Aquí sólo se me ocurre pensar en el infinito
pero prefiero quedarme en este lado.
Ha sido mi post-it más valiente. Jamás había querido escalar por si me caía, y precisamente por ese motivo tampoco lo hice aquella tarde. La brisa lo arrancó de la baranda de madera y fue cayendo dando vueltas de bailarina. Hasta que topó con una roca y se quedó un buen rato allí. ¿pestañeando?
Las dos nos levántamos de la silla para verlo mejor. Ella estaba muy guapa con los ojos verdes y el polo azul. Finalmente, el post it se fue al agua tras un doble salto mortal -fue una caída voluntaria- Lo vimos flotar y moverse por encima de las olas hasta que se hundió.
No nos dió pena porque estábamos de vacaciones.
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