué tal? recuerdo aquella foto tan bonita que me regalaste para mi treinta cumpleaños. Sabes, el lunes hag 35, ya han pasado cinco años desde entonces. me gustaría saber de ti!
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