Nuestro mapa siempre empieza a partir del primer escalón que baja a la playa.
Quizás aún tenemos 12 años, llevamos los vaqueros cortados y algunas pulseras de hilo. Y quizás, así, volviendo a nuestros tesoros, de año en año llegan todos los veranos.
(...) Sacas un papel arrugado del bolsillo. Diez pasos y giramos a la izquierda. Contamos en voz alta... Empezamos a hundir las manos en la tierra, y en seguida, tocamos nuestro tesoro con los dedos. Ahí está, lo encontramos. Una caja de galletas con dos collares (...)
Ahora me pregunto, quien de las dos guardó el último mapa. Me inquieta saber que hay algo nuestro olvidado. Algo tuyo, mío, de la luna y de las mareas. Aguarda paciente ... porque nos pertenece.
Por si lo perdiste, ya sabes que siempre empieza en el mismo lugar, en el primer escalón que baja a la playa.
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