jueves, septiembre 14, 2006

correos


"Return to sender" (1964) de la película Girls, Girls, Girls.


Ayer envié mi primer telegrama. Me fui hacia la oficina de Correos pensando en las palabras que iba a poner. Y todo eso. El caso es que mezclé el Morse con lo de "Stop" y le di demasiada importancia al asunto. Tenía misterio. Además llovía, caía la del mundo. Tuve que refugiarme en el patio de una casa de la calle Carolines.
El agua arrastraba la tierra de los jardines y bajaba sucia. Puse a salvo mis pies en unos escalones. Por encima de mí, un canelón vierteaguas hacía de tejadillo y aquello era las cataratas del Niágara. La tormenta caía con fuerza y salí de mi refugio con el paraguas doblado. El vaquero se me empapó hasta las rodillas. El agua me entró en lo zapatos. Se me borró la dirección de una carta.
Al final, resultó que no hacía falta poner STOP en los telegramas, que es otra de esas mentiras. En realidad, enviar un telegrama es escribir lo que quieras en un papel y rellenar un impreso. Cuando se lo conté a Sofía se horrorizó. Ella, tan acostumbrada a subirse el cuello de la camisa, a hablar en clave, a fumar en secreto, a enviarme las coordenadas de su localización (treinta y pico grados al norte del ecuador) ... y ahora resulta que los telegramas no llevan STOP. Lamentable. lAMENTABLE,. LMANTABLES LAMEBTEBAKSA ANAJDNE AJISQOIJ

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