La ducha es inmensa, no quiero salir. Tiene muchos mandos y surtidores de agua. Parezco la Cibeles.
Sofía sólo lleva una toalla y me está besando el cuello. No lo hace para que deje de escribir, lo hace porque me desea mientras escribo.
Esta tarde, en la plaza, una mujer sola bebía una copa de vino blanco y garabateaba una lista. Dudaba. Los músicos tocaban una de Sinatra y nos han dedicado una canción. Sofía les ha dado un euro.
Hay una calle que está en todas las ciudades. Se repite.
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