Un día,
cuando las brujas repartan besos mágicos por el aire
y el capitán del barco se guie por las estrellas
y mis spaghetti no se queden fríos y sin queso
y el libro que tengo a medias llegue al final
y un "nunca" sea tan intenso que dando un paso se convierta en "siempre"
y sólo tu nombre sea una canción
o una canción sea tu nombre...
te iré a buscar. Y sin pensarlo, te vendrás conmigo. Acariciaré tu cara como algodón. Como tú queriéndome, como yo queriéndote.
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