Me despierto. Estoy bien, pero cansada. Vamos a desayunar, perri.
He soñado que no podía dormir. En mi sueño de insomnio me levantaba, abría el tercer cajón de la cocina y me tomaba un lorazepan o un alprazolam –me daba igual uno u otro.
Luego he estado pensando que tal vez no era un sueño y que era verdad, pero no estoy segura.
He desayunado viendo una entrevista de Virginie Despentes. Se encendía un cigarrillo y me parecía poderosamente atrayente, como si disparara una pistola. La entrevista era interesante. Me estoy preparando para empezar a leer "Vernon Subutex". Pero primero tengo pendiente "Que me quieras", de Merritt Tierce. Ayer acabé "Basado en hechos reales", de Delphine de Vigan. Me ha gustado, es una novela de esas que enganchan hasta el final.
Playa. Caminar es bueno porque avanzamos simbólicamente.
Ayer hablé con una chica en la playa. Tenía unos brazos fuertes, muy fuertes, y una cara muy dulce. Una sonrisa muy bonita. Me pareció muy guapa. Todo muy. Llevaba el pelo muy rapado y recordé mi sueño de la noche anterior. Tenía muy tatuadas las montañas de joy division. Bueno, montañas, yo le llamo montañas. Se paró porque la perri salió corriendo tras ella y blablabla. Nos volvimos a encontrar a la vuelta. Ella iba cogiendo pechinas. Me dijo "hace un día genial, pronto nos podremos bañar". Y yo sí. Sí. Sí. Sí. Yo sólo decía Sí. Las perras se lo estaban oliendo todo. Me dieron mucha envidia... Luego, la perri le daba besos en la cara. Y su perra me daba besos a mí. Volví a encontrármela en las escaleras quitándose la arena. Nos volvimos a saludar. Adéu. Fin. Offline.
Hoy, un chico estaba con la guitarra en los bancos del paseo, pero no pedía dinero, era como si estuviera allí pasando el rato. Ha empezado a cantar una canción de Jonnhy Cash, la de I walk the line. Yo he puesto cara de conozco bien esa canción. Ha sido bonito. No sé cómo describirlo. Tenía buena voz.
He vuelto por la rambla y me he parado un rato frente a la casa superviviente. Al lado están construyendo y se ha quedado ahí, en medio de la nada.
Luego he estado pensando que tal vez no era un sueño y que era verdad, pero no estoy segura.
He desayunado viendo una entrevista de Virginie Despentes. Se encendía un cigarrillo y me parecía poderosamente atrayente, como si disparara una pistola. La entrevista era interesante. Me estoy preparando para empezar a leer "Vernon Subutex". Pero primero tengo pendiente "Que me quieras", de Merritt Tierce. Ayer acabé "Basado en hechos reales", de Delphine de Vigan. Me ha gustado, es una novela de esas que enganchan hasta el final.
Playa. Caminar es bueno porque avanzamos simbólicamente.
Ayer hablé con una chica en la playa. Tenía unos brazos fuertes, muy fuertes, y una cara muy dulce. Una sonrisa muy bonita. Me pareció muy guapa. Todo muy. Llevaba el pelo muy rapado y recordé mi sueño de la noche anterior. Tenía muy tatuadas las montañas de joy division. Bueno, montañas, yo le llamo montañas. Se paró porque la perri salió corriendo tras ella y blablabla. Nos volvimos a encontrar a la vuelta. Ella iba cogiendo pechinas. Me dijo "hace un día genial, pronto nos podremos bañar". Y yo sí. Sí. Sí. Sí. Yo sólo decía Sí. Las perras se lo estaban oliendo todo. Me dieron mucha envidia... Luego, la perri le daba besos en la cara. Y su perra me daba besos a mí. Volví a encontrármela en las escaleras quitándose la arena. Nos volvimos a saludar. Adéu. Fin. Offline.
Hoy, un chico estaba con la guitarra en los bancos del paseo, pero no pedía dinero, era como si estuviera allí pasando el rato. Ha empezado a cantar una canción de Jonnhy Cash, la de I walk the line. Yo he puesto cara de conozco bien esa canción. Ha sido bonito. No sé cómo describirlo. Tenía buena voz.
He vuelto por la rambla y me he parado un rato frente a la casa superviviente. Al lado están construyendo y se ha quedado ahí, en medio de la nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu mensaje secreto.