lunes, julio 18, 2016

La gente que sale en las canciones



Hoy olía a piscina en la calle. Y he pensado en las piscinas que se imaginan y jamás llegan a hacerse realidad. O están vacías. Aunque a mí me encantan las piscinas vacías.

Me he hecho comida y me la he llevado al trabajo. He subido hasta el departamento a calentarla y me he cruzado con la profe bollo que estaba en el concierto del viernes. Me ha dicho "hey". No tengo ganas de salir. Eso lo he dicho yo ahora. No tengo ganas de salir y  que las cosas sigan funcionando, ni las farolas ni los surtidores de cerveza. Pero no podré luchar contra ello.

He bajado en ascensor con el tupper caliente en las manos. He pulsado el botón de la flecha para abajo. Cuando llevaba un rato esperando, me he dado cuenta de que estaban abiertas las puertas del ascensor de al lado, pero no las del que yo estaba esperando. Me ha parecido una bonita/triste (que el lector/a escoja) metáfora.

Me pregunto qué pasa con las canciones dedicadas a alguien. ¿Dónde está la Irene de Twin Peaks? Debería de hacerse un seguimiento a las personas que salen en las canciones. Novelas, biografías, documentales. Colección de cromos. Irene en la playa. Irene saliendo a comprar. Irene en el autobús. Irene riendo en un bar.

He llorado en el metro y se estaba tan fresquito que he pesando en quedarme allí llorando un rato más. El otro día me encontré a unos ex-alumnos en el vagón -por suerte no iba llorando- y les pregunté que qué hacían, y me dijeron que estaban pasando la tarde yendo de una punta a la otra de la línea verde. Bueno, están en esa edad de las cosas rarunas y vírgenes suicidas, 13, 14. Les dije que era mi sueño, tal cual, y que alguna vez lo haría.




4 comentarios:

  1. Me encanta éste, lo mismo llorar en el metro te inspira. Digo porque lo de calentar los tupper no creo que sea...

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  2. Ayer subí/bajé en un ascensor con dos paneles de mando exactamente iguales, separados por dos palmos. Quién sabe si alguno de los botones del panel de mando que no usé, llevaban a la casa de Irene y hoy podría haberte contado qué ha sido de ella. Estuve a dos palmos de vete a saber qué. La próxima vez me tengo que aventurar en ese universo paralelo y no quedarme pensando para qué dos paneles idénticos.
    Un abrazo, Paola.

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  3. las piscinas vacías tienen algo, ¿verdad? deberían estar llenas, pero no lo están, es como contemplar algo que no debería estar ahí...

    De joven pasaba muchas horas dando vueltas en el metro, esperaba algo que nunca acababa de llegar, al final me cansé de esperar, llega un momento en que todos los ascensores son de bajada.

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