En mi rellano hay dos puertas. Una es la mía. Y la otra es la de un piso que está deshabitado.
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En momentos de aburrimiento observo por la mirilla la puerta cerrada.
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A veces dejan cartas en mi buzón por error, cartas que van dirigidas a la persona que vivió tras esa puerta antes. Sé su nombre y sus apellidos. No es una correspondencia interesante. Ninguna carta a mano. Casi siempre propaganda de una cadena de supermercados y de una clínica. Hoy he recibido una de un centro excursionista.
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Hace tres semanas escuché ruido en el rellano. Tres hombres salían de dentro. Me contaron que iban a hacer obras porque los dueños querían alquilarlo. Sacaron un montón de trastos. En el contenedor vi un cuadro de un paisaje, dos sillas tapizadas con piel granate, un jarrón de color indefinido, una cajonera antigua de madera oscura...
Un día, al salir de casa, vi que la puerta estaba abierta de par en par. Como parecía no haber nadie dentro –probablemente aquellos hombres estaban abajo cargando material para la obra– me decidí y entré. Recorrí el pasillo de puntillas. Había una bombilla encendida. Me asomé a dos habitaciones. Todo estaba viejo, abandonado y roto. Me fui a mi casa antes de que alguien me viera allí y se diera el susto de su vida.
Luego me senté en mi sofá a pensar. Hacía mucho tiempo que quería ver el interior de la otra casa.
(Os nomino para que leáis este post en voz alta, lo grabéis y me lo mandéis a mi mail: paolavaggio@gmail.com
NOTA: Pueden pasar olímpicamente de la nominación. )
Un día, al salir de casa, vi que la puerta estaba abierta de par en par. Como parecía no haber nadie dentro –probablemente aquellos hombres estaban abajo cargando material para la obra– me decidí y entré. Recorrí el pasillo de puntillas. Había una bombilla encendida. Me asomé a dos habitaciones. Todo estaba viejo, abandonado y roto. Me fui a mi casa antes de que alguien me viera allí y se diera el susto de su vida.
Luego me senté en mi sofá a pensar. Hacía mucho tiempo que quería ver el interior de la otra casa.
(Os nomino para que leáis este post en voz alta, lo grabéis y me lo mandéis a mi mail: paolavaggio@gmail.com
NOTA: Pueden pasar olímpicamente de la nominación. )
cuente con eso.
ResponderEliminarMuchas gracias por aceptar el "reto" :)
EliminarA mí me da repelús mirar por la mirilla.
ResponderEliminarEs un repelús que me llama! no puedo evitarlo.
EliminarParticiparás en lo de grabar el post?
EliminarClaro!
EliminarPaola, nos darás un premio? sí, síii, andaaaa di que sí :-) que te cuestaaaa jajajaja
ResponderEliminarjajaja... el premio es imaginario. Cada uno se lo imagina :D
EliminarEn mi casa actual la mirilla da a mi patio, pero cuando vivia en Madrid y compartia rellano miraba mucho más, aunque tampoco soy muy dada a ello. A mi lo que me gusta de mirar el interior de casas que son identicas en su distribucion a la mía es comprobar las posibilidades que una misma casa puede dar, los diferentes gustos, diferentes decoraciones..
ResponderEliminarsaluditos extremeños
La vista de tu mirilla es muy similar a la mía excepto por el contenido. Mi rellano cuenta con una vecina provista de todos los ingredientes necesarios para que "te cagues" cuando te cruzas con ella en la escalera. Si alguien recuerda lo que pasó en la Fundación Jiménez Díaz se hará un idea de lo que hablo. Como para no utilizar la mirilla...
ResponderEliminarEsas cosas producen mucha curiosidad.
ResponderEliminarSaludos :D