lunes, junio 23, 2014

verano ya

Frío polar en el metro, calor húmedo en la calle. Tengo la piel pegajosa. El verano es así. La corriente de aire sube desde la playa y ventila la calle.

 Ayer di un paseo muy bucólico por la montaña del Tibidado con mi amigo Emilio. 

Frente a mi balcón hay un banco; contra todo pronóstico es un banco de los que se usan para sentarse. Me da la sensación de que últimamente ya no se usan cómo antes. Pero este sí,  siempre está ocupado. A mí me pone feliz ver a alguien que espera a otro alguien, o a dos amigas conversando, o a la abuela viendo como sus tres nietas hacen la rueda en la acera, o a un grupo de adolescentes fumando. Es un banco activo, me gusta.

Ayer, en el vagón del metro había un músico tocando un clarinete. Sentí alegría con su música. Son instantes en los que recupero mi yo confiado y ligero. Pero llevo puesta mi coraza flexible y transparente, muy moldeable, casi imperceptible, pero coraza. Yo sí la noto y tengo ganas de desprenderme de ella. Exactamente significa no sentirse vulnerable aunque vayas a pecho descubierto.


1 comentario:

  1. No sé si seguimos teniendo seguidores fieles que sigan leyendo nuestros blogs como antes (el mío ya casi desaparecido) pero si fuera así, reconocerían en uno y otro lado a este personaje llamado Emilio que siempre sale dando un paseo :)

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