domingo, mayo 10, 2020

La más bonita saliendo del agua

He recordado aquel día en la playa en el que te vi salir del agua y pensé que eras la mujer más bonita del mundo. Y no es  una exageración. Me ha alcanzado la nostalgia justo cuando sabía que ocurriría: con el desconfinamiento; que es igual a la salida de la cueva, la salida de la guarida, la salida del escondite, la salida del caparazón, la salida de la caverna. Mis sombras eran amables, estaban controladas... bajo la luz, ya no hay duda posible, lo tomas o lo tomas, porque dejar de lado no se puede. Sin embargo, hay un problema resuelto, un problema muy importante del que ya no me tengo que preocupar: el trabajo. He encontrado trabajo y es el que quería. A veces me ocurren este tipo de cosas de persona exitosa, y luego otras de pringada total, ¿será para equilibrar la balanza?

Echo de menos. Es como esas velas que no se apagan jamás, las de las tartas de cumpleaños, que por mucho que soplas y soplas, cuando te parece que lo has conseguido, vuelven a encenderse y vuelves a echar de menos. Encarar el presente echando de menos es complicado porque estás más allí que aquí. Por lo menos, estoy atreviéndome, porque creo que hasta ahora lo había estado esquivando elegantemente, pero ya está, ya no puedo obviarlo. Eras la chica más bonita saliendo del mar y no hay más que hablar, y eso me va a costar lo mío superarlo. Me va a costar pasar un verano en vela acordándome de ti cuando esté en esa misma playa, a la que volveré porque querré experimentar lo que siento. Querré saber cómo es nadar en el recuerdo tratando de salir a flote. Y bueno, ya se verá cómo lo llevo. (La batería del ordenador se está apagando, así que voy a tener que escribir rápido.)

Hoy he tenido un buen día, porque ayer me rendí, por fin, y tuve mi catarsis personal. Lloré, escribí, hablé con una buena amiga, de las que están para lo divertido y para lo que no lo es tanto, y caí rendida en la cama. Cuando te pasan muchas cosas buenas siempre hay gente alrededor, luego, cuando el viento cambia, vas viendo como se van sucediendo las bajas en el campo de batalla... pero también te das cuenta de quién sigue ahí. Para ser justa, creo que, en ocasiones, sencillamente hay rotaciones. Pero a veces me pregunto, tanto cuesta preguntarme  cómo estoy. ¿Es tan complicado? Si es que además no soy chapas, porque para chapear ya tengo este blog, que es de lectura no obligatoria y totalmente opcional. 

He estado pensando en escribir, en recuperar esa ilusión. Siempre quise escribir una novela, pero lo cierto es que las abandono a las 60 páginas, es lo más lejos que he llegado. Casualmente, aquella novela de la que escribí 60 páginas, hablaba de un confinamiento. Le he estado dando muchas vueltas estos días, en el fondo, era una especia de fantasía personal esto de estar confinada. El personaje de aquella novela tampoco podía salir de casa y tenía que comprarlo todo online, salir a la calle con una máscara, siendo otra, y cortarse el flequillo con tutoriales de YouTube.  La trama no iba de un virus, pero sí de un crisis existencial que te atrapaba como una gripe. En l fondo, también creo que era una especie de depresión encubierta, disfrazada de 




9 comentarios:

  1. Lindo tu texto es como ves la vida
    te cuento yo no lloro
    estoy podrida
    reventada del virus
    cansada de caminar este sendero sin luz
    pero bueno
    de eso esta hecha la vida
    saludos querida desde Miami La ciudad del sol

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    1. Vaya, lo siento mucho, espero que te mejores. Un saludo.

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  2. 60 páginas,con interlineado doble se considera una novela corta, así que ya tienes casi todo el trabajo realizado.
    Ponerse un objetivo alcanzable (escribir una novela, sobrevivir al confinamiento, no llorar durante la tarde, no llamar(le), pensar en uno mismo), es lo mejor para mantenerse en movimiento.

    Saludos,

    J.

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  3. Esa chica de la que hablas también vive en mis recuerdos, que es donde viven casi todas las cosas que merecen la pena.. lo cuál me hace pensar si esos recuerdos no serán en realidad falsos, distorsiones de la realidad que inventamos para hacerlo todo más llevadero..

    Da miedo salir de la cueva y descubrir que el mundo real esta exactamente dónde lo habíamos dejado y listo para darnos una patada...

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    1. ah la interpretación de la realidad... siempre es la película de cada una :)
      Pues sí, en algún lugar leí que era una especie de síndrome bastante extendido, el tema del miedo al desconfinamiento.

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  4. Anónimo4:35 p. m.

    Eres la chica con el blog mas interesante que he leído en los ultimos tiempos, me fascinan tus formas.
    &

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  5. ¿No había una libreta a mano cuando se acabó la batería? :(

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