Esta mañana, el sorbo de café me ha recordado al aeropuerto y me ha transportado a otro momento de mi vida. A veces, me desencajan estas idas y venidas repentinas del presente al pasado. No lo hago a propósito, sucede que estoy aquí y que de repente no estoy. Me sorprendre muchísimo cuando me pasa, porque no es recordar, es algo así como revivir un momento concreto, como un fogonazo del pasado. El pasado con un lanzallamas, apuntándome.
Vuelvo a tener problemas de insomnio, vuelve la incertidumbre, vuelve la tristeza bajo el sol, vuelve la decepción generalizada, el estado en el que no sabes muy bien cuando vas a caer o si ya te has levantado. De momento, lo tengo todo controlado. Si nada importa, ¿por qué me esfuerzo tanto?”, digo en una de las canciones que estoy desenmarañando estos días.
Al releer este diario, me he dado cuenta de que ya no siento la motivación que describía en mayo. Supongo que de ahí el insomnio. Pero ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? Ojalá pudiera volver a esa noche del gutter, por fijar una fecha, y sentir de nuevo ese vendaval de alegría. Bueno, de acuerdo, sí, ahora también tengo momentos buenos (los hay) pero... estoy apagada. ¿Han pasado 10 meses, 10 años o 10 losas?
;-)
ResponderEliminarPERO TÍA, ¿HENCERIO?
ResponderEliminarVoy a tener que ir a zarandearte de las orejas. OK.
No, han sido diez meses, pero a veces parecen eternos y otros un relámpago. Depende de la parte de la ola que te haya tocado... Ahora toca la de abajo, la de volver a la orilla, tomar fuerzas y volver a empezar...
ResponderEliminarLo conseguirás, ya lo verás.
10 meses han (habían) pasado. Ese café tenía que ser bueno, bueno.
ResponderEliminar