Ahora mismo estoy en un lugar en el que nieva.
En estos instantes está nevando.
Para los que no estamos acostumbrados, la nieve siempre es como un milagro. Por eso doy gracias. Quiero estar aquí, bajo esta nieve.
No hace demasiado, caminando por la calle un día cualquiera encontré una fábrica de hielo. Caminando un día cualquiera, por una ciudad, una fábrica de hielo. A veces ocurre. Me pareció hermosa. En la fachada estaban pintadas las letras en color rojo. Ponía: FÁBRICA DE HIELO. DESDE 1901. Imaginé los cubitos bajando por una pasarela de metal y desfilando en línea como diamantes; y a los trabajadores vestidos como esquimales y con el aliento congelado.
Sé que no es así, pero qué importa.